Más de la mitad de los colombianos -26 millones y medio que viven por debajo de los 1.800 metros sobre el nivel del mar- están en riesgo de ser afectados por el dengue, enfermedad cuya “incidencia se ha ubicado en nivel de epidemia” durante todo el año, según el Instituto Nacional de Salud (INS).

En lo que va del 2013, según el boletín epidemiológico, con corte al 2 de noviembre, se han presentado 110.036 casos, más de 360 por día, de los cuales cerca de 3.000 son del tipo grave.
El dengue es producido por un mosquito (Aedes aegypti) y los síntomas aparecen de 5 a 9 días después de la picadura del insecto. (Vea aquí una gráfica de los casos de dengue notificados en el 2013 en Colombia)
Si se compara el total de casos con los 43.845 registrados en el mismo período del 2012, se evidencia un aumento del 151 por ciento, lo que, independientemente de lo que opinen las autoridades, configura una alarma.
Pero quizá lo más llamativo de las cifras es que la mortalidad por dengue grave alcanza un 4,7 por ciento, es decir, el doble de las muertes registradas en el 2010, cuando se evidenció el brote más alto en 20 años. (Lea aquí: Los síntomas del dengue y cómo evitar la enfermedad)
De las 129 muertes que configuran este total, la mitad ocurrieron en menores de 14 años, lo que también es un punto de análisis para las autoridades de salud.
Fernando de la Hoz, director del Instituto Nacional de Salud, entidad responsable de la vigilancia en salud pública en el país, señala que el brote del dengue que afecta al continente es consecuencia de varios factores.
“Las dos terceras partes del año han sido secas, lo cual está ligado al deficiente sistema de distribución de agua para consumo humano, que obliga a las familias a reservar el líquido en depósitos que favorecen, de manera sistemática, el desarrollo del mosquito”, dice De la Hoz.
También son factores importantes las migraciones, la creciente urbanización, el calentamiento global y las condiciones socioeconómicas de las personas.

Las regiones más criticas
Pero, más allá de las explicaciones, igualmente es motivo de análisis para los expertos que el 76 por ciento de los casos de dengue se concentran en 10 departamentos, encabezados por Valle y seguidos por Santander, Tolima, Meta, Norte de Santander, Antioquia y Cundinamarca.
A su vez, el 60 por ciento de los casos notificados provienen de 29 municipios, donde Cali, con 17.110 registros, es el primero. Lo siguen de lejos Ibagué, Villavicencio, Cúcuta y Bucaramanga.
Ante estos datos, tanto De la Hoz como el viceministro de salud, Fernando Ruiz, llaman la atención sobre la debilidad institucional que evidencian algunas entidades territoriales para enfrentar las acciones de salud pública.
Carlos Álvarez, presidente de la Asociación Colombiana de Infectología, dice que si bien hay un sistema de vigilancia, programas, guías de atención y metodologías de seguimiento para enfrentar el problema con eficiencia, “parece que no se aplican y no hay quien vigile en que esto se ponga en práctica”.
La fragilidad en la aplicación de las medidas se evidencia en Valle, Magdalena y Quindío. En Magdalena y su capital, por ejemplo, sorprende que llevan un año definiendo al responsable del tema. Y que, a mes y medio de acabarse el 2013, Quindío ha ejecutado menos del 30 por ciento del presupuesto destinado a la salud pública; y Córdoba y Sucre, menos de una décima parte.
El epidemiólogo Álvaro Cardona, doctor en Salud Pública y exdecano de la facultad de Salud Pública de la Universidad de Antioquia, es enfático en señalar que la responsabilidad de las escandalosas cifras de dengue, con su carga de complicaciones y muertes, no puede ser eludida por el Ministerio.
“Esta es una muestra palpable del fracaso de todas las políticas de salud pública y del mal manejo de los recursos destinados para ello, y que en algunos departamentos y municipios son administrados con criterio clientelista y politiquero, en contra del bienestar de la gente”, agrega el experto. Sin embargo, el viceministro Fernando Ruiz manifiesta que el Ministerio no es ajeno a esta situación, que se están desplegando las medidas para enfrentar el fenómeno, que no solo es de Colombia.
Reitera el llamado a gobernadores y alcaldes para que fortalezcan los planes de acción descritos, con fin de atenuar estas cifras y aplanar sus curvas crecientes. “Es una preocupación real que estamos enfrentado con mucha seriedad”, puntualiza.

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