Viaje a las estrellas
Si bien el marco de crisis afecta a todos los sectores sociales, es verdad que hay todavía un mercado de altísima gama que no se fija en gastos. Para ellos, Biblos LCC, Virgin Galactic y Virtuoso trajeron a Argentina el producto Aventura espacial, un ticket de 200 mil dólares que ya despierta el interés.
Las últimas noticias referidas a la economía mundial no son muy alentadoras. El turismo, dicen los principales gurúes de la actividad, disminuirá sin más en los próximos años y la crisis se cernirá sobre la industria. Ya no cabe lugar para las especulaciones ni para los especuladores y aunque algunos se hacen los distraídos, las reservas del exterior ya se están cayendo y en lo que hace a turismo interno, las provincias se desviven en estrategias de promoción que, según los reveladores de resultados, dan o no sus frutos.
Sin ir más lejos, y en el marco del XXXV Congreso de la Asociación Argentina de Agencias de Viajes y Turismo (AAAVyT), Enrique Meyer, secretario de Turismo de la Nación, convocó a trabajar para minimizar el impacto de la crisis internacional en el turismo. En la misma senda, Ricardo Roza, presidente de AAAVyT, recordó que el turismo es una “herramienta estratégica para sostener los niveles de empleo, y hacer sustentables algunas economías regionales”.
No obstante frente a lo que marcan los principales indicadores económicos del país (uno de los últimos evidenciaba una caída en la recepción de turistas que superaba el 20 por ciento), siempre hay un espacio para la innovación y un mercado dispuesto a gastar millones de dólares por una experiencia que, prometen sus promotores, será inolvidable. Los viajes al espacio ya están entre nosotros. Y los tickets están disponibles para aquel ciudadano que cuente con 200 mil dólares en la billetera y los quiera invertir en unas vacaciones de…cuatro minutos.
Una apuesta universal
La semana pasada la agencia local Biblos LCC, la empresa aeronaútica Virgin Galactic y Virtuoso presentaron “La aventura espacial” en Argentina.
Sergio Durante, Presidente de Biblos LCC, consultora en viajes de lujo, fue nombrado por Virgin Galactic, primera línea espacial privada del mundo, como Agente espacial calificado para comercializar viajes suborbitales privados.
Virgin Galactic, permite al público en general convertirse en un astronauta no profesional, creando así un nuevo concepto turístico que, a pesar de la difícil situación económica mundial, continúa creciendo en ventas.
Hace algunos años sólo podían realizar viajes al espacio astronautas calificados, o los muy pocos «turistas espaciales» que viajaron hasta la Estación Orbital Internacional. Para revertir la situación, Virgin Galactic ha creado un nuevo concepto turístico, ofreciendo la innovadora propuesta de convertir en astronautas no profesionales a personas comunes.
A reservar que se acaban
Los expertos explicaron que existen tres niveles de reserva. Los Fundadores son las primeras 100 personas en volar con un depósito de 200 mil dólares, el precio total de un pasaje. Los Pioneros son aquellos pasajeros que realizarán esta increíble experiencia durante el primer año de operaciones de Virgin Galactic y los Viajeros son quienes han realizado la reserva inmediatamente después de éstos.
Virgin Galactic está construyendo una nave espacial construida con fondos privados e inspirada en la extraordinaria SpaceShipOne, la primera aeronave comercial que voló, no una sino tres veces al espacio en el 2004, para ganar un concurso internacional que otorgaba 1 millón de dólares. La misma cuenta con un diseño y una técnica exclusiva que proporciona un sistema extremadamente sólido en todas las fases de la aventura espacial.
Para evitar inconvenientes, antes de cada viaje, se exigirá a los pasajeros-astronautas un análisis médico para asegurar su buen estado de salud. Además, la empresa se encarga de entrenarlos en simulador virtual para que puedan emprender esta magnífica travesía (un poco más violenta que una montaña rusa, pero no demasiado).
Los vuelos son llevados a cabo por dos pilotos especializados (todos ellos seleccionados de la empresa madre Virgin Atlantic) y seis pasajeros que podrán disfrutar de la gravedad cero y sacar fotos a través de las amplias ventanas de la nave.
Ya son 283 las personas en el mundo que reservaron un lugar en la SpaceShipTwo, la nave de la compañía Virgin Galactic -un proyecto del multimillonario británico Sir Richard Branson-, que hará viajes privados al espacio a partir del primer semestre de 2011. Así lo confirmó Carolyn Wincer, directora de Ventas, en la presentación que tuvo lugar en el Palacio Duhau de Capital Federal. “Ofrecemos este servicio porque a los argentinos les gusta viajar y conocer, siempre están dispuestos a aprender algo nuevo”, dijo. Si bien durante la semana se especuló que entre ese nuúmero de pasajeros había dos argentinos, el viernes a última hora, Sergio Durante confirmó que no existe tal cosa, aunque sí ya hubo un interés por el producto y las consultas se hicieron oír en la agencia Biblos. “Hay más de 10 argentinos interesados en hacer el viaje que ya empezaron a hacer consultas”, afirmó. En la rueda de prensa surgió el tema de la seguridad del vuelo. Al respecto, Wincer dijo que los pasajeros “no tienen seguro de vida, es como hacer bunjee jumping, sólo hay que firmar un consentimiento”. Y para ser de los primeros en viajar, los interesados deben pagar un mínimo de 20 mil dólares. “Si dejan más dinero tienen más posibilidades de viajar antes”, explicó Durante.
Una panorámica
El vuelo durará unas dos horas, partiendo desde Nuevo México (Estados Unidos), donde ya se está construyendo el aeropuerto y un hotel. La nave despega sujeta a una nave nodriza por una pista normal y al alcanzar los 15 mil metros de altura se desprende para acelerar hasta 4.200 km/h para llegar a los 110 kilómetros de altura en 90 segundos. La nave apaga entonces los motores y por «eternos» cuatro minutos los turistas pueden sentir la sensación de volar en gravedad cero, para ver al planeta azul (la Tierra) desde el negro espacio a través de alguna de las 12 grandes ventanas. No tienen comida ni baño. Y si hay una emergencia médica, la SpaceShipTwo está preparada para descender en 20 minutos.
Carolyn Wincer ya proyecta a futuro: “En cinco años el precio del pasaje será de 50 mil dólares y en 15 costará lo mismo que un auto”.
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