¿Podes describirnos cómo es el hotel y porque es tan especial?
Al principio el hotel estaba un poco escondido y la gente llegaba por recomendación de otros pasajeros. En ese momento cuando todavía no era de Orient-Express tenía 36 habitaciones, y luego se le construyeron 22 habitaciones más. Más tarde se le añadió el Spa y hoy tenemos 64 habitaciones en total (incluyendo una Villa de 4 recámaras).
Está ubicado a 35 minutos del aeropuerto de Cancún, y a 15 de Playa del Carmen, en una de las localizaciones más exclusivas de la Riviera Maya, en la Bahía de Maroma, sumamente privada, ya que para acceder a la playa hay que estar alojado en el establecimiento. Eso marca la pauta de que es un hotel muy exclusivo.
Maroma ofrece un servicio que es único. Un producto de alto nivel, para el viajero que está buscando privacidad, que quiere tener una experiencia auténticamente mexicana, porque es un hotel que está construido en base a la filosofía maya, con un diseño impregnado de la geometría sagrada maya, lo que hace que la energía fluya por todo el hotel haciéndolo tan diferente a todos.
Además tenemos tres personas de nuestro staff para dar servicio a cada huésped. Por eso el servicio es personalizado e individual.

¿Porqué?
Porque el que va al hotel realmente va a disfrutar de cada uno de los detalles; desde la comida a la decoración, en la arquitectura. No es un establecimiento que podría estar en cualquier lugar del mundo, cada habitación es diferente y están dispersas en edificios que tienen aspecto residencial, y si bien las habitaciones tienen estilo mexicano, no hay dos que estén decoradas igual y todas te hacen sentir como en tu propia casa.
Maroma está sobre el frente de playa, por eso hasta las habitaciones que tienen vista a los jardines no están a más de 50 metros de la playa.

¿Sigue siendo para adultos?
En este tiempo hubo un cambio, porque siempre había sido solo para adultos y nuestra política era no aceptar niños menores de 16 años y este año, debido a la tendencia del mercado y a los pedidos de los mismos clientes decidimos abrir el hotel a las familias también. Lo que estamos logrando es un balance entre los dos públicos. No es un típico hotel con un Club de Niños donde hay 50 chicos saltando y haciendo ruido, esa no es la idea.
Tuvimos que hacerlo respondiendo a la necesidad de muchos pasajeros que llegaron hace unos años solos, pero luego tuvieron hijos y querían regresar al hotel (hay muchos pasajeros repetitivos) y no podían, por eso el cambio.
Este año relanzamos al Maroma como un hotel de familia con un programa de actividades, un game center, habitaciones suites que permiten alojar a las familias.  
Más del 50% de las habitaciones son suites. Están las One Bedroom, que son las más lujosas, y en total son 9, y cada una tiene su propia mini piscina, su gimnasio, área privada para tratamientos de Spa. La Four Bedroom Villa tiene cuatro habitaciones frente al mar, cada habitación es independiente muy amplia, y al entrar se lo hace a un gran living con cocina-comedor totalmente equipada adonde el chef puede ir para cocinar para la familia, tienen servicio de Butler (mayordomo) cinco horas al día para que les prepare lo que deseen. Allí se alojó Tom Cruise, por ejemplo.  
El año pasado agregamos seis nuevas habitaciones, Máster Suites, cuatro con vista al mar y dos con vista a los jardines, con una decoración más contemporánea, con baños hechos con mármol de la región.

¿Con que actividades recreaciones se encuentra el huésped?
Tenemos tres piscinas, una de ellas de uso exclusivo para las familias y las otras para los adultos solamente. Hay dos restaurantes, donde repetimos el concepto: uno para parejas con chicos y el otro para adultos solos para las cenas. Para quienes fueron con sus hijos y quieren disfrutar de ese restaurante pueden contratar nuestro servicio de Baby Sitter y encontrarse en un momento romántico.
Hay canchas de tenis y actividades culturales.

¿Qué sensaciones despierta el hotel entre los huéspedes?

Es un hotel que te enamora. Yo que trabajo en una empresa como Orient-Express que me da la posibilidad de viajar y alojarme en buenas propiedades, inevitablemente surge la comparación y decís “ahora entiendo porqué la gente quiere regresar”. Sentirte en tu casa, sentir que la gente te conoce, que si fuiste una vez y ya saben que te gusta el vino tinto te lo ofrezcan directamente, o cuál es el tequila que prefieres, o cual es tu plato favorito. Es una sensación muy agradable que al sentarte en el bar, Freddy te salude “que tal Sr. XX ¿le traigo su reposado?”. La gente se siente súper relajada desde el momento que llega.
A mí me gusta mucho el hotel. Es tan fácil venderlo que da gusto trabajar allí.
Lo que hace la gran diferencia con otros hoteles es que tiene identidad propia. Hay muchos hoteles muy modernos, que tienen productos de gran calidad pero pueden estar ubicados en cualquier lugar del mundo.
Hay un mercado para todos pero nosotros ofrecemos lo diferente y que te lleves algo a tu casa, ya sea conocimiento, cultura, además de descanso.

