Desde los tribunales de Manhattan consideraron "racional" las exigencias del gobierno para los propietarios que ofrecen alquileres temporarios.

Una jueza estadounidense desestimó la demanda de Airbnb contra la ciudad de Nueva York por las restricciones impuestas a los alquileres a corto plazo, lo que, en principio, es un revés para la plataforma de alojamientos turísticos de en uno de sus principales mercados.

Si bien la decisión de la magistrada, Arlene Bluth, tomó la decisión el martes 8 de agosto, Airbnb había demandado a la ciudad en junio y ahora logró aplazar al 5 de septiembre la entrada en vigor de una legislación. En el marco de la crisis de vivienda, las autoridades gubernamentales obligarán a los propietarios a registrarse en caso de disponer de una propiedad destinada a los alquileres de corto plazo.

La empresa, por su parte, catalogó la decisión como un "veto de facto" a su actividad, mientras que desde los tribunales de Manhattan consideraron "racional" que la ciudad exija a los anfitriones registrarse y controlar la legalidad de los alojamientos que ofrece.

Nueva York
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El director de política global de Airbnb, Theo Yedinsky, criticó la decisión en diálogo con los medios de comunicación y señaló que las restricciones perjudicarán al turismo y a los residentes de "los barrios no céntricos que dependen de compartir sus casas" para llegar a fin de mes.

LOS DETALLES DE LA NORMATIVA DE NUEVA YORK 

De la única manera que permite los alquileres de menos de 30 días es si el anfitrión está presente en el alojamiento y no tiene más de dos visitantes. Sin estas dos condiciones, está prohibido alquilar apartamentos en cualquier plataforma.

De este modo, los anfitriones deberán registrarse en una oficina especial de la Alcaldía (OSE), situación que la empresa definió como un proceso lento e invasivo con la privacidad, y con muy poca probabilidad de aprobación.

Airbnb argumentó que los alquileres a corto plazo lograron facturación neta de 77 millones de euros en 2022, mientras que la empresa tuvo unos ingresos de 7.666 millones en el ejercicio. Además, en el segundo trimestre de 2023, alcanzó un récord de alojamientos activos, siete millones en todo el mundo, y un beneficio de 593 millones de euros, lo que significa un 72 % más interanual.