La financiación de la discordia
Los convenios entre entidades bancarias y empresas de turismo no cayeron bien entre las agencias de viajes. En esta nota, el presidente de AVIABUE manifiesta su posición ante lo que denominó acuerdos “exclusivos”, que “limitan, restringen y distorsionan la competencia”.
Por Fabricio Di Giambattista, Presidente de AVIABUE
En las últimas semanas han aumentado las promociones de entidades financieras destinadas a ofrecer a los consumidores importantes facilidades para la obtención de pasajes aéreos mediante la compra en gran cantidad de cuotas o canjes en los premios de millaje o acumulación de puntos por compras hechas con tarjeta de crédito.
Estas prácticas suelen resultar efectivas para atraer y fidelizar clientes, y hasta pueden incidir favorablemente en la comercialización de productos turísticos, y en el desarrollo de la actividad en general, que se viene perfilando como parte importante de cualquier economía moderna, y en particular de la Argentina.
Sería sano para el mercado, que estos beneficios ofrecidos a los consumidores se distribuyeran a través de cualquier empresa de turismo. De esta forma veríamos que las ventajas se trasladan al turismo en general y a todos los consumidores, independientemente del tamaño o localización de la compañía aérea y/o de la agencia de turismo interviniente.
Estas conductas, relacionadas con nuestros servicios, limitan, restringen y distorsionan la competencia, pudiendo encuadrarse en conductas violatorias del régimen de defensa de la competencia.
Acuerdos “exclusivos”
No debemos permitir, que prosperen acuerdos de beneficio como el de American Airlines con el Citibank, donde se nos excluye de cualquier posibilidad de comercializar un producto aéreo, y ofrece un 20 por ciento de descuento directo al consumidor. Los Agentes de Viajes, estamos teniendo cancelaciones, con el correspondiente perjuicio económico. Y si no lo podemos vender, ¿para que estamos?
Porqué nos obligan a cumplir rigurosas normas y condiciones, a través de IATA, y luego no podemos venderles.
Quizás esto ocurre desde el desconocimiento de nuestra actividad de Agentes de Viajes, por parte de las entidades bancarias. Es nuestra obligación, el hacerles conocer nuestra labor y desempeño.
Y será también el deber de las compañías y de otros proveedores, de no firmar acuerdos de exclusión y/o exclusivos.
A modo de ejemplo, me pregunto: ¿Podría acaso AA2000, firmar algún convenio con una sola compañía aérea, en una acción de fidelización, para operar en dicho aeropuerto en forma exclusiva?
Es sabido que todos los países del mundo tienen especiales resguardos ante estas prácticas, que en definitiva terminan destruyendo a la competencia, sobre todo, de la mediana y pequeña empresa, y quienes las impulsan se apropian de casi todo el mercado para imponer luego políticas comerciales abusivas que vulneran las reglas básicas del libre comercio, y en última instancia perjudican al consumidor que se transforma en esclavo de las decisiones empresariales de unos pocos.
Es importante destacar la profesionalidad del agente de viajes en la promoción y comercialización de todos los servicios turísticos.
En definitiva, el problema puede sintetizarse en ayudar a hacer crecer un sólo árbol y destruir el bosque, y todos sabemos que para una sociedad que promueve el bienestar general, lo importante es preservar el bosque.
El convenio de AAAVyT