Iniciamos el Mes de la Mujer con una entrevista a la Country Manager de Almundo, mujer, madre y empresaria que tiene muy en claro que el éxito en cada uno de esos roles depende exclusivamente de animarse.

Contanos de vos, ¿cómo ha sido tu carrera profesional hasta la actualidad?

Estudié Tecnología en la Universidad del Salvador, mi background es totalmente tecnológico. Vengo de una familia de clase media muy trabajadora. Mi padre es portugués, y con mis otros dos hermanos, somos la primera generación de profesionales de la familia. Pero de todo mi entorno fui la única que se dedicó a la tecnología. Empecé mi carrera hace 25, 28 años, cuando incluso no había ninguna otra mujer que lo hiciera.

Inicialmente me inclinaba más para ser profesora de Filosofía y Letras, porque me encanta leer, pero de pronto en quinto año hice una pasantía donde me tocó trabajar con las primeras computadoras Apple que llegaron al país. Fue entonces que me dije, “por acá pasa mi futuro” y decidí cambiar mi carrera en ese momento.

Nunca me arrepentí de hacer el cambio, al contrario, estoy muy contenta por haber estudiado Tecnología en ese momento, tratando de marcar, de alguna forma, el camino a otras mujeres.

Siempre trabajé en tecnología.

¿Cuáles fueron esos trabajos?

El primero fue en SAP, una empresa alemana, que resultó ser muy buena escuela porque trabajé como consultora en muchos proyectos y para muchas industrias: petróleo, automotriz, textil, en turismo. Después, en esa misma compañía, me pasé al área comercial. Fue cuando empecé a tener hijos y ya no podía viajar tanto tiempo, entonces, el área comercial me permitía viajar sí pero sólo algunos días, no meses como en la anterior posición.

En el medio, estuve en Proximitas, una empresa que hace comunidades digitales y fue súper interesante. En ese momento estaban naciendo las redes sociales, así que estuve en el nacimiento de Facebook, comunidades digitales, y de ahí salté a Oracle, donde ingresé como Directora Comercial para el Cono Sur. Después fui Country Manager, y Vicepresidenta. Ahí estuve casi siete años y hace dos estoy en Almundo.

En Almundo te incorporaste a la actividad turística, ¿qué fue lo que encontraste?

Primero, como viajo desde chica, turismo es algo que me encanta y he intentado inculcarles esa cultura a mis hijos. Encontré mucho por hacer en Customer Experience, en la industria en general. Es así que las agencias chiquitas mantenían esta cultura pero sin escala. Y sin escala de todo tipo: de acuerdos con los proveedores, de atención al cliente, sin renovar su público. La incorporación de la tecnología los ayuda a automatizar procesos. Las industrias más tecnologizadas históricamente son las Telcos y los Bancos y aunque el turismo no lo era, desde hace diez años picó en punta en todo el mundo.

¿Cómo fue la propuesta que te tentó a hacer ese cambio laboral?

Las mujeres somos muy inquietas, y si bien amo la tecnología para mí es como un medio para algo, no es un fin en sí misma. Siempre usé la tecnología para procesos de transformación, mejorar empresas, servicios de atención al cliente, etc. En Almundo se da la combinación perfecta, porque es turismo, marketing y tecnología, tres temas que me súper apasionan. Era la posibilidad para que la tecnología sea la base para mejorar la experiencia del cliente, porque en Argentina tenemos mucho para mejorar en esa materia, sumado al marketing, comunidades digitales y demás, que era mi expertisse.

¿Cuántas horas por día trabajás?

Creo que las 24, pero no es sólo en Almundo, cuando uno trabaja en tecnología, tu vida es real time, es 7 X 24. Nuestra plataforma no se apaga en ningún momento del día. La tecnología siempre te pone al frente de proyectos de misión crítica, ya que si se para un sistema, se para la operación. Si se para la facturación en un retail te llama el dueño para decirte: “me entendés que están todas las sucursales cerradas porque no podemos facturar”...

¿Tu familia que opina de esta dedicación full time?

En realidad no opina, porque lo importante es que yo no vendí una Demo y después al entrar en producción fuí otra cosa. Mi marido me conoció así en la facultad, así que él pasó por toda mi evolución y mis hijos nacieron bajo este paraguas.

Algo que siempre tuve en claro es que yo amo ser madre, de hecho, no tuve un cuarto hijo porque no me dieron los tiempos, arranqué tarde a tenerlos, pero tenía súper claro que iba a hacer de todo, no iba a dejar de hacer absolutamente nada por mi profesión. Al contrario, mi profesión iba a potenciar que yo pudiera ser mujer, madre y esposa.

¿Qué edades tienen tus hijos?

Tengo de todos los colores: Belén, de 20, que estudia Psicología y está en una etapa en la que me analiza todo; Gonzalo, de 14, que cursa tercer año de secundaria; e Iñaki, que está en sexto grado. Así que paso de Freud a las divisiones y a los Súper héroes.

