El Presidente del Grupo Transatlántica, propietario de Ola Mayorista de Turismo entre otras empresas, nos habla del desarrollo del negocio, y hacia dónde dirigen sus esfuerzos para continuar en la senda del crecimiento.  

¿Cómo comienza tu relacion con el turismo?

En realidad yo nací en esta empresa. Empecé siendo cadete, porque hay que iniciarse desde abajo, y venía a trabajar después del colegio. Yo iba a buscar los boletos de Italmar. Mientras estudiaba en la facultad, también alternaba entre el estudio y la oficina. En quinto año de la secundaria ya coordiné el primer viaje de egresados a Bariloche porque en esa época hacíamos Turismo Estudiantil. Digamos que esa fue mi introducción al turismo.

Que era muy distinto a lo que es hoy…

Claro, era todo muy artesanal y sin tantas comodidades. Llegar a Bariloche desde Piedra del Águila era por un camino de ripio. ¡Imaginate que con el frío se congelaba el gasoil de los colectivos¡

Después me recibí de Contador Público y Licenciado en Administración y alternaba el estudio con el trabajo. En esa época, en el 78, habíamos empezado con la Casa de Cambio en Rosario. Empecé a alternar entre el turismo y cambio. El origen de las casas de cambio está muy ligado a las empresas de viaje.

Justo en el 78, año del Mundial...

Sí y con eso se abrió bastante el mercado, porque se dieron patentes nuevas y mi padre adquirió una de ellas. Después de recibirme me fui dos o tres meses por Europa a dar vueltas y cuando volví me puse a full a trabajar con esto. Es más, siempre hubiera querido hacer el doctorado en Economía, pero lo fui postergando y ahora ya es tarde.

En el 87 compramos una acción del mercado de valores de Rosario y empecé con la actividad de Agente de Bolsa. Ahí el Grupo estaba conformado por tres rubros: turismo, Cambio y Bolsa, como decía uno de los logos originales de la empresa. En ese entonces fui tomando de a poco las riendas del negocio.

¿La empresa empezó como Transatlántica?

Sí, en 1967 su nombre era Transatlántica Agencia de Viajes. En el 78 le agregamos la Agencia de Cambio y en el 87 le agregamos la actividad bursátil. Después, en los 90, comenzamos con la apertura de sucursales, abrimos alguna en Rosario y también en el interior, fuimos a Córdoba, en algún momento estuvimos en San Nicolás. Pero finalmente focalizamos los negocios en Rosario, Córdoba y más tarde en Buenos Aires. Para quien no lo sepa nosotros nacimos en Rosario.

De hecho, fueron de los primeros operadores que vinieron del interior, ¿no?

Y también fuimos de los primeros operadores importantes de Rosario en llegar a Córdoba. Es más, nosotros en Córdoba ganamos un espacio muy grande y rápidamente nos convertimos en uno de los operadores más importantes de la provincia a pesar de ser de Rosario. De alguna manera rompimos con la vieja pica entre las dos ciudades más importantes del interior del país, porque en realidad nosotros no fuimos a competir fuimos a desarrollar el negocio turístico. Con ese derrotero hoy pasamos a ser una empresa nacional.

La operadora mayorista Ola ¿cuándo se incorpora al Grupo?

Si bien estábamos en turismo, empezamos a tomar, por el año 90, algunas representaciones de operadores de Buenos Aires y una compañía aérea, como LAPA, a la que atendíamos en Rosario. El modelo de negocio era distinto por la falta de la tecnología que tenemos hoy. En aquel entonces todos necesitaban tener a alguien porque la presencia del representante físico era mucho más importante antes que ahora. Era un negocio más de cercanía.

Después, en la época de los charters al Caribe, allá por el 96 o 97, empezamos a involucrarnos más y nos metimos en el tema de Lapa Charter. Al principio nos costó mucho que los colegas aceptaran compartir algunos vuelos, pero a fuerza de tesón empezamos a crecer como operadora mayorista.

Nos tocó, al igual que todos en el país, sobrellevar el frenazo del turismo entre el 2001 y 2002 y como empresa en esos años nos abocamos a los otros dos rubros con los que ya veníamos trabajando. Es decir que la diversificación de sectores que maneja el Grupo nos permitió que trasladáramos el volumen de los negocios del turismo hacia el sector del Cambio y no sufrimos tanto la crisis. Es más, yo mismo me volví a sentar en la mesa de la Casa de Cambio.

¿Cómo está conformado el Grupo Transatlántica ahora?

En este momento el Grupo tiene varios componentes. Manejamos un negocio importante, que es el turismo y lo decimos con mucho orgullo. Nos consideramos como uno de los operadores más importantes de la Argentina. Hoy en turismo, entre la mayorista y la agencia minorista, están trabajando más de 380 personas distribuidas en todo el país.

Además el Grupo tiene un hotel en Ushuaia, un 4 estrellas superior, y el Puerto Norte en Rosario que se inauguró hace dos años. Lo gerenciamos, lo administramos y lo construimos también. En este momento estamos en negociación y búsqueda de gerenciamiento o compra de algunos otros hoteles.

