British Airways ha elevado ingresos y frecuencias, pero en Iberia ha ocurrido todo lo contrario. El ministro de Industria español, José Manuel Soria, lo ha reconocido esta semana, concluyendo que la fusión con British Airways para crear International Airlines Group (IAG) “no ha sido buena” para la compañía española, que a 86 años de fundada pierde destinos, dinero y operaciones.

Las declaraciones de Soria llegan poco más de dos años después de que se hiciera efectiva la fusión, a inicios de 2011, tras más de dos años de negociaciones.

Por entonces, las dos partes dijeron confiar en que ese paso les ayudaría a contrarrestar la caída sufrida en la demanda, tanto de viajeros de negocios como turistas, después de la crisis financiera mundial. El Grupo tenía registro en España, pero sede financiera y operativa en Londres. Los accionistas de Iberia quedaban con el 44% del capital de la corporación, British retenía el 56%.

Soria, al reconocer ahora la situación desventajosa de Iberia, ha dicho a Antena 3 que el gobierno español es consciente de la situación, pero no puede hacer nada porque es una empresa privada y no hay herramientas para presionar o decir al consejo de IAG lo que tiene que hacer.

El gobierno “no puede presionar”, ya que se trata de una empresa privada, y no puede “decirle al consejo de IAG, ni de Iberia ni de BA, lo que tienen que hacer”, ha señalado.

También esta semana, el ministro español ha dado la buena noticia de que, tras un récord de llegadas internacionales y gasto turístico durante los primeros ocho meses (el mejor período enero-agosto de los últimos 12 años) y un agosto “extraordinario”, España debe cerrar 2013 con más de 57,8 millones de visitantes. Además, han sido meses récord en cuanto a gasto total de los turistas internacionales y gasto medio por estancia.

Es decir, mejoran las cifras del turismo internacional hacia España con el empuje de los mercados emergentes y la recuperación de los tradicionales, lo cual equivale a más visitantes extranjeros llegando al país vía aérea. También mejoran las cifras de British Airways. Pero empeoran los números de Iberia.

Los sindicatos de Iberia reaccionaron antes, y en la serie de paros del primer trimestre del año, además de oponerse a la propuesta de reestructuración de Iberia, denunciaban la unión con British Airways y lo que llamaron "desmantelamiento de la aerolínea".

Otros hablaron de “fagocitación” aun antes de hacerse efectiva la fusión, y la Asociación de Afectados por el Desmantelamiento de Iberia (AADIBERIA) advirtió que la fusión “fue mal diseñada y ha estado mal tutelada y mal orientada”, añadiendo que el papel de los directivos y los consejeros españoles en todo el proceso se definía “al menos como bochornoso”.
 
Ahora que el ministro de Industria ha reconocido la desventaja en el trato con British Airways, cabría hablar del daño real a la economía y el turismo español, las decisiones comerciales y técnicas que BA ha tomado por Iberia, o el abandono de rutas hacia países de la comunidad iberoamericana tras más de 75 años de operaciones hacia ellos.

Poco después de conocerse la decisión de que Iberia dejaría rutas como Montevideo, La Habana y Santo Domingo, el ministro de Turismo de República Dominicana, Francisco Javier García, decía en junio pasado que “Air Europa ha suplido una parte de los vuelos dejados por Iberia, pero de todas maneras abogamos porque Iberia haga una rectificación de esa medida. Iberia no es cualquier línea, Iberia es España, donde deja de tocar, deja de tocar España”.

“Creo que esta medida debe analizarse con mayor profundidad, debe intervenir el gobierno, porque esto no sólo es una decisión empresarial. Iberia es un símbolo de España, es una marca país, y para la República Dominicana y los países caribeños ha sido una pérdida importante. Nosotros abogamos porque más temprano que tarde Iberia anuncie nuevamente que vuelve con los servicios hacia todo el Caribe y hacia la República Dominicana, porque el encuentro entre dos mundos empezó por ahí y no podemos dejar que se rompa ese cordón umbilical”, decía el ministro dominicano.

Para muchos es hoy inexplicable esa especie de retirada de Iberia, como también lo es la falta de apoyo para el nacimiento de nuevas aerolíneas españolas que no dejen a España en una situación de indefensión en el transporte de pasajeros.

Esto sucede en un escenario en que la aerolínea española pierde imagen en Iberoamérica y se desestimula a pasajeros europeos a hacer conexión en Madrid en viajes trasatlánticos mientras se cierran sus puertas a los iberoamericanos. Paralelamente, ganan terreno París, Londres o Ámsterdam, y -mientras Iberia deja rutas- Air France-KLM, Lufthansa y British abren o planean abrir enlaces hacia los destinos de Latinoamérica y el Caribe.

Es momento de analizar quiénes han ganado y cuánto ha perdido España en pos de una pretendida globalización que le deja con menos y pone en desventaja a uno de sus símbolos, componente vital de su imagen como país y de su estrategia turística.

Fuente: Caribbea