Desde hoy a las 12 horas en el tercer piso del Aeropuerto Internacional de Carrasco ha comenzado la subasta de los aviones de la ex Pluna. Un panorama general para entender la situación.
 
QUÉ SE SUBASTA:
Siete Bombardier CRJ 900 NextGen, con capacidad para 90 pasajeros, 2.756 kilos de carga y una velocidad crucero de 827 km/h. Los aviones tienen 36,2 m de largo, 24,9 m de envergadura (de ala a ala), 7,5 m de altura y un diámetro del fuselaje de 2,7 m.
 
QUIÉNES PUEDEN PARTICIPAR:

Los interesados que deseen, se hayan registrado o no en el fideicomiso para obtener información y visitar las aeronaves. Antes del inicio de la subasta, los interesados deben entregar al fideicomiso una garantía de mantenimiento de su oferta de US$ 13.688.516 (el 10% del precio base).
 
OPCIÓN 1: SUBASTA AL ALZA
Comienza con una base de US$ 136.885.156, el equivalente a la deuda que Pluna S.A. mantenía con The Bank of Nova Scotia por la compra de los aviones. El ganador tiene la posibilidad de llevarse las aeronaves o de establecer una empresa nacional de aviación y negociar las frecuencias de la ex-Pluna.
 
OPCIÓN 2: SUBASTA A LA BAJA
Una hora después de declarada desierta la subasta al alza, se realizará la subasta a la baja. Se comenzará a pujar desde la base de US$ 136 millones, a razón de US$ 100.000 en orden decreciente, hasta un piso de US$ 100 millones. El primer interesado que oferte será el ganador. En este caso, no puede llevarse los aviones, debe montar una empresa nacional y contratar 250 exempleados de Pluna.
 
GARANTÍA DEL ESTADO:
Si adquiere las frecuencias, la empresa puede pedir al Estado uruguayo una garantía por la compra de los aviones de hasta el 75% del precio de las aeronaves.
 
DEUDAS:
Con lo recaudado de la subasta, el Estado debe cubrir las deudas de Pluna, que según declaró la empresa a la justicia concursal ascienden a US$ 379,8 millones.
 
QUÉ PASA SI NADIE OFERTA:
El Parlamento se debe reunir nuevamente para evaluar qué hacer al respecto. Desde el Poder Ejecutivo piensan establecer una política de "cielos abiertos", es decir, no reservar las frecuencias de vuelo que tenía Pluna para ninguna aerolínea.

Fuente: www.elpais.com.uy /