La marea negra causada por el derrame del pozo de British Petroleum accidentado en el Golfo de México en abril pasado podría ocasionar en los próximos tres años pérdidas por 22.700 millones de dólares al sector turístico en los estados norteamericanos con costas en la zona (Alabama, Florida, Luisiana, Misisipi y Texas), advierte un estudio realizado por Oxford Economics para la Asociación Estadounidense del Turismo (US Travel Association).
Según el estudio del gabinete de consultoría, en esos estados habrá una marcada caída del turismo, “uno de los motores económicos más importantes de la región del golfo, donde los turistas gastaron más de 34.000 millones de dólares en 2008” y que representa más de 400.000 empleos.
A raíz del derrame que por unos tres meses fluyó desde el pozo tras la explosión y hundimiento de la plataforma Deepwater Horizon, “los turistas han dado la espalda en gran número a la región”, indica el estudio, y sostiene que aunque un dispositivo ha permitido frenar la fuga de petróleo, “costará tiempo antes de que la cifra de visitantes en la región alcance los niveles previos a la crisis”.
“Un estudio de catástrofes que afectaron a destinos turísticos revela que su impacto dura mucho tiempo después, porque asestan un golpe a la imagen de marca y entre los viajeros persiste una mala percepción”, recordó el informe, citado por la AFP.
Para tratar de establecer cuándo volverán cantidades de turistas similares a las anteriores en la región, y con un gasto equivalente, el estudio examinó varias catástrofes pasadas, incluidos ciclones, mareas negras y crisis sanitarias.
En Nueva Orleáns se necesitaron más de tres años para que los ingresos por turismo volvieran a niveles previos al paso del huracán Katrina en 2005. Hicieron falta dos años para que esos mismos gastos alcanzaran los niveles anteriores a la catástrofe del buque Exxon Valdez, en 1989, en las costas de Alaska.
Sin embargo, destacó el estudio de Oxford Economics, el “impacto potencial de la actual marea negra es mucho más vasto teniendo en cuenta que su extensión y su proximidad con ricas zonas de pesca y destinos turísticos populares también contribuyen a convertir esta catástrofe en un evento &uacut