¿Cómo fue encarar una carrera profesional siendo madre, mujer, esposa?

Yo no puedo decir que me sentí discriminada por ser mujer. Gracias a Dios, el ser mujer nunca fue un impedimento, y el tener hijos tampoco. Por suerte estuve en compañías que valoraban ese doble rol. Soy súper respetuosa de las decisiones que cada una toma y tengo muchas amigas que eligieron no tener hijos, y también es súper válido. El único tema es que lo hagas con convencimiento, elijas el camino A, B o C, y no porque te lo impongan, que digas: “si quiero hacer carrera, no puedo tener hijos”. Podés hacer las dos cosas.

Creo que siempre una pareja es una pareja, con lo cual, siempre los roles son complementarios. Mi marido, que finalmente se dedicó al tema de campos y negocios inmobiliarios, tiene mucha más flexibilidad horaria que yo y eso nos hizo complementar súper bien.

¿Cómo ves al turismo y hacia dónde creés que va?

El negocio del turismo está creciendo en todo el mundo, no sólo en Argentina, porque hay un cambio de mentalidad muy fuerte de la gente. Hoy se valoran mucho más las experiencias que las cosas materiales. Lo ves en todo sentido, y a mí me pasa, yo no sé quiero tener este libro, yo lo quiero disfrutar un rato, y no hace falta poseerlo. Ese cambio de mentalidad hace que la gente quiera disfrutar más experiencias. En este momento, mi hija está paseando por Europa con dos amigas, y ella estuvo todo el año ahorrando para hacerse su viaje de un mes, incluso trabajó doble varios meses, para que le dieran este permiso en su trabajo, y cuando yo tenía 20 años, eso era impensado. Yo juntaba el centavo para pagarme la facultad. Ese cambio se está dando no sólo en los chicos, también lo veo con gente más grande y el ejemplo más claro es un empresario del interior que va a abrir una franquicia de Almundo y que me decía que hasta hace cinco años no había viajado y después de disfrutar de un All Inclusive con toda la familia se percató que se estaba perdiendo de vivir esas experiencias y a partir de ahí realiza dos o tres viajes por año. “Para que quiero tener un auto mejor si me pierdo de disfrutar de estos momentos con mi familia”, dice.

Vos hablas de experiencia, y hoy la tecnología en el turismo cada vez se desarrolla más, y despersonaliza a la actividad turística. ¿Cómo se compatibiliza?

Justamente, en eso estamos metidos a pleno. Creemos que transformando a las personas, transformamos al mundo. Es nuestro ADN como compañía, no sólo vendemos viajes. Hay un componente humano. La tecnología sola no lo logra. Entonces, creemos que la combinación tecnología, para lograr economía de escala, pero la personalización te lo da el humano. En ese sentido lanzamos una plataforma que se llama “Expertos” que toma lo mejor de los dos mundos, lo tecnológico para habilitarte la Big Data y por ejemplo si querés viajar a París encontrás toda la información sobre los diez lugares que no te podés perder, pero atrás de eso hay una persona que va hablar con vos, y te va a decir, “además de la clásica foto de la Torre Eiffel, andá a tal cafecito ubicado en esta terraza X desde donde tenés una puesta de sol maravillosa y las fotos ahí son increíbles”. Esa es la Small Data. Eso sólo te lo puede dar una persona. Nuestra plataforma de Expertos le da un servicio personalizado a cada persona en su viaje, cuando lo está planificando, cuando está de viaje y después. En este momento tenemos gente en las principales ciudades del mundo dando este servicio on line a nuestros pasajeros.

Además no tiene ningún costo adicional, es un asesoramiento free al que se ingresa desde la web Almundo.com/expertos. Creemos en transformar a las personas que transforman al mundo.

Es eso lo que va a hacer que el pasajero se incline a comprarnos a nosotros y no a otro.

Un problema que enfrentan los usuarios de las OTA´s en el mundo es la demora en dar respuesta a los problemas, ¿con el modelo mixto de Almundo eso desaparece al estar el factor humano involucrado?

Si uno piensa en la cantidad de temas que pueden sucederte en un viaje, desde la nevada que está azotando a Europa por lo que se están cerrando aeropuertos y cancelando vuelos, o no te fue a buscar el traslado, o perdiste una conexión, una valija, o te enfermaste. Son millones de cosas. Tener alguien al que puedas contactar y que te diga, “no te preocupes, tenés un hotel, llamá al seguro médico, yo te ayudo”, eso no tiene precio.

