IATA volvió a pedir ayuda al Gobierno argentino
El vicepresidente de la asociación para América, Peter Cerdá, dijo que prevén que por el mercado argentino los ingresos disminuyan 2,4 mil millones de dólares.
La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) nuclea a 290 aerolíneas de todo el mundo, lo cual representa un 82% del mercado aerocomercial global. Dada la autoridad que tiene dentro de la industria, desde hace semanas viene alertando sobre las pérdidas que está teniendo el sector y lo importante de que cada Gobierno colabore para puedan sobreponerse a esta crisis provocada por el COVID-19.
En este marco, ayer realizaron una conferencia de prensa virtual que estuvo encabezada por el vicepresidente de IATA para América, Peter Cerdá, en la que se incluyó a medios argentinos. Dentro de esta videollamada, el ejecutivo volvió a insistirle al Gobierno argentino que las compañías aéreas necesitan ayuda. "En Argentina, la conectividad aérea —con 58 destinos internacionales que unen al país con el resto del mundo y favorecen la llegada de turistas— es determinante para su estabilidad y desarrollo económico. IATA hace un llamado a las autoridades para analizar iniciativas que provean asistencia inmediata y necesaria, así como a mediano y largo plazo, para las aerolíneas, sus empleados y toda la cadena de valor que se beneficia de la industria", explicaron desde la asociación.
Asimismo, hizo foco en que el transporte aéreo es uno de los ejes de la economía del país, apoyando a una cadena de valor que incluye pymes, corporaciones y multinacionales, en una gran variedad de sectores, como, por ejemplo, el turismo. "La industria del transporte aéreo en Argentina aporta 12 mil millones de dólares (US) al PBI del país y sostiene unos 329,000 puestos de trabajo directos e indirectos. En total, 2.1% del PIB de Argentina se apoya con los insumos del sector del transporte aéreo y los turistas extranjeros que llegan por vía aérea", insistió el ejecutivo.
En este sentido, realizaron una serie de pedidos, muchos de los cuales ya fueron adoptados por Brasil, Colombia, Estados Unidos, Noruega y Nueva Zelanda, entre otros.