Ayer, durante el anuncio del DNU, y su posterior publicación, el sector se enfrentó a dos caras de una misma moneda. Por un lado, acusando a las agencias de ser un monopolio; y por el otro, la inclusión de un párrafo en el que dice que no se puede desconocer la importancia que el desarrollo del turismo tiene en el crecimiento económico del país. 

Pero, justamente, ahí es donde radica el problema que atraviesa el turismo en este momento: esa importancia no está tan entendida como se cree; o al menos no se deja ver en las medidas que (no) se vienen tomando. 

La cartera de turismo está acéfala, al menos oficialmente, desde el 10 de diciembre. Incluso, más allá de los nombramientos, el degradar doblemente el funcionamiento del área es una muestra del nulo o poco poder de lobby que tiene el sector. 

Tanto es así que anoche se terminó de confirmar que hay un desconocimiento sobre el manejo de la actividad. Al derogar una de las leyes que la rigen, sin consultar previamente ni pedir información a los representantes del sector, no se hace más que dejar en claro la falta de interés en comprenderla. 

Nuestro enojo es certero, pero también escaso, porque es un reclamo que lleva años y aún sigue sin dar resultados positivos. 

¿Qué pasó ayer?

El valor que tiene el turismo es muy volátil: sacando la temporada alta, un fin de semana largo o del Previaje, la actividad no es considerada. 

Ante este escenario, hay que adoptar una idea un poco conformista y agradecer que aún sigamos teniendo ley de turismo y que todavía existe el Inprotur. Porque hay que decirlo, por un momento también estuvieron por formar parte del DNU y, según le confiaron fuentes a Mensajero, desde adentro de Suipacha 1111 se logró que no sean incluidas. 

Ahora que ya pasaron varias horas y se pudo analizar el panorama, es momento de entender que cuando lo que se tiene que perder es poco o nada, hay posibilidades de jugársela más. 

Ahí es donde entran a escena los dirigentes empresarios que son quienes tendrán que utilizar todas las herramientas que estén a su alcance para hacerse escuchar.

En este marco, es sumamente viable aprovechar que el sector privado en esta gestión de Gobierno tiene más relevancia y trabajar en pos de mantener al turismo en la cúspide y no dejar que siga cayendo a un lugar del que sea muy difícil de sacar. Porque el hecho de que el registro de agencias quede en manos de nadie, lo único que hace es desvalorizar a sus profesionales, haciéndoles perder credibilidad, porque ahora cualquiera podrá tener una agencia y brindar un servicio malo o incluso estafar a sus pasajeros sin que haya un control, provocando que se pierda la confianza en la actividad. 

Entonces, no tenemos nada y a la vez tenemos todo por delante. Lo único que queda es hacerse notar porque es tiempo de ser protagonistas