A partir de su decisión de convertirse en un destino turístico, la localidad santacruceña de Hipólito Yrigoyen, más conocida como Lago Posadas, apunta a convertirse en un atractivo de la región desde la promoción de sus valores inconfundibles, mentores de una identidad propia.
Este lugar alejado y tranquilo, sólo apto para esos pocos elegidos que son capaces de superar las dificultades para encontrar nuevos lugares y conocer historias interesantes, también puede disfrutarse en vacaciones de invierno.
Llegar a Lago Posadas constituye de por sí un desafío. Ubicada a 75 kilómetros de la Ruta Nacional 40, a la altura del paraje Bajo Caracoles, requiere atravesar un siempre difícil camino de ripio para alcanzarla. Sin embargo, el premio para los valientes que se atreven a retar al duro invierno patagónico se hace pronto evidente: la particular ubicación de la zona, rodeada de montañas, y su escasa altitud, le brindan un microclima que hace que estos meses sean fríos pero no extremos.
La oferta invernal de Lago Posadas tiene eje en la pesca deportiva, orientada a aquellos fanáticos que buscan destinos poco concurridos. La zona abunda en sitios aptos para la pesca, como los increíbles lagos Posadas y Pueyrredón, de aguas turquesas el primero y azules el segundo. Junto con sus afluentes –los ríos Oro, Tarde y Furioso- esta zona está poblada de especies autóctonas como el puyén, el pejerrey patagónico y las percas, además de otros peces introducidos en la zona a principios del siglo XX, como la trucha en sus variedades arco iris y marrón. Pero también hay especies marinas, principalmente en el enorme lago Pueyrredón (que se extiende hacia Chile, donde toma el nombre de Cochrane), como los róbalos y los salmones que ingresan desde el Pacífico.
Otro de los atractivos de la zona, muy cercano al pueblo de Hipólito Yrigoyen es el Cerro de Los Indios, un sitio arqueológico donde se conservan las pinturas rupestres más antiguas de Santa Cruz. Está ubicado en una zona llana a 4 kilómetros del casco urbano, lo que permite visitarlo aún en invierno.
Las pinturas rupestres y grabados hechos hasta hace casi 4.000 años están al alcance de la vista desde el exterior, sin necesidad  de trepar o internarse en la montaña para verlas.
Figuras humanas y de animales, dibujos geométricos y réplicas de huellas de patas y manos, permanecen grabadas o dibujadas con pintura indeleble sobre las rojizas paredes del cerro.
A este sitio sólo se puede acceder con un guía, que debe solicitarse en la oficina de Turismo. La visita dura un par de horas, y permite divisar decenas de pinturas en colores negro y rojo de distintas tonalidades, con planos, líneas y puntillados, sobre la roca fresca, pulida o patinada, lo que indica que datan de distintos momentos, de entre 900 a 3.900 años.
Más información en la dirección de Turismo de Lago Posadas – Teléfono (02963) 490225 / 260 e.mail: [email protected]