La ciudad de Buenos Aires es la primera puerta de entrada al país. Representa una de las ciudades más grandes del mundo, la sede financiera y bursátil más importante del país, cuenta con el principal puerto comercial y es la capital cultural más importante de Sudamérica. Estos y otros factores sirven de ventana al mundo y realzan el factor turístico. No por nada Buenos Aires ha ascendido a la cima sudamericana del turismo de reuniones y se ha convertido en meca del turismo gay en los últimos años, atrayendo a visitantes de todas partes del mundo.
Sin embargo, una sensación de incompatibilidad recorre las relaciones entre el gobierno de la Ciudad Autónoma y el Gobierno nacional en materia turística; parece no haber un trabajo en conjunto consolidado. Pero, ¿cuánto de verdad hay en esta afirmación? ¿Hay una construcción mediática de un enfrentamiento inexistente? En vistas al 31 de julio, cuando se defina el ballotage entre Mauricio Macri y Daniel Filmus para la jefatura de Gobierno porteño, es clave pensar sobre las perspectivas que tiene el turismo hacia adelante. Mensajero recogió entonces los testimonios de los personajes e instituciones más importantes del sector para dar una posible respuesta a estas preguntas.

Desconexiones

Buenos Aires es la meca del turismo nacional y el principal emisor de turistas para los diversos destinos del país, postulándose así como uno de los principales motores en la economía nacional. El turismo ya representa el 8% del PBI.
Por ello es que la simple convivencia ente las gestiones y las articulaciones de la Ciudad y la Nación no alcanzan para conseguir los objetivos que el suelo porteño aún puede explotar. Un mayor trabajo mancomunado y el compromiso entre ambos organismos son tan necesarios como importantes para potenciar el crecimiento de la actividad turística.

Ojos que no ven, corazones que no sienten

Nuestros entrevistados no dejaron dudas sobre la colaboración de ambas gestiones en materia turística. “Las relaciones entre Nación y Ciudad son fluidas en temas turísticos, la industria nunca ha estado en el medio de intereses políticos, y por suerte, siempre los funcionarios se han unido en pos de un objetivo común que es la potencialidad de la actividad”, advirtió Oscar Ghezzi, Presidente de la CAT y FEHGRA, y continúo: “Es primordial trabajar en conjunto, si pensamos una Argentina en función de una unidad nacional hay que estar juntos, ahora si lo hacemos en virtud de cada provincia es un pensamiento muy chiquito y no se va a conseguir nada. El más grande siempre será el más grande, pero si se asocia y trabaja mancomunado con los demás va a ser más grande aún, porque si las entidades se unen todas la fortaleza será gigante y el turismo el mayor beneficiado”.

Juega de local
En declaraciones a este medio, y en torno a la importancia de acercar posiciones para que el trabajo en común entre el Gobierno Nacional y el de la Ciudad sea más directo y productivo para la actividad, la Directora de Comunicación y Estrategias de Mercado del Ente Turismo Ciudad de Buenos Aires, Mónica Kapusta, resaltó: “Diferencias ideológicas, o hasta inclusive de carácter técnico, no significa necesariamente incompatibilidad de gestión o diálogo; nosotros vamos a seguir apostando a la continuidad del trabajo compartido como lo hemos hecho hasta el momento tanto desde el INPROTUR como desde el CFT- Consejo Federal de Turismo-.” A su vez, comentó que “se necesita mucha vocación de gestión, profesionalismo y capacidad de compatibilizar posiciones para que el país se vea favorecido a raíz de un trabajo unido”.

Visión nacional
Para el INPROTUR, las cosas no son tan idílicas. Su secretario ejecutivo, Leonardo Boto, aseveró que “pese a que las relaciones son cordiales y en algunas temáticas se trabaja conjuntamente, como en las acciones de promoción internacional, en algunas áreas hay una falta de participación de la ciudad como sí lo hacen otras provincias. Esto se vio por ejemplo el año pasado con la ausencia y retiro de Ciudad 15 días antes de que largara el Dakar”. “Tampoco se la ve activa a la Ciudad en políticas de calidad turística, en la participación en los programas de desarrollo y en la captación de inversiones internacionales. No es una mala relación o conflicto, sino falta de entusiasmo en la participación conjunta. Falta la decisión política de trabajar más de cerca, lo que le haría bien a todos”, agregó.

