Durante el 2014 Bariloche recibió 125 mil estudiantes, pero a pesar de que para esta temporada muchos esperan cerrar con números superiores, hay cifras que desafían esa lógica y ponen en jaque las expectativas para esta temporada. Varios son los condimentos que dificultan estos cálculos: el “retraso cambiario” denunciado por el sector empresarial barilochense, la inflación, aumentos de precios en los viajes de egresados y movimientos inconclusos bajo la superficie legal. En contraparte a esto, desde el Ministerio de Turismo de Río Negro y algunas agencias de viajes coinciden que se avecina una temporada de turismo estudiantil menor a la anterior, con una expectativa de 115 mil arribos.

¿Cuánto para Bariloche?
Los ingresos que se distribuyen en la provincia de Río Negro, a partir de lo que paga  por el viaje cada chico son, indudablemente, cifras oscilantes que se modifican por los movimientos del mercado. 
Pero, de manera aproximada, si en promedio cada egresado que viaja a Bariloche abonó 14.000 pesos (valor mínimo del viaje para el 2015, contratado en el 2014), el negocio factura alrededor de 1.700 millones de pesos anuales.
El titular de la Asociación de Turismo Estudiantil, Néstor Denoya, no sólo corroboró ese dato, sino que también aportó que “entre el 68 y el 70 por ciento de ese monto queda en Bariloche”, a través del pago de hoteles, alimentos, servicios de esquí, guías de turismo, camarógrafos y transporte, además de tasas e impuestos.
Denoya señaló a la prensa rionegrina que “en unos días la Asociación de Turismo Estudiantil y el Ente Mixto de Promoción Turística (Emprotur) realizarán la apertura oficial de la temporada y difundirán datos de un estudio realizado justamente para medir el volumen económico del sector y demostrar que es un mito eso de que el dinero no queda en Bariloche”.

Barato o caro
Hay algo que no cierra. Mientras los barilochenses denuncian que la actividad turística sufre un retraso cambiario, miles de padres pagan cuotas muy altas para que sus hijos tengan su ansiado viaje de egresados a Bariloche. 
Pero al parecer, todo tiene un porqué. Según el sector empresarial de Bariloche, esta ciudad padece un “retraso cambiario” debido a la inflación de dos dígitos, el tipo de cambio poco competitivo y los aumentos de salarios que rondan el 30%, que repercuten en incrementos de precios de alimentos y servicios. 
Para entrar un poco más en detalle de costos y hacer un forzado análisis sobre lo caro o lo barato de un viaje de egresados, basta con ver que una reconocida agencia de viajes de turismo estudiantil propone un programa de 7 noches en la ciudad rionegrina por 21.000 pesos por pax. (para viajar en 2016) con traslado en micro semi-cama, o bien en avión a un valor de 22.000 pesos. Esto en habitaciones cuádruples y quíntuples, traslado con comidas incluidas, 5 excursiones, asistencia al viajero, excursión al Catedral y entrada a 5 boliches. 
Pero el valor del viaje a Porto Seguro (Brasil), o Cancún (México), despierta polémicas, ya que la misma empresa lo ofrece a $ 24.000 para el primer destino y $ 27.000 para el segundo (siempre para el 2016).
Según el agente de viajes consultado “viajar a Bariloche siempre es más caro, en relación, ya que la inflación del 25 ó 30 por ciento complica todo; pero el dólar es más estable, e incluso, rentable”.
Comparado con una excursión tradicional a Bariloche con media pensión y viaje en micro semi-cama, de 8 días y 5 noches, con desayuno, más 3 excursiones, el precio no supera los 6.800 pesos. Y, aunque, un viaje de egresados incluya más comidas y más excursiones, aún restan 14.200 pesos de diferencia que podrían reducirse, cuanto menos, a la mitad; teniendo en cuenta que cada pase a boliches con traslado inclusive cuestan 550 pesos en promedio

Los locales dicen
El dueño del Hotel Nevada (3 estrellas) y Alma del Lago Suites & Spa (5 estrellas), Sandro Gressani, comentó que su caso no escapa a la realidad planteada por sus colegas acerca del retraso cambiario. “Por nuestra parte hace 4 años que no actualizamos nuestros precios. La única variación de ajuste que hubo fue cuando se produjo la devaluación del dólar oficial”. 
“Con el 30 por ciento, aproximadamente, de inflación anual quedamos desfasados en la rentabilidad de nuestro negocio”, lamentó el empresario, y afirmó: “Con el incremento inflacionario nos estamos descapitalizando y, en tanto sigamos así, vamos a tener que reducir nuestra estructura”. 
Acto seguido, desmitificó la idea de que la Patagonia tenga valores tarifarios elevados sólo por “prestigio territorial”, sino que explicó que “el costo laboral de Bariloche paga un 27 por ciento más en sueldos” por tratarse de una “zona fría”. 
Los datos duros que acompañan esta percepción dicen que durante el 2006 hubo 804.000 arribos de turistas locales y extranjeros y en 2014 ese número cayó a 705.000 visitantes, lo que refleja una caída del orden del 12 por ciento en este período. Se perdieron cerca de 100.000 arribos en los últimos nueve años, según el economista Carlos Melconian.  
En tanto al “efecto tipo de cambio”, se justifica a través del dato de que en el 2006 el 37 por ciento de los turistas provino desde el extranjero, mientras que el año pasado esta participación se derrumbó al 18%. Casi 20 puntos porcentuales menos.  


Los de primaria también
Guillermo “Willy” Acosta, de Púrpura Travel, agencia especialista en viajes de egresados de séptimo grado, habló de otro factor que complica al turismo estudiantil y que provoca la incertidumbre de los padres. “Hay inspectores que, claramente, no están de acuerdo con que los colegios organicen y realicen estos viajes, y que controlan por demás estas actividades, ya que no hay una legislación que le impida a la institución realizarlos, pero les ponen muchas trabas”, comentó.
Al ser preguntado por la Ley de Turismo Estudiantil, declaró: “Si bien los viajes tienen que ser efectuados por agencias autorizadas, hay una especie de conflicto entre el Ministerio de Turismo y los inspectores de Educación que no se ponen de acuerdo”. 
“De hecho, hay muchas agencias que a pesar de sus peticiones de autorización, no lo hacen, y no se sabe bien por qué”. 
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