Otro componente del Grupo es el negocio financiero donde desarrollamos la actividad bursátil. Tenemos una sociedad de Bolsa, TSA Bursátil, que trabaja muy bien, y está ubicada como una de las primeras del ranking del país.

Hace un par de años compramos una compañía financiera regulada por el Banco Central a la cual ahora estamos capitalizando invirtiendo mucho sobre todo en tecnología. Salimos del negocio cambiario estrictamente hablando y nos subimos al negocio bancario.

Estamos transformando a la financiera en Banco, porque si bien en la práctica tienen la misma actividad, es todo un tema de reglamentaciones lo que hace a la diferencia entre una y otro. La operatividad es casi igual. Ojo que estamos hablando de una compañía financiera regulada por el Banco Central, que tiene todos los controles habidos y por haber. Es un Banco, aunque técnicamente no le podemos decir Banco hasta tanto no se cambien algunas normativas, pero estamos en ese camino. Hoy en la compañía financiera hay más de cien empleados y ahora estamos trabajando en la digitalización de todos los procesos para que en el primer trimestre del año próximo sea un Banco digital. Entendemos que vamos a ser uno de los principales actores en la banca digital de la Argentina. Es lo que se viene.

Un gran cambio que se inicio con solo una agencia de viajes…

Si, pero hoy tenemos otra gran vertical que estamos trabajando y que son los desarrollos inmobiliarios en Rosario.

El año que viene empezamos a construir y a vender desarrollos residenciales y oficinas en la zona de Puerto Norte, que sería la zona top de Rosario.

El Grupo también está involucrado con la educación y en Rosario sostenemos una escuela bilingüe, Edmondo De Amicis, que fue iniciada por mi padre hace 30 años y hoy cuenta con 700 alumnos entre Jardín de infantes, escuela primaria y secundaria. Y finalmente estamos desarrollando en Rosario la Universidad Empresarial Siglo XXI, en donde nosotros somos el partner de ellos y estamos abocados en las carreras de negocios. Ya tenemos a varios egresados trabajando con nosotros.

Para que se entienda, la evolución de la empresa fue del turismo a la actividad financiera, a la hotelería, y finalmente a los desarrollos inmobiliarios…

Es así, pasamos de tener una empresa de turismo, que tiene un Banco, o un banco que tiene una empresa de turismo, más allá de otros convenios o socios que estamos buscando en este negocio financiero que creo que nos da una potencialidad muy buena.

En el proyecto del Banco, además de tener la banca corporativa, de atender a medianas empresas de todo el país, estamos en este desarrollo a través de la banca digital, de apuntar al consumo de individuos y tener 45 millones de sucursales, que son los 45 millones de celulares que hay en el país.

Esa es la gran apuesta que buscamos por medio de la tecnología, no es sólo para vender servicios financieros sino para servicios bancarios, seguros, educación, turismo, etc.

En Argentina no hay ninguna conformación de negocios de este tipo. Hoy en el grupo estamos trabajando cerca de 870 personas en constante crecimiento, ademas de la incorporacion de mis hijos, que son un muy buen activo para la compañía y para mí.

¿Qué posiciones ocupan tus hijos?

Stefano, el mayor, está con el negocio financiero, es más, de hecho, es el Director de Banco más joven de la Argentina. Mi hija del medio, Josefina, es la que tiene a cargo el tema de la hotelería y Catalina, la más chica, se incorporó el año pasado al negocio turístico. Ellos son de formación profesional, los tres estudiaron Ciencias de la Administración, estuvieron afuera y solos se convencieron que esta empresa era tan interesante como para seguir trabajándola. En lo personal es una satisfacción que mis hijos puedan continuar.

Hablando del negocio bancario, durante muchos años se hablaba de que la actividad turística generara su propio Banco por el volumen de dinero que maneja ¿pensás en el Banco mirando a la potencialidad turística y lo que eso significa?

No se me había ocurrido, pero recojo la idea.

Hablamos de todo pero no tocamos un tema muy sensible para el Grupo como lo fue Sol Líneas Aéreas. ¿Qué fue lo que pasó?

Sol es una etapa terminada para mí. Creo que se habló mal por algunas distorsiones de entendimiento, o de conocimiento de las cosas. Fue una compañía aérea que hasta el momento del accidente venía creciendo muy bien. Y un accidente en una compañía aérea es lo peor que te puede pasar, y más cuando es una compañía mediana/pequeña.

Después, a lo mejor, estuvimos en el momento y en el lugar equivocado. Nos tocaron años muy complicados, tanto para la Argentina como para la industria aérea. Con una Aerolíneas Argentinas absolutamente opresiva, por ponerle un término; con un gobierno nacional que no ayudaba a la expansión del sector privado. Por una cuestión de principios no quiero hablar de política, pero no apoyaban al emprendedor privado.

