El valor de la seguridad
De acuerdo a la Defensoría del Turista, 6 de cada 10 denuncias realizadas por turistas extranjeros que visitan la Ciudad de Buenos Aires refieren hechos de robos violentos, hurtos y arrebatos. Además, la institución autárquica que pertenece a la Defensoría del Pueblo de la CABA informó en enero que se trata del 56,25% de las denuncias registradas, y de esa cantidad el 16,7% ocurren en los lugares de alojamiento, mientras que gran parte, el 83%, corresponde a asaltos y arrebatos en la calle.
Para contextualizar: en noviembre de 2018, llegaron 207.801 turistas internacionales, lo que representa un 6,9% más de visitantes que durante el mismo mes de 2017, según el Ente de Turismo porteño. Ya son ocho meses consecutivos de crecimiento, consolidando la tendencia de los últimos dos años.
Asimismo, el mercado chileno creció 46,1% por el arribo de 25.839 visitantes. También se destacó el mercado brasileño (+16,3%) y el europeo, impulsado por España, Reino Unido y Alemania (+7,2). Además, entre enero y noviembre de 2018 se registró un aumento del 4,3% del turismo internacional, con preeminencia de turistas brasileños, europeos y del Resto de América.
Cabe preguntarse, entonces, ¿cuál es el verdadero impacto de la inseguridad en la Ciudad? ¿Afecta realmente al turismo? Por lo pronto, se podría arriesgar que no es una variante que haya pegado directamente en la visita de personas. ¿Eso podría cambiar de cara al futuro? Entre estadísticas y opiniones, Mensajero Turístico buscó elaborar una respuesta.
Sean buenas o malas
El Gobierno de la Ciudad, a cargo de Horacio Rodríguez Larreta, presentó a principios de año el tristemente célebre Mapa del Delito (Ver recuadro I), el cual está conformado por las denuncias en las comisarías, encuestas de victimización y llamados al 911. Y los resultados poco sorprendieron, aunque dejaron tela para cortar y cifras para analizar.
“Las estadísticas se muestran, sean buenas o malas. Es un compromiso que asumimos con Horacio. Y en base a estas nosotros actuamos”, aclaró en el marco de la presentación Diego Santilli, el Vicejefe de Larreta.
La ciudad, comentó Santilli, es la única jurisdicción que cuenta con un sistema de seguridad capaz de realizar un seguimiento en tiempo real de los efectivos y los patrulleros móviles. “Están todos cien por ciento monitoreados. Al minuto, sabemos quién está ausente, quién está cerca y así podemos trabajar de otra manera”, agregó.
Según datos recopilados por el Ministerio de Justicia y Seguridad porteño, hubo una merma en el número de asesinatos y en el robo de autos con respecto a 2017. Por otra parte, también aumentaron los robos y hurtos, en especial los realizados por los “motochorros”. Si habláramos de totales, el Mapa del Delito señala que en 2018 hubo 70.648 robos, superando los 68.297 que se registraron en 2017.
No obstante, la Comuna 1 lidera la estadística de homicidios con 34 muertes violentas; le sigue la Comuna 8 -Lugano, Soldati, Villa Riachuelo- con 19 casos y 14 en la Comuna 7, Flores.
La misma Comuna 1 -que incluye a Retiro, San Nicolás, Montserrat, Constitución, San Telmo y Puerto Madero- acumuló la mayor cantidad de robos y hurtos en el año pasado, 16.115 casos, con un incremento del 3 por ciento con respecto a 2017.
Una de las bajas sustanciales que reveló el estudio se observó en las muertes registradas en el ámbito de la Ciudad. Los homicidios dolosos en 2018 fueron 136, contra los 144 que hubo en 2017, una disminución porcentual del 5,56%.
Antecedentes
En ese contexto, y cuando a enero le restaban aún dos semanas, la propia Defensoría del Turista informó que finalmente se reforzó la seguridad en corredores turísticos de Retiro, el Microcentro (Comuna 1) y La Boca. Una suerte de bálsamo si se quiere.
Sin embargo, hay que aclarar que esta acción fue implementada tras el asalto que sufrió el turista sueco Christoffer Persson, el 31 de diciembre, en Monserrat. Conocido mediáticamente por haber perdido una pierna a causa del ataque.
Paradójicamente, casi en simultáneo con el despliegue de fuerzas, que buscaba incrementar la seguridad en los centros turísticos más concurridos por los extranjeros, un turista ruso de 50 años fue abordado por tres delincuentes y terminó apuñalado en el abdomen y quedó internado. El episodio sucedió en Avenida de Mayo y San José.