¿Es All Inclusive?
Es un EP, donde servimos un desayuno a la carta todas las mañanas, un servicio de café en la habitación, un tour para hacer snorkel en el arrecife, y lo que sí les ofrecemos es un Plan de Alimentos, que no tiene la intención de asemejarse a un All Inclusive, pero pueden tenerlo como opción si no quieren gastar en destino en comidas, lo que los habilita a un almuerzo y una cena de tres tiempos (entrada-plato principal y postre) en cualquiera de los dos restaurantes o en servicio a cuartos con la misma calidad. La única limitación es que hay que adquirirlo para todas las personas de la habitación, por toda la estancia.

¿Cómo es el Spa?

El Spa Kinan fue premiado en varias oportunidades por la revista Travel & Leisure, como el número uno de México y Latinoamérica y es un lugar de purificación maya con tratamientos influenciados en los conocimientos de los chamanes de la zona. Inspirados en rituales mayas. Hay cabinas dobles e individuales e incluso contamos con un Temazcal. Por ahí muchos no lo sepan pero el Temazcal en una ‘casa de vapor’, (un baño de vapor), propio en las culturas de Centroamérica  para purificarse. Es una ceremonia que se hace cada tarde y es como un renacer.
Para el que está más en conexión con su parte espiritual es interesante, pero el que lo toma como un tratamiento de spa lo encuentra muy gratificante.

¿Y la opción gastronómica?

Tenemos tres restaurantes dirigidos por nuestro chef, Juan Pablo Losa, que fue premiado como uno de los mejores jóvenes chefs de México y su comida es regional mexicana en el restaurante que abre para los desayunos, almuerzos y cenas; después tenemos El Sol, que ofrece tapas mediterráneas con un toque mexicano, sólo para cenas; también está el Freddy´s bar de ceviche y tequila con una selección de ceviches frescos preparados delante del cliente, y en la noche una selección de sushi.
Algo que hacemos es brindar todas las noches cenas temáticas, los viernes tenemos una parrillada con un show de fuego; otro día está el Taco Night que se hace alrededor de la piscina o en los jardines; y esas cenas tienen algún entretenimiento o show de música.
Además una de las noches de la semana se realiza el “chef Table” donde varios huéspedes se sientan a conversar con el chef acerca del producto de esa noche y van comiendo mientras explica sus características, con qué vino se empareja mejor, y cómo lo hizo etc.

¿Cómo es el mercado argentino?
De momento es muy pequeño, pero todo Sudamérica es un mercado emergente para nosotros. De hecho Brasil fue el mercado que más creció el año pasado en todo el destino y Argentina ha subido muchísimo. Si bien nosotros no somos un hotel de volumen hemos duplicado la cantidad de cuartos-noches de argentinos en este tiempo. La verdad que no se había hecho mucho para incentivar la llegada de argentinos al Maroma y por eso me contacté el año pasado con Mariano Iglesias de MKt para empezar a hacer punta de lanza y él puso su estructura al servicio de los agentes de viajes y operadores para hacer conocer el hotel y abrir el mercado, ya que el 70% de nuestros clientes naturales son de Estados Unidos y Canadá.
Pero desde que vengo al país a visitar operadores, agencias de viajes específicas, la idea es empezar a tener presencia porque si no tenemos presencia nunca va a dejar de ser un mercado emergente. Si bien no es difícil hay que justificar el gasto y el esfuerzo con alguna respuesta y como decía desde el año pasado que iniciamos estas visitas ahora, no voy a decir que el hotel estuvo lleno de argentinos pero si salieron muy buenas reservas entonces vale la pena. Hay que estar hay que hacerse conocer.
Hay que educar al agente de viajes que vende lo que ve y lo que tiene en la mente. No es un producto masivo.
El año pasado visitamos muchas de las agencias Virtuoso, ya que también pertenecemos a ellos, pero este año me dediqué más a operadores, porque en Argentina todavía la venta se maneja mucho a través de ellos, para que lo sumen a su oferta de productos de alta gama. A ellos les damos tarifas netas para que puedan armar sus ofertas incluyendo al Maroma.
Pero además vine a ver agencias individuales para contarles cómo es el producto, capacitarlos acerca de sus características para que puedan ofrecerlo a ese pasajero que ha viajado mucho y quiere conocer algo exclusivo, diferente, con gran valor agregado.
Nosotros tenemos una política muy transparente con las tarifas que publicamos en la web, que es la misma que tienen las agencias Virtuoso o no, y el operador firma un contrato con tarifas netas y tiene prohibido vender más barato que la publicada en nuestra página web.
Buscamos crear una sociedad de relaciones duraderas donde realmente trabajemos juntos: agentes de viajes, operadores y nosotros, para que el huésped no sólo vaya a un hotel Orient-Express y quiera regresar.

¿Cómo hace una argentina para llegar a trabajar en el Maroma?
Estudie en Córdoba Administración de Empresas y trabajé en Renault y CTI, y como me gustaba mucho la hotelería y me fui a hacer un posgrado en Hospitalidad en la Universidad Católica de República Dominicana. Me ofrecieron hacer un entrenamiento en Allegro Resorts de Punta Cana y de allí pasé a las oficinas corporativas en Santo Domingo. Más tarde me ofrecen trabajar en el Caribbean Village de Cancún y pasé a Omega Resorts de Puerto Vallarta para regresar a Riviera Maya en Maroma y ahí llevo y