“El objetivo de construir un aeropuerto de esta naturaleza fue el de cambiar la actual infraestructura de la terminal y reemplazarla por otra construida con materiales de bajo impacto ambiental”, dijo Ezequiel Barrenechea, presidente de Ecogal.
El costo de la obra, fue de 26 millones, y ejecutada por la Corporación América (CA), grupo argentino que administra, entre otros, los aeropuertos de Guayaquil, Zvartnots en Armenia, Carrasco y Laguna del Sauce en Uruguay.
De esta manera, a través de la empresa nacional Aeropuertos Ecológicos Galápagos (Ecogal), la CA administrará la terminal por espacio de 15 años y tendrá un 8 por ciento de ganancias sobre los ingresos anuales.
Desde el 15 de diciembre, comenzó el proceso de transición entre la terminal actual y la nueva. A partir de esa fecha parte de la actual terminal se irá desarmando, reciclando, y se le irá insertando en distintas formas en la nueva infraestructura.
Con esta tarea se cumple con la certificación de aeropuerto ecológico que le fue entregado por la LEED (Leadership in Energy and Environmental Design, del U.S. Green Building Council) del Consejo Americano de Construcción Sustentable.
La obra se levanta sobre un área de nueve mil metros cuadrados, y comprende la terminal aeroportuaria de seis mil metros cuadrados, más la duplicación de la plataforma existente y pista de despegue y aterrizaje. Deberá funcionar durante las horas en que se pueda utilizar la luz natural. Los aviones no podrán abastecerse de combustible para evitar la contaminación ambiental.
La nueva terminal proyecta optimizar el acondicionamiento natural ahorrando el uso de energía para refrigeración, maximizar la iluminación natural en los espacios interiores e integrar sistemas de energías renovables basados en energía solar y eolítica.
Los techos del edificio fueron construidos con material refractario para reducir la temperatura interior. Las paredes están formadas con elementos y pinturas que necesitan poca iluminación.
El agua que se utilice será reciclada y para reemplazar la energía eléctrica y la ventilación se empleará la luz solar y el viento.
El diseño de los desagües pluviales permitirá el control de calidad y cantidad de las descargas y se incorporarán colectores solares para calentar el agua. Además, los implementos para mezclar cemento y hormigón no tendrán químicos.
El presidente de Aeropuertos Ecológicos de Galápagos y ejecutivo del grupo argentino Corporación América, Ezequiel Barrenechea, contó que “Baltra será el primer aeropuerto ecológico del mundo y que no hay en este momento ningún otro certificado o por certificar que se esté construyendo. Se necesitó del trabajo de unos doscientos trabajadores, todos oriundos de las islas”, expresó. LL
Las tarifas que tendrán los vuelos hacia el continente, se mantendrán en el mismo valor hasta la inauguración, luego habrá un aumento que será solo para los pasajeros extranjeros. No habrá alza para los colonos.

Fuente: www.pulsoturistico.com.ar