Un misil, dos nuevas oportunidades y un despiste
La semana pasada una noticia tuvo por protagonista a la ciudad de Mar del Plata. Según el Australian Broadcasting Corporation (ABC News), ante el inminente conflicto bélico entre Estados Unidos y Corea del Norte, “La Feliz” sería el punto más seguro en caso de que al régimen comandado por Kim Jong-Un se le ocurra lanzar un misil espacial, cuyas estimaciones hablan de un poder de fuego de 15 mil kilómetros.
Dicen las malas lenguas que debido a esto, los alquileres de sombrillas se dispararían esta temporada.
¡A la sombrilla antimisil! ¡Compre señora, compre!
Siempre se dice que una crisis crea una oportunidad, y para el AVE Barcelona-Madrid la situación inestable creada por la posible independencia de Cataluña se les ha presentado más que positiva. Los datos indican que hubo un incremento de pasajeros en la línea debido al traslado de las sedes sociales de varias empresas desde la Ciudad Condal hasta la capital y al desplazamiento de directivos y trabajadores entre ambas terminales. Unos ganan y otros pierden!!
Una empleada de una operadora mayorista nacional comentaba que desde que dejaron de asistir a la FIT con stand propio finalmente pudo visitarla y recorrerla en su totalidad hace un par de ediciones.
“Es verdad”, le replicó una colega con la que mantenía la charla, “durante 10 años fui parte de una empresa que exponía siempre en la Feria y estaba los cuatro días adentro de La Rural pero nunca tuve tiempo para admirar los stands, charlar con la gente o degustar las riquísimas empanadas que llevan las provincias”.
Una turista que estaba paseando por una localidad cordobesa metió la pata, literalmente. Mientras caminaba por la tarima de un sitio natural observó que el piso a ambos lados de la pasarela estaba seco y no tuvo mejor idea que bajarse sin hacer caso a los carteles de advertencia.
Todo iba bien hasta que el barro, cual arena movediza, se apoderó de su pierna derecha y quedó atorada en el medio de la nada; mientras más esfuerzo hacía para salir, más se hundía. Por suerte sus gritos fueron escuchados por otro turista que corrió a buscar a los responsables del Parque.
El susto no pasó a mayores, pero deja la enseñanza de que para algo existen los carteles... y el sentido común!