La actual matriz tributaria pone en riesgo la viabilidad de las agencias de viajes. El impuesto al cheque, una herencia de Cavallo, se prolongó en el tiempo hasta transformarse en una amenaza para las fuentes de trabajo. La AAAVyT retomó con determinación la iniciativa de impulsar la urgente derogación.

En estos días en que el Congreso debate sobre la coparticipación del impuesto al cheque, Mensajero propuso ir más allá y tocar una cuestión de fondo para el sector.
Luego de dialogar con algunas empresas, este medio dio con Ricardo Roza, presidente de AAAVyT, quien sin ocultar su entusiasmo, escuchó nuestra inquietud y decidió que había llegado la hora de dar solución de continuidad a una problemática histórica del Turismo.

La herencia de Mingo
La actual versión del impuesto al cheque nació en el 2001 con la Ley de Competitividad Nº25413, e implica que cada cheque acreditado o debitado de una cuenta corriente, tiene una quita del seis por mil en cada caso. En sus orígenes, se fundó en la emergencia económica y social del país y llevaba implícito el compromiso de derogación.
El impuesto implementado por Domingo Cavallo tiene una larga historia con los agentes de viajes, desde su inicio con los famosos acuerdos de competitividad, durante la presidencia de Fernando De La Rúa, con Hernán Lombardi como ministro de Turismo. “Me llama mucho la atención que todavía sigamos con una ley de competitividad impuesta por Cavallo, que se cansó de importar modelos que destruyeron países”, dijo un enfático Ricardo Roza.

La clave del rol
Lo que no se interpreta claramente es el rol de la agencia de viajes, algo que aparece en forma más notoria en los minoristas: la intermediación pura. “En definitiva, el agente de viajes no quiere el manejo del dinero, porque le significa riesgo y costo adicional, por poco porcentaje de ganancia”, agregó el presidente.
“El impuesto al cheque pone en peligro de extinción la actividad del agente de viajes, no porque se resista a pagar tributos, sino porque, bajo el actual encuadre, no deja viabilidad para estas empresas. El agente tiene que pagar en base a su propio dinero, y no por el que maneja” concluyó, contundente, Roza.

Confiscatorio
“El debate sobre la aplicabilidad del impuesto viene hace años, y en lo personal tuve que dar argumentos al fisco de lo que significa incorporarlo a la operatoria de una agencia de viajes, en función de cómo está armada la cadena de distribución”, explicó Horacio Reppucci, vocal suplente de AAAVyT.
“Cuando la rentabilidad que se percibe es del 1 por ciento, como en las operaciones con líneas aéreas, el gravamen del 1,2 por ciento resulta confiscatorio, hace al negocio deficitario y atenta contra un principio constitucional”, señaló el contador.
A nivel técnico, hay consenso en los organismos recaudatorios de la función del agente de viajes como intermediario, y el impacto del impuesto para esta actividad específica. Sin embargo, a nivel político, la respuesta no es la misma por dos razones discutibles: necesidad de recaudación y similitud con el reclamo de otras actividades.
La actual gestión de AAAVyT realizó una presentación, bien percibida por el Director Nacional de Impuestos, donde reclamaban la derogación del impuesto para el sector o la reducción a una alícuota muy pequeña, como se realiza con otros sectores intermediarios.
También se solicitó que se excluya a las agencias de viajes de una operación que grava el impuesto al cheque, que son los “movimientos de caja organizados”: cuando una agencia cobra en efectivo y, en lugar de depositar en el banco y pagar con cheques, deposita en la cuenta del proveedor, si bien cumple con todas las leyes impositivas y no estaría pagando el impuesto al cheque, esta operación también queda gravada. Quedan exentos los intermediarios, por un lado, y aquellos que demuestren que el movimiento no sea organizado para eludir el impuesto al cheque, por otro.
“El problema es que esa segunda condición, según Economía, depende de cada compañía, y por lo tanto las agencias, reconocidas como intermediarias, no quedan eximidas a priori”, indicó Pascual Barbieri, asesor de AAAVyT.

Lo dice la Ley
La última respuesta que se recibió desde Economía fue negativa: tanto a la reducción como a la derogación del impuesto al cheque y la eliminación del gravamen a los “movimientos de caja organizados”, porque, a pesar del reducido impacto del sector en la recaudación, la cartera tiene numerosos casos del mismo reclamo, de parte de otras actividades intermediarias, y no podrían otorgar el beneficio a unas sin dárselo a todas, lo que sí impactaría enormemente en la recaudación.
“La gran pregunta es si esos otros sectores (aproximadamente 300) tienen la misma importancia que el agente de viajes para la economía. Y gran parte de la respuesta está escrita en la ley Nacional de Turismo y el Plan Nacional de Turismo: se trata de una actividad estratégica que actúa como socio de los otros sectores, con un aporte extraordinario al PBI y generadora de divisas”, dijo Barbieri.

El caso brasilero
Brasil había implementado este impuesto antes que Argentina, porque significaba una herramienta de recaudación fácil de controlar. Y, a diferencia de nuestro país, respetó la transitoriedad de la medida y lo derogó al presentarse una situación más próspera.

Próximos pasos
La asociación le había redactado anteriormente al Ministerio de Economía un proyecto de decreto-ley en este sentido, teniendo como antecedente una presentación similar efectuada durante la gestión de Tommy Ryan, pero el resultado fue negativo.
AAAVyT retomará este reclamo directamente por la vía del Poder Ejecutivo Central, y luego, se podría avanzar en un proyecto de ley en el Congreso que le de solución de continuidad. Nuevamente, los canales o interlocutores serán la Secretaría de Turismo de la Nación y el Ministerio de Industria y Turismo.

Una necesidad que trasciende al Turismo