Con la nieve cordillerana como telón de fondo, el valle bendecido por lagos y ríos de montaña y la generosidad de la cocina a leña, la Comarca de los Alerces es un destino ideal para disfrutar de la temporada de invierno 2012. A las excelentes pistas de esquí y los paseos y excursiones tradicionales (visita al Parque Nacional Los Alerces, paseo en La Trochita, etc.) se ha ido sumando el valor agregado la cocina patagónica gourmet. Prueba de ello son las texturas y aromas de los productos artesanales que definen la mesa de los esquelenses y a la que están invitados todos los viajeros. “Día a día y año a año  hemos mejorado la oferta gastronómica gracias a la especialización y profesionalización del personal de la mayoría de los restaurantes de Esquel”, cuenta el chef Daniel Ferrada, quien en su curriculum rememora los cinco años de trabajo que pasó codo a codo con el Gato Dumas.

Resto bar en La Hoya
Ferrada está a cargo de la nueva propuesta del flamante Resto bar La Hoya, a 1600 metros de altura del cerro, concesionado por el grupo Schiavone, que puede alojar a 350 comensales en el salón principal y ganó otras 80 plazas alrededor de un fogón especialmente diseñado para brindar servicio de cafetería, con un ventanal con mirador hacia el cañadón.
La novedad dentro del Centro de Deportes de Invierno La Hoya está enfocada en el concepto de cocina de montaña: “Un fast food donde ofreceremos tartas, empanadas, pizzas, hamburguesería y combos infantiles; y también platos más contundentes como guisos o pastas rellenas; y una carta de postres con clásicos como el flan casero. Apuntamos a comer sabroso, rápido y abundante, y un servicio diez puntos”, explica el chef. Además, adelantó que se realizarán eventos especiales con chef invitados para que los deportistas disfruten de una parada gastronómica y experimenten nuevos sabores, sin restar tiempo a su objetivo primero, que es disfrutar del esquí y el snowboard. En cuanto a los costos, el precio promedio de un menú ronda los 85 pesos por persona.

Esquel gourmet

Los restaurantes de Esquel han mejorado sus cartas de acuerdo a las exigencias de un mercado cada vez más competitivo. En ningún establecimiento gourmet faltan los ahumados, el cordero patagónico o la trucha, productos típicos y protagonistas de la cocina patagónica. Al momento dulce, las frutas finas, como las frambuesas, frutillas y grosellas cosechadas en los alrededores, marcan la identidad de una repostería fresca y original.
“Cuando llegué a Esquel en 2005  había menos personal con experiencia en el sector. Hoy tenemos excelentes cocineros, incluso especialistas en repostería. Estamos todos muy afilados y no tenemos nada que envidiar a otros destinos patagónicos. Permanentemente viajamos a otras ciudades a capacitarnos e intercambiamos recetas y secretos con chefs de otras latitudes en todo el mundo”, dice, orgulloso, Ferrada, quien junto a su mujer, Marita Muñoz (pastelera, repostera y chocolatier), tiene su propio restaurante, El Mirador,  “En nuestra carta predominan la trucha, el jabalí, el ciervo y el cordero, además de la carne vacuna y el pollo, siempre acompañados con variedad de guarniciones. Entre las especialidades dulces podemos ofrecer el zócalo de merengue quemado con frutos rojos o la crema de maracuyá con salsa de rosa mosqueta”, enumera.
Otra excelente opción gourmet es el restaurante La Bodeguita de Cumbres, en el hotel Cumbres Blancas (Avenida Ameghino 1683), que propone una carta internacional pero elaborada con los clásicos regionales de la cordillera: carnes ahumadas, cordero patagónico, truchas y las pastas artesanales. También el restaurante de Las Bayas Hotel (Av. Alvear 985), donde se preparan excelentes opciones de cordero patagónico, trucha, verduras y frutos rojos de la región con toques de fusión internacional. Además, dentro de las múltiples opciones y presupuestos que ofrece Esquel, no puede faltar una degustación de pizzas en Patagonia Winds (General Roca 445) y las “pastas con magia” de Don Chiquino (Ameghino 1641), dos clásicos que perduran temporada tras temporada.