La añosa arboleda de plátanos de la avenida San Martín recibe en Colonia Caroya a quienes llegan con ganas de probar el vino cordobés. Conocida por la peperina, los alfajores y el fernet, para algunos turistas, resulta raro escuchar hablar de varietales, bodegas y viñedos en la tierra del cuarteto.
Sin embargo, lo que muchos no saben es que fue en Córdoba donde se hizo el primer vino americano que se sirvió en la Corte española, allá por el siglo 17. Los jesuitas impulsaron esta actividad en su Estancia de Jesús María. El vino, conocido como lagrimilla, resulta un ejemplo de la fecunda labor de esta orden religiosa por estas latitudes. Con el tiempo, la producción vitivinícola se vio reforzada con el arribo de los inmigrantes friulanos a la zona, a fines del siglo 19 y principios del 20.
Todo esto derivó en una tradición que, en los últimos años, la Agencia Córdoba Turismo viene consolidando mediante diferentes acciones. Una de las más destacadas tuvo lugar en 2009 con la creación de la Ruta del Vino local y su incorporación a los Caminos del Vino de nuestro país, mediante Bodegas de Argentina. Esta entidad agrupa a los principales establecimientos y se ocupa de difundir la actividad a nivel internacional, lo que genera interesantes beneficios en el ámbito turístico.
Actualmente, siete bodegas integran el Camino del Vino provincial. La mayoría se encuentra en el Norte cordobés y el Valle de Calamuchita. Ellas son: La Caroyense (Colonia Caroya), Bodega Nanini (Colonia Caroya), Bodega Riviesse (Colonia Caroya), Bodega Jairala Oller (Ischilín), Familia Lucchesi (Villa del Rosario), Las Cañitas (Villa Berna) y Finca Atos (Atos Pampa).
En Córdoba, predomina la cepa isabella (frambua), que se cosecha especialmente en Colonia Caroya, donde los friulanos sembraron un legado gastronómico regido por este vino tinto, ideal para acompañar los salames caseros. Además, en la bodega La Caroyense, también se hace el único vino de misa autorizado por el Arzobispado de Córdoba. En este caso, las uvas de moscatel y torrontés provienen de Quilino. Pinot negro, merlot, cabernet sauvignon y malbec son otros varietales que se cultivan en el territorio provincial, aunque en menor medida. En tanto, La Caroyense también tiene certificado de indicación geográfica para hacer vinos espumosos (sauvignon y chardonnay) con el método Champenoise, la forma tradicional de producir champagne realizando la segunda fermentación dentro de la botella, lo cual genera las burbujas.