Yo mantengo regularmente reuniones con nuestras sucursales, porque para mí el tema del servicio ocupa el 60 por ciento de mi tiempo. Mejorar los procesos de cara a los clientes para mejorar el servicio. Y en uno de esos encuentros algunos de ellos me cuentan que se contactaban con los pasajeros que van a viajar esa semana para saber si tenían todo listo, si necesitaban algo y si quieren que les hagan el check in. ¡Y eso está buenísimo! Pero no lo hacen con todos, porque manejamos audiencias y podemos saber qué tipo de pasajero necesita ese servicio y cuál no.

Están comercializando las aerolíneas low cost, ¿por qué?

Hasta hace dos años nadie sabía lo que era una low cost y hoy está en boca de todos. Nosotros estamos haciendo mucho énfasis en evangelizar en que una low cost tiene distintas prestaciones que una aerolínea normal, mostrar que sin despachar valijas sale tanto para que no llegue al aeropuerto con el baúl de la abuela y el despacho de equipaje le salga más que el pasaje.

Me preguntaron si creía que las low cost iban a matar al mercado, y no es así, al contrario. Posibilitan que más gente viaje. Si uno piensa en economía colaborativa, de escala, personalización, etc. que haya low cost en nuestro país, está buenísimo. Argentina es increíble, ¿y cuánta gente de acá la conoce realmente? Muy poca. Desde que estamos vendiendo low cost es impresionante lo que la gente empezó a viajar.

Turismo fue una de las industrias que más aprovechó la incorporación de Internet a la vida, por la comunicación y promoción.

Tal vez sea muy técnico, pero la arquitectura de esta industria es una de las más complejas del mercado, porque vos tenés integrado en real time un inventario infinito. No es un supermercado, que tiene 90 mil items, y es finito. Nosotros tenemos un inventario infinito, porque el pasaje a Miami, de mañana a la noche, es un producto diferente al de hoy a la noche. Y encima es vivo, porque los asientos del avión son de todo el mercado. Es un inventario vivo, real time, y con mucha dispersión de utilización de tecnología. Tenés compañías, proveedores nuestros que están realmente con tecnología de punta, y otros que te mandan el fax. Pero no podés dejar de tener ese inventario, porque es un producto bueno, pero tecnológicamente atrasado. Por eso, la arquitectura tecnológica de la industria es una de las más complejas del mundo, pero por suerte, de hace diez años a esta parte, ha habido un cambio increíble. Hoy la tecnología es el motor de esta industria. El que no lo entienda así, se queda fuera.

¿Qué mensaje le dejarías a las mujeres de la industria?

Para mí, particularmente, el tema de ser mujer y madre me ayuda a estar cerca de estas cosas, de repensar la experiencia del cliente con una visión mucho más fresca y no tan estructurada.

Hace unos años con una amiga mujer que trabajaba en un ámbito muy masculino, empezamos a dar charlas en los colegios secundarios en quinto año, para decirle a las mujeres a que se animen a ser lo que quieran. Si quieren ser chefs, que sean la mejor. Hay que animarse. Porque si sos la mejor siempre te va a ir bien, es imposible que te vaya mal. Después está en uno cómo cataloga el éxito. Yo estoy súper contenta de mi vida, porque tengo una familia increíble, un marido que todavía me soporta, que no es menor, y siempre tuve trabajos que me gustaron. Amo lo que hago, y cuando estuve en un compañía donde no me gustaba lo que hacía, me fui. Tuve siempre esa posibilidad. Esa es la medida del éxito.

Volviendo al modelo de negocio de Almundo, ¿por qué franquiciar?

Nuestra red es mixta, tenemos sucursales propias y también franquicias. Lo que vemos es que tenemos que promover el empleo nacional. Yo personalmente, y Juan Pablo (Lafosse) ¡ni hablar!, creemos muchísimo en las economías regionales. No es lo mismo que Almundo abra una sucursal que una empresario de Villa Mercedes tenga su propio negocio. Primero, que va a ayudar a potenciar el ecosistema, y segundo, qué mejor que posibilitar eso. Lo único que me preocupaba era el manejo de la marca, la imagen y el servicio al cliente, y viendo los resultados son igual o mejor que el nuestro. Como se dice popularmente: el ojo del dueño engorda al ganado.

A la franquicia le damos todo: la tecnología, nuestros inventarios, acuerdos bancarios, capacitación, nuestro sistema de facturación, uso de marca, marketing. Hoy vas a una sucursal o una franquicia y no sabés cuál es cuál. La persona pone el local y los empleados, y eso hace que promueva economías regionales, porque la persona de Bariloche que tenga una franquicia, también va a crear, en este sistema de Expertos, su propio modelo de turismo receptivo. Es súper importante apostar por nuestro país. En tecnología tenés muchas oportunidades de irte a vivir afuera y siempre elegí Argentina, es mi país, y quiero que mis hijos también lo elijan. Para eso tengo que ayudar a construir un país mejor, y eso se hace desde el interior, porque Buenos Aires ya está. Tenemos que ayudar al interior.