Conocer tabernas o restaurantes, participar en un festival de la cerveza, recorrer una fábrica cervecera por dentro e incluso preparar su propia versión de la rubia bebida de cebada y lúpulo, que es además bebida nacional del país, son algunas de las propuestas de República Checa en torno a uno de sus productos más emblemáticos. Como si fuera poco, el pasajero puede disfrutar de un maravilloso baño de cerveza.
En Praga, el Festival Checo de la Cerveza se celebrará entre el 14 y 30 de mayo. Durante los dos fines de semana de la fiesta se degustarán más de 50 marcas de la cerveza checa y también manjares de la cocina y respostería de ese país, como el pan untado con pasta de chicharrones, los llamados ahogados con pimientos (es decir salchichas en salmuera especial), gulash o rodillo de cerdo, al mejor estilo de la Oktoberfest alemana. Se llevará a cabo en seis grandes carpas abiertas al público.
Entre el 24 y 25 de julio, los amantes de la cerveza se dirigirán a Trebon para participar en las Fiestas de la Cerveza Tradicionales. Tienen lugar en una fábrica cervecera con más de seiscientos años de antigüedad.
La marcha cervecera podrá continuar en Humpolec donde se celebrará el 6 y 7 de agosto la Bernard Fest.
El 3 y 4 de septiembre se podrá participar en la fiesta denominada Žatecká Docesná: la Fiesta del Lúpulo y la Cerveza de Žatec.
 
Desde adentro
Numerosas fábricas cerveceras en la República Checa abren sus puertas a quienes quieran conocer algo más sobre el proceso de elaboración de la “bebida de oro”. Muchas de ellas organizan visitas durante las que los participantes echan una mirada entre bastidores; naturalmente está incluida en el programa la cata de cervezas.
Se entenderá más sobre esta bebida, por ejemplo, en la fábrica cervecera situada en Ceský Krumlov, en la que, además de la visita destinada a los grandes, ofrece el itinerario para menores de edad, o en la fábrica cervecera palaciega de Detenice. También en esta última se accede a las salas de producción donde se utiliza para elaborar cerveza un método tradicional, de más de 300 años de antigüedad (a fuego abierto), y se puede visitar el original museo local de la cerveza.
La cerveza de Pilsen es mundialmente conocida, así que sería pecado no visitar Pilsen durante la “marcha cervecera”. También allí se disfrutará de la visita de la fábrica y del Museo con exposición. Durante el recorrido se llega en la taberna histórica o el laboratorio.

Un baño de cerveza
La fábrica cervecera Moritz situada en Olomouc invita al turista a visitar no solamente sus salas de producción. Allí podrá incluso preparar su propia porción de la cerveza. Para ello es suficiente anotarse a uno de los cursos de un día que se ofrecen allí.
En República Checa también se puede visitar un spa de cerveza. Uno de ellos forma parte de la Fábrica Cervecera Familiar Chodovar en Chodová Planá, Bohemia del Oeste, y se vanagloria de ser el primer Spa inaugurado en su tipo y el más grande de todos. Allí aplican tratamientos balneoterapéuticos que incluyen baños calientes (a 34ºC) en agua mineral carbónica mezclada con cerveza oscura especial, envolturas de orujo cervecero, masajes y curas de bebida.
Después de un relajante baño de 20 minutos el visitante podrá recibir una sesión de masajes tradicionales o de piedras volcánicas calientes para compl