Las asociaciones
Por su parte, el titular de AOCA, Fernando Gorbarán, manifestó: “Si bien desde la Asociación que presido no nos afecta como a otras entidades la actual convivencia entre Ciudad y Nación, porque no dependemos de ellos para llevar adelante nuestras acciones, nuestro mayor reclamo es que no contamos con inversiones, ni compromiso, para la creación de un Centro de Convenciones que esté a la altura de una ciudad como Buenos Aires”.
“En política es normal que existan diferencias y adyacencias, y suele ser difícil mancomunar trabajos en éste ámbito; lo importante es que haya entidades como el INPROTUR o el Consejo Federal de Turismo para que se pueden articular distintas misiones y cada uno pueda participar, dialogar y resolver cuestiones”, manifestó el titular de AVIABUE, Fabricio Di Giambatista, quien igual aclaró que “si bien en turismo siempre tienen como objetivo mejorar, y pese a que existan las diferencias ideológicas entre las cúspides políticas no creo que se esté trabajando tan aisladamente y no afecta a la actividad”.
“El turismo debería ser un ejemplo para todo los demás, porque acá no existen las ideologías, y la Ciudad y la Nación no están alejadas”, afirmó el vicepresidente de la AHRCC, Luis María Peña, quien aseguró que “la industria le lleva años de ventaja a la política en términos generales porque no hay partidismo; acá no se discuten ideas, se tratan proyectos, agendas, y estrategias”. Además, Peña señaló que “la Ciudad no es para nada autosuficiente, porque en cuestiones planteadas desde la AHRCC como los problemas con la inseguridad, el transporte, la basura o la iluminación no pueden atender respuesta sólidas y desligan diciendo que eso se resuelve en un plano político diferente donde interviene el área nacional”.

Atención
Cabe destacar que la Ciudad de Buenos Aires es una marca instalada tanto en el mercado interno como en el exterior, siendo además la puerta de entrada para la gran mayoría de los turistas extranjeros que vienen al país, que según registros nacionales durante el 2010 fueron más de 10 millones.
Por eso, y en pos de limar asperezas, celos e histerias para acercar posiciones, es primordial una convivencia política leal y así fortalecedor el diálogo, y con ello desarrollar aún más la actividad turística. En una y otra jurisdicción hay basamentos y recursos técnicos con formación y experiencia para lograrlo.

Marcando territorio
Hay un hecho que sí marca que, en el turismo, hay decisiones que pueden dar lugar a asperezas.  En 2012, por cuarto año consecutivo, la largada del rally Dakar se realizará, como ya es costumbre, en la Argentina, pero en este caso no partirá desde la Capital Federal sino que lo hará en Mar del Plata, a 400 kilómetros de la Ciudad Autónoma.
Las diferencias entre las gestiones obligaron a tomar una medida que no resulta simpática ni deja espacio para las dudas, y que lo único que logró es evidenciar algún  cortocircuito entre la Ciudad y la Nación, siendo el mayor perjudicado el sector  turístico privado.
Las antinomias obligaron a tomar una medida que no resulta simpática ni deja espacio para las dudas. En este caso, es válido decir que la política tuvo una fuerte injerencia en la decisión, pese a que la incompatibilidad no parece ser moneda corriente en el turismo, según nuestros entrevistados.
Nadie duda de las buenas intenciones turísticas de ambas gestiones para fomentar y desarrollar la actividad; sin embargo, esta –innegable- interna sólo conlleva a una desarticulación en el trabajo mancomunado que retrasa el potencial crecimiento de la industria.