Crisis en Ceuta y Melilla
La policía española advierte que al menos 30.000 subsaharianos esperan en Marruecos para intentar entrar a Europa a través de Ceuta y Melilla. La policía denuncia estar "desbordada" y pide ayuda a Madrid y a la Unión Europea. Mientras tanto aumentan las críticas por la violencia policial contra los subsaharianos.
En las últimas semanas, cientos de personas han tratado de llegar a Europa a través de los dos enclaves españoles en Marruecos, Ceuta y Melilla. Y la situación llegó a un punto álgido el 6 de febrero, cuando al menos 14 refugiados murieron ahogados cuando un grupo de unos 200 inmigrantes trataba de llegar a nado a territorio español.
Ese día, de acuerdo con informes de ONG y los supervivientes, la policía española lanzaba balas de goma y gases lacrimógenos a los subsaharianos cuando estos se encontraban en el agua. Además, la policía española devolvió a algunos subsaharianos a la policía marroquí, a pesar de que éstos ya habían llegado a España.
Violencia policial
El uso de balas de goma se ha convertido en un gran tema en España. Primero, oficiales de policía y el delegado del gobierno en Ceuta negaron rotundamente el uso de balas de goma. Pero después de una gran presión de organizaciones españolas de derechos humanos y de la oposición, el ministro del Interior español, Jorge Fernández Díaz tuvo que explicarse y confirmó el uso de balas de goma contra los subsaharianos.
Y las críticas contra las autoridades españolas no tardaron en llegar. Justo después de la confirmación del ministro fue la organización de derechos humanos Human Rights Watch (HRW) la primera en lanzar las críticas. HRW exigió que el gobierno de España detuviese el envío los inmigrantes a Marruecos. Pero también criticó "el uso excesivo de la fuerza" por parte de las autoridades policiales españolas.
Y el viernes llegó el turno de la UE para criticar a las autoridades y la policía españolas. Fue la comisiaria de Interior de la UE, la sueca Cecilia Malmström, quien lanzó las críticas. "Estoy muy preocupada por la confirmación de que las autoridades fronterizas de España han utilizado balas de goma para detener a los inmigrantes en Ceuta. Espero a las explicaciones por parte de las autoridades españolas", dijo Malmström a través de su cuenta en twitter.
Y no bastó sólo con eso, Malmström advirtió que si estas "explicaciones" por parte de las autoridades españoles no eran lo sufuciente convincetes España podría verse sometida a sanciones por parte de la UE, si bien no especificó qué tipo de sanciones podrían ser.
Pero Malmström se puede quedar esperando durante mucho tiempo a estas "explicaciones" de las autoridades españolas. Poco después el diputado nacional por Ceuta Francisco Márquez (PP) daba una clara respuesta a Malmström. "En lugar de estar preocupada, realmente debería trabajar e involucrarse en los problemas fronterizos en estos dos enclaves españoles, lo cual es un asunto europeo".
También el portavoz del Gobierno en Melilla, Daniel Conesa, respondía hoy a Malmström. Conesa criticó Malmström y "la nula implicación de la UE en torno a la inmigración".
Según Conesa "es muy sencillo desde el cómodo norte, donde no existe este problema, criticar las actuaciones que se hacen en el sur para tratar de frenar las oleadas de inmigrantes que quieren entrar a Europa de manera irregular".
Un nueva "invasión"
Y la situación no está cerca de resolverse. Según un comunicado del sindicato policial UFP alrededor de 150 refugiados llegaron el pasado 17 de febrero a Melilla. Tras conseguir saltar la valla fronteriza entre España y Marruecos, al menos cinco subsaharianos tuvieron que ser hospitalizados tras haber sufrido heridas.
"En la madrugada de este lunes, más de centenar de subsaharianos han logrado saltar la valla de Melilla. Lo hicieron antes de las 6 de la mañana aprovechando el relevo en la Guardia Civil. Tras saltar se organizaron en dos grupos de 60 y 80 personas aproximadamente. Una vez en España fueron corriendo por la ciudad custodiados por la policía hasta el centro de internamiento. Durante la carrera fueron desprendiéndose de sus ropas y al llegar al centro rompieron la barrera de entrada y otras infraestructuras del centro", explica UFP
Los hechos ocurridos el lunes son sólo una muestra de lo que puede convertirse en rutina en los próximos días. Los informes policiales apuntan a una presión migratoria sobre Ceuta y Melilla de 30.000 personas y califican la situación como una "invasión".
“No estamos preparados para hacer frente a ese reto”, denuncia el portavoz de la UFP, Serafín Giraldo.
Mientras tanto, UFP pidió a través de un comunicado ayuda a Madrid y a la Unión Europea "para afrontar la brutal presión migratoria" en Ceuta y Melilla, ya que afirman estar "totalmente desbordados".
Fuente: Afrol