La escasa llegada de turistas internacionales está componiendo la letra del tango más triste: las tanguerías viven un momento de crisis que produce cierres temporales y definitivos. Mensajero dialogó con el presidente de la Cámara que las agrupa, quien confirmó las medidas que están solicitando al Gobierno de la Ciudad.

“Cuando la suerte qu’es grela, fayando y fayando te largue parao” decía Enrique Santos Discépolo hace varias décadas. Años después el tango se transformó en un ícono de la Argentina en todo el mundo, y en un producto de exportación. Después de la devaluación del año 2002, Buenos Aires vivió una verdadera explosión de emprendimientos comerciales ligados al tango gracias al boom del turismo extranjero.
Así se multiplicaron las casas de tango como lugar cultural y turístico en toda la ciudad, pero los tiempos se hicieron más sombríos y la crisis financiera, la pandemia de gripe A y cierta sobresaturación en la oferta dejaron a la ciudad de Buenos Aires extrañando a los turistas extranjeros, casi como en un tango.
Mensajero dialogó con Luis Veiga, presidente de la Cámara de Casas de Tango y Música Popular Argentina y propietario del Viejo Almacén quien explicó: “Tenemos que tener presente que hay un conjunto de factores que coexisten y que han hecho que en la actualidad las casas de tango estén pasando por una crisis realmente importante. Esto justifica que muchas cierren durante la semana. La causal de esto es que faltan pasajeros por la crisis financiera mundial que tuvo mucha significación. Hubo un primer impacto allá por mayo o junio con una merma del 25 por ciento comparando con el año anterior. Y se agudizó por la pandemia que a nuestro criterio, sin quitarle la importancia que tiene, no fue manejada debidamente a nivel informativo. Lo cual hizo que países como Gran Bretaña, Brasil o Estados Unidos aconsejen no viajar a nuestro país y esto justifica la merma y la situación actual de las casas de tango”.
En ese sentido, Juan Sorbi, gerente Comercial de Esquina Carlos Gardel y Tango Porteño sentenció: “Prácticamente no hay turistas internacionales. Nosotros estamos trabajando un 60 por ciento menos que el año pasado en nuestros dos locales. El pasajero que más se sufre es el brasileño, que directamente desapareció de Buenos Aires. Con la crisis financiera había bajado un 20 por ciento pero el desencadenante de esta situación fue la gripe A”.

Mi Buenos Aires querido
Mientras tanto, el panorama muestra, no sólo establecimientos cerrados durante la semana, sino a algunos que aprovecharon para adelantar las reformas que tenían previstas desde hace un tiempo, y se comienza a hablar también de cierres definitivos que no sólo afecta a los nuevos en este mercado sino también a los viejos jugadores de un juego que parece hacerse demasiado pequeño para un tablero tan grande. Además Veiga confirmó a este medio que Madero Tango tuvo que abrir concurso de acreedores.
“Hay que estimar que en temporadas normales hay 6.000 personas por noche en la ciudad de Buenos Aires distribuidos en tanguerías. En la actualidad hay 350 personas para tantas tanguerías. Esto marca el nivel de la situación” graficó Veiga, y agregó: “Todas las casas de Tango que estamos incluidas en la Cámara estamos cerrando algún día de la semana. Y lo hacemos a pesar de nuestra vocación de servicio. Hemos abierto con 20 ó 25 personas. Lo cual es ir a  pérdida total. Pero somos empresarios, tenemos que correr los riesgos y, a pesar de todo, tenemos que estar abiertos”.
Mientras tanto el mundo sigue admirando el tango argentino, aunque desde lejos: un Comité de expertos de la UNESCO dictaminó que el tango “satisface los criterios para integrar la lista representativa de patrimonios inmateriales de la humanidad”. La decisión final se tomará en septiembre en Emiratos Árabes, cuando se reúna el Comité de Estados.

“Hemos pedido sólo un poco de aire”

Consultado por las medidas que tomará la Cámara de Casas de Tango en relación a esta situación, Luis Veiga aclaró: “El diálogo con Hernán Lombardi es muy bueno. Somos miembros del Comité de Emergencia. Estamos peticionando a través de él un tratamiento especial en Ingresos Brutos y demoras en la paga de las cargas sociales. No hemos pedido mucho, sólo un poco de aire. Todavía no obtuvimos respuesta y realmente no somos muy optimistas. Lo que ocurre es que esta crisis es imprevisible”. Por otra parte, el presidente de la Cámara destacó que las casas de tango siempre están presentes en las acciones de promoción en todo el mundo aunque destacó que “En este momento yo creo que la posibilidad de viajar se ha minimizado bastante porque los costos son muy elevados”.


 “No es una panacea”

Según los empresarios del sector, el negocio de las casas de tango vivió su momento de máximo esplendor en la temporada 2007/2008 donde se llegaron a recaudar más de 300 millones de pesos anuales, gracias al principal motor de este producto cultural y turístico: los visitantes extranjeros que venían deseosos de conocer y aprender a bailar el tango que tanto se promociona alrededor del planeta, incluso en los lugares más inhóspitos donde se conocía a la Argentina por el 2x4 de un bandoneón.
Durante esos años los locales dedicados a este boom internacional se multiplicaron en diferentes zonas de la ciudad de Buenos Aires, como San Telmo, Boedo y el Abasto -lugares tangueros si los hay- pero ahora el panorama se está haciendo pequeño para tanta oferta. En ese sentido, Luis Veiga, presidente de la Cámara de Casas de Tango señaló: “Yo quisiera hacer una diferencia. Hay tanguerías que son verdaderas empresas y otro tipo de tanguerías que son ocasionales. Hay que diferenciar los locales que tienen al tango como actividad principal y no aquellas casas gastronómicas que hacen un show. Son dos cosas diferentes. En la Cámara ponemos mucho énfasis en esto porque somos representativos de la difusión del tango que es una expresión de nuestra cultura. Por eso viajamos por todo el mundo dándolo a conocer y lo hacemos con todo el profesionalismo. No hay tanguería que no tenga menos de 100 empleados”.
Y en estos momentos de vacas flacas es cuando se notan aún más las diferencias: “El tango dejó de ser el negocio que todos suponen. Hay grandes inversiones de riesgo. No es una panacea. En el turismo normalmente se reserva con anticipación. Si nos guiamos por eso tenemos motivos de sobra para estar preocupados. De todas maneras estamos manejando la hipótesis de que las reservas vengan sobre la hora”.