Néstor Denoya, presidente de la Asociación de Turismo Estudiantil de Bariloche (ATEBA), dijo a Télam que los pasajeros nacionales llegan semanalmente y completan su estadía sin inconvenientes, con la excepción de algunos grupos de junio cuyo viaje fue reprogramado para septiembre.
"La temporada es casi normal, hay mucho movimiento porque estamos dentro de las ocho semanas de la temporada alta", explicó y estimó que el número final de pasajeros se verá recién en enero.
Denoya indicó que en esta época la ciudad recibe a 6.400 estudiantes por semana, lo que en las ocho semanas de la alta suman 51.200 pasajeros.
La temporada estudiantil se extiende este año desde el 29 junio (en tiempos normales se inicia el 14) hasta el 20 de enero.
Antes de la erupción del volcán se preveía que podrían visitar Bariloche unos 150.000 jóvenes, estimación que cayó a 110.000 luego del fenómeno, Un impacto mayor sufrieron las reservas programadas de estudiantes brasileños, debido a los problemas de operación de vuelos, por lo que hasta el momento llegaron vía Esquel 1.600 jóvenes de los 6.000 previstos para todo el año.
Denoya señaló que en términos de seguridad y salud de los pasajeros "no hubo problema alguno", y destacó que en adelante es fundamental el trabajo junto a los padres y acompañantes adultos que "vienen y comprueban que no existe riesgo ni anormalidad alguna en este viaje".
En ese sentido, Víctor Alfaro, titular de la agencia local Barlan Travel, dijo a Télam que "no fue fácil remontar la imagen negativa que crearon los medios nacionales, demandó mucho esfuerzo de operadores y prestadores remontar la confianza de los padres con el turismo estudiantil".
Alfaro destacó el trabajo de las empresas locales y nacionales, junto al ente promocional Emprotur, y el respaldo del Ministerio de Turismo de la Nación, que logró demostrar que las condiciones de seguridad y salud para viajar a Bariloche son las mismas de una temporada normal.
Otro de los aspectos que destacan los empresarios es el resultado favorable del trabajo preventivo realizado en el sector de los boliches, el principal en el viaje de egresados.
Roberto Bruzzone, gerente de la disco ByPass, dijo a Télam que las disco avanzaron en la aplicación de un "código de convivencia muy efectivo", que entre otras cuestiones prevé sanciones para los grupos que ocasionen disturbios o problemas: se quedan sin las siguientes noches programadas.
De esta manera, se desterraron las situaciones de descontrol e inseguridad del pasado y ya no se registran hechos de descontrol.
En general "la noche en la ciudad se ordenó totalmente. Los chicos ingresan a las 11 o 12 de la noche, y el cierre es alrededor de las 5 de la madrugada, cuando se van a dormir y pueden disfrutar de las excursiones".
Bruzzone explicó que terminaron con "la famosa `previa`, que en otras ciudades es un grave problema, porque provoca gran consumo de alcohol, inseguridad y violencia" y destacó que "los chicos se mueven siempre en colectivo, por lo que no se dan incidentes o ruidos en las calles, como sucedía antes".
"Gracias a estas y otras determinaciones, ahora esta actividad funciona sobre la base del autocontrol, incluso acompañado por los padres, que en este marco de tranquilidad también pueden disfrutar a pleno del viaje de sus hijos", afirmó.