Cuando asume el actual gobierno, a mi entender, se interpretó mal un convenio que existe en el mundo de Feeder y llegamos en definitiva a una recesión de mutuo acuerdo con AR. Eso llevó a que se hiciera inviable en ese momento el negocio de una compañía aérea. Ante esa situación nosotros cumplimos con todo lo que correspondía y si bien hubo algún “rum rum” mediático, que era lógico y natural, cumplimos más allá de las responsabilidades que teníamos. No dejamos absolutamente nada sin cubrir. Sufrimos, porque a veces hay algunos medios periodísticos que trabajan de alguna manera que no es la más racional. Es una etapa cerrada. Si me preguntás, fue una experiencia que me sirvió para muchas cosas y me fue mal para otras. Aquel empresario que dice que las gana todas, no es cierto. No todas salen perfectas.

Fue una experiencia, el negocio aéreo es interesante, pero creo que estábamos en un mal momento, cuando empezamos con esa compañía había una faltante en el mercado, no había vuelos al interior. Hoy Avianca Argentina está copiando exactamente el modelo que empezamos en 2006. O sea, tan equivocados no estábamos.

Con la apertura que generó el Gobierno, ¿volverías?

Personalmente no volvería a incursionar. Y bienvenida sea toda esta apertura, pero va a haber una competencia brava. Hoy tengo mi foco puesto en estas tres vertientes que te decía antes; seguir creciendo en el negocio turístico, en el negocio financiero-bancario y en el inmobiliario. Además tenemos un plan bastante ambicioso para los próximos cuatro o cinco años, que nos concentra el esfuerzo, la cabeza y los recursos.

Desde que te incorporaste a la actividad turística, cuáles fueron para vos los hitos que marcaron al negocio turístico?

Pensando en los últimos 30 años los charters fue un tema que abrió el mercado. Se hizo muy fácil viajar, antes era mucho más complicado y caro hacerlo. Amplió la escala de precios. Esto coincide con un dólar subvaluado, en los 90, que le permitía al argentino viajar a cualquier lado.

También el desarrollo de las cadenas hoteleras a nivel mundial, el all inclusive y el commodity de una semana de alojamiento hizo que cambie mucho el negocio.

Y por último la tecnología cambió al negocio turístico por completo, hizo ingresar nuevos actores. Uno, como operador turístico y agencia de viajes, fuimos de aquellos que salimos espantados cuando empezaron las “punto.com”. Se decía que la gente no iba a comprar por internet y no fue asi, por eso nosotros nunca dejamos de invertir en el negocio.

¿Cómo ves el futuro?

Estoy viendo una fuerte concentración. Todavía no tengo del todo claro cuál va a ser la diferencia entre operador y retail, aunque en definitiva esa barrera se va borrando lentamente. Creo que habrá concentración en las operaciones, obviamente. Pero en el mundo y en Argentina seguirán existiendo muchas agencias pequeñas que necesitarán de esa concentración para poder seguir. Hoy Ola tiene una cantidad de clientes que son agencias de todo el país y que se pueden comunicar y acceder a precios y servicios a través de la tecnología que les ofrecemos.

La concentración es un tema importante a considerar, porque el modelo de negocios en turismo tiende cada vez más a eso…

Por eso mismo para mí se desdibuja la raya entre mayorista y minorista. Pero no van a dejar de existir y se apoyarán cada vez más en un gran distribuidor que le aporte la tecnología que necesiten. Creo que las franquicias van a seguir existiendo, porque puede ser más negocio usar una marca más grande, o asociarse. Hoy no sirve más estar solo por el mundo, en ningún negocio. Se ve con empresas, como la nuestra que tiene muy buen poder de compra y tiene la tecnología que le permite distribuir de una manera más eficiente, y eso te da un muy buen poder de venta.

La actual situación del país ¿permite que el negocio se siga expandiendo?

Si bien hay cosas de la economía que hay que seguir trabajando, creo que tendríamos que estar entrando en el círculo virtuoso de la economía en general. Creo que sí, se debería seguir expandiendo. Aparte, el negocio del turismo es uno que no puede cesar nunca. Hablando de Argentina cada vez somos más, si la economía va mejorando vamos a tener mayor poder adquisitivo y a medida que eso suceda lo gastamos. Viajar hoy pasó a ser una prioridad, hay viajes absolutamente para todos los bolsillos. Hoy la industria creció tanto que tenés de todo. Viajar es algo muy accesible y es casi un servicio de primera necesidad. El negocio tiene que seguir creciendo, y nosotros estamos en ese camino. En realidad yo nací en esta empresa. Empecé siendo cadete, porque hay que iniciarse desde abajo, y venía a trabajar después del colegio. Yo iba a buscar los boletos de Italmar. Mientras estudiaba en la facultad, también alternaba entre el estudio y la oficina. En quinto año de la secundaria ya coordiné el primer viaje de egresados a Bariloche porque en esa época hacíamos Turismo Estudiantil. Digamos que esa fue mi introducción al turismo.