Un poco más atrás en el tiempo, hay que recordar que el 8 de diciembre pasado, Joe Wolek, turista estadounidense de 54 años fue atacado por dos ladrones cuando paseaba por el barrio de La Boca durante la mañana. Estuvo internado en el Hospital Argerich 21 días, hasta que le dieron de alta.
Precauciones
“Si bien no es violenta, Buenos Aires es insegura, como ocurre en todas las grandes capitales del mundo”, reconoce Aldo Elías, presidente de la Cámara Argentina de Turismo. El problema, explica, es que no se está combatiendo como debería, con criterio y con energía.
Según Elías, uno de los representantes habituales que tiene nuestro país en las ferias internacionales, en el exterior la percepción sobre la Argentina no es taxativa. “Hay algunos destinos que advierten sobre la inseguridad. Y hay otros que no dicen absolutamente nada. Es una situación que claramente no ayuda al turismo, pero es complicado hablarlo desde la actividad”, asume.
Y concede que la situación podría cambiar, gracias a un trabajo mancomunado que se está haciendo entre el Ministerio de Justicia y la Secretaria de Turismo de la Nación (Ver Recuadro II). Pero para esto falta. O por lo menos no es inmediato, ni mucho menos. Como todo lo que se pretende hacer bien, tomará su tiempo. Las intenciones de base están.
Daniel Minbielle, Funcionario de la Defensoría del Turista, resaltó que “la inseguridad es un problema que afecta a los ciudadanos de Buenos Aires, en realidad, nos perjudica a todos por igual, pero cuando le toca a un turista es peor, porque está desamparado por el tema del idioma, no conoce el hospital público, y demás. Ahí salimos un poco a contenerlos y ayudarlos, para estar al lado de ellos y facilitarles todo lo que podamos”.
Al momento de enterarse sobre un acontecimiento grave, la comunicación es inmediata, y recién empieza a viralizarse en los medios de comunicación tres o cuatro días más tarde, según lo que explicó el funcionario. Si de políticas de estado se trata, Minbielle aclaró que “no es una de las funciones que tiene la Defensoría”, pero confesó que “colaboran mucho con la policía turística para proteger a los viajeros”, además de ratificar que la Ciudad es más insegura en la actualidad, en comparación con una década atrás: “La inseguridad es un problema global del país. El turista es totalmente distinto al de hace diez años. Es mucho más libre, utiliza más el transporte público, y está mucho más expuesto que antes”.
Por último, Minbielle destacó el método de enseñanza para el personal encargado de proteger a los turistas, y se refirió a las tareas puntuales que cumplen: “Capacitamos a toda esa gente, para finalmente conformar los Corredores Turísticos Seguros.
ctualmente, están funcionando en San Telmo, Recoleta, Puerto Madero y La Boca. Yo los vi en acción, y por ejemplo, guían a los turistas para ir por calles más seguras, les sugieren guardar las cámaras de fotos en las mochilas, les aconsejan guardar los celulares si los dejan arriba de las mesas externas en los restaurantes, y demás. Sé que suena feo, pero es prevención”.
Gabriela Akrabian, Presidenta de la Cámara de Hoteles de la AHRCC (Asociación de Hoteles Restaurantes Confiterías y Cafés), también opinó sobre la problemática de la inseguridad, y la serie de inconvenientes que deben transitar aquellos que vienen a visitar nuestro país: “Los turistas sufren constantemente robos, hurtos, ‘pungueos’, y demás. Es algo que viene pasando en Buenos Aires hace mucho tiempo. Lamentablemente, nos acostumbramos a vivir con la inseguridad. Hoy en día hasta es imposible caminar hablando por teléfono. En otras ciudades esto no pasa, no están pensando en que van a robarte el celular”.
Por otra parte, Akrabian reconoció que han llegado a advertir a los huéspedes para que no dejen sus pertenencias
en las mesas mientras van a servirse el desayuno, y sostuvo que “la inseguridad no es una sensación, es una realidad”: “Tenemos que aprender a convivir con eso sin asustar al pasajero. Solamente hay que advertir a los turistas y darles pautas de precaución para que no estén con el celular a la vista o para que no circulen solos en ciertos lugares a la noche. Hay muchas cosas que se nos pueden escapar, pero esto debería hacerlo el Gobierno de la Ciudad”.
Por último, la Presidenta de la Cámara de Hoteles de la AHRCC diferenció el estilo de los robos que hay en Argentina y en otros países a nivel mundial: “En otros lugares roban, pero no matan. Acá, por desgracia, los casos últimamente son cada vez más violentos. Tenemos que ver de qué forma podemos trabajar con más presencia policial, o que la gente que es atrapada por estos delitos que realmente paguen una pena como corresponde. Con todos los avances tecnológicos que hay, no debería ser complicado encontrarlos”.