¿Cómo afecta el conflicto de la posible independencia catalana al turismo?  El ex Consejero de Turismo de la Oficina Española de Turismo en Buenos Aires, Julio Moreno Ventas, da su visión al respecto.

En los últimos días, la posible independencia de Cataluña (o Catalunya para los separatistas) ha despertado una crisis política y social en España que recorre el mundo con imágenes crudas de represión, caos e incertidumbre por el futuro de sus ciudadanos en el plano económico y humanitario.

Si bien la cuestión de fondo es mucho más profunda, el deseo de escisión nació hace muchos años (Ver “La génesis”) y el motivo principal es económico, siendo Catalunya una de las regiones españolas más ricas y por lo tanto la que más tributa “y menos recibe”, según lo que indican.

El pasado 1º de octubre se realizó el referéndum independentista alentado por el Gobierno Autonómico catalán, cuyo líder es Carles Puigdemont, pese a que la Justicia española lo declaró ilegal y que el gobierno de Mariano Rajoy utilizó la fuerza pública con el fin de impedirlo.

“Mi visión personal no es lo feliz que a mí me gustaría que fuera, porque hay algo que ya es absolutamente irreversible y es que, con todo lo que ha ocurrido, se ha producido una fractura importante, primero entre los catalanes mismos (donde tengo muchos amigos) y luego entre los españoles, porque no todos están convencidos de que la locura catalana es eso, una locura”, comenta Julio Moreno Ventas, ex Consejero de Turismo de la Oficina Española de Turismo en Buenos Aires, quien además agrega: “Estamos muy entristecidos, porque lo más terrible de todo esto es que en definitiva quien lo ha generado es una minoría, porque si contemplamos al pueblo español en su conjunto, los que quieren la independencia son una minoría súper minoritaria, y dentro de la propia Catalunya, los que han generado esto, son también una minoría social, no política porque por el sistema electoral, esa minoría en las elecciones no obtuvo mayoría en el voto, esto es lo paradójico de toda esta situación”.

La semana pasada, Puigdemont se mostró dispuesto a una instancia de diálogo “sin condición previa” con las autoridades españolas luego de que él mismo proclamara la Independencia, dejando así un espacio ambiguo y una situación que fue cuestionada por muchos.

“Con la misma solemnidad, proponemos que el Parlamento suspenda los efectos de la declaración de Independencia para que en las próximas semanas emprendamos un diálogo sin el cual no es posible llegar a una solución acordada”, afirmó el mandatario catalán en el Parlamento.

“Todo es una pura falacia cuando se habla de instancia de diálogo y digo que es una pura falacia porque, si tu ofreces eso, no puedes imponer condiciones de partida. El diálogo que está ofreciendo el gobierno catalán es un diálogo condicionado. Es muy triste estar contemplando un espectáculo, en el que todo se basa en la mentira o en la tergiversación o en contar la historia de otra manera a cómo es realmente hoy día. A muchos catalanes los están engañando”, esgrime el ex Consejero.

Las consecuencias

“Es una pena lo que le pasa a Catalunya porque es lo que le va a pasar a España toda. Hoy por hoy sigue siendo parte de España y si Barcelona pierde el negocio turístico, lo está perdiendo el país, naturalmente”, afirma Moreno Ventas. Para reafirmar esa situación nos comentó acerca de una charla mantenida con el presidente de la Confederación Española de Agencias de Viajes, Rafael Gallego, en la que se hizo hincapié en que los efectos de este conflicto ya se están comenzando a notar entre los hoteleros, las agencias y los operadores, ya que el flujo de turistas, tanto nacionales como internacionales, ha bajado sensiblemente en estos días y además, muchas empresas han decidido migrar sus casas centrales hacia otras ciudades. Catalunya, subraya, posee un turismo nacional muy fuerte que se está perdiendo por esto ya que el español prefiere elegir sitios en los que pueda estar seguro, lo mismo sucede con el internacional. “Ya sabemos que el primer destino español que elige el turismo extranjero es Barcelona, seguida de Andalucía, de Baleares y Canarias. Las bajas se están empezando a notar y eso cambia mucho las cosas”, sostiene.

“Las empresas, incluso mucho más que las personas, buscan por encima de todo seguridad jurídica y ese es uno de los grandes problemas que se están generando con todas estas decisiones políticas tan disparatadas. Desde mi punto de vista es que se está generando una muy importante inseguridad y una empresa no se puede permitir el lujo de tener su sede en un sitio en donde no sabe cuáles son las reglas del juego hoy y si mañana van a seguir siendo las mismas, porque por lo que estamos viendo de manera absolutamente asombrosa es que hoy se dice una cosa y mañana la contraria”, esboza el ex directivo.

Turistas en fuga

Son varias las compañías que argumentan que están bajando su rentabilidad tras el conflicto entre Catalunya y España, -y tras el atentado en Barcelona, al cual también le atribuyen cierta influencia-, por ejemplo, la gigante Expedia, propietaria de Trivago, Homeaway y Hoteles.com, reconoció que las reservas a Cataluña cayeron un 25 por ciento.

“Se encuentran un 20-25 por ciento por debajo del año pasado”, aseguró a medios españoles Luis Hurtado, director Senior de Grandes Cuentas y Distribución EMEA-LATAM en Grupo Expedia, y agregó que “en el momento en que pasa algo raro en un destino, hay un bajón de ventas fuerte y un aumento de las cancelaciones. Se convierten en destinos de números rojos automáticamente”.

Por su parte, la organización patronal catalana Fomento del Trabajo alertó que los números son aún peores y que las reservas turísticas cayeron un 50 por ciento respecto a sus niveles habituales de ocupación.

Asimismo, el gobierno español sostiene que varios cruceros que tenían como destino la comunidad autónoma, se desviaron a otros puertos, como Valencia, en una fuga de las navieras por evitar desembarcar en Barcelona desde el referéndum.

Representantes de cadenas hoteleras que operan en Catalunya también confirmaron el impacto de la crisis catalana en su actividad al detectar una caída de las reservas y de la demanda “relevante” y con “efecto inmediato”, además de constatar “algunas cancelaciones”.

Pero los turistas no son los únicos que bajaron su presencia en Catalunya, también hay empresas que decidieron retirarse: el consorcio online de viajes eDreams Odigeo decidió la semana pasada trasladar el domicilio social de sus filiales españolas, cuya sede actual está en Barcelona, a su oficina en Madrid, con el objetivo de “proteger los intereses de los clientes, accionistas y empleados de la entidad”, ante la actual “inseguridad jurídica en Catalunya”, informó la compañía en un comunicado remitido a la Comisión Nacional, pero ahí no queda la cosa ya que un referente del mundo editorial como Editorial Planeta anunció esta semana que se marchaba a Madrid, comenta Moreno Ventas, al igual que las bodegas Freixenet o Codorniú están pensando en irse al sur de España, siendo las primeras en dar ese paso dos entidades bancarias como Caixa Bank y Sabadell.

“Estamos muy entristecidos, porque lo más terrible de todo esto es que en definitiva quien lo ha generado es una minoría”. Julio Moreno Ventas

La génesis del conflicto

Claro que no es algo nuevo. A grandes rasgos la historia se empezó a escribir hace algunos siglos, pero el planteo de soberanía se instala con más fuerza a finales del siglo XIX y a principios del siglo XX, cuando los catalanes consiguieron que se restablezca la Generalitat de Catalunya (ente de gobierno y parlamento propio) que se dio durante la Segunda República (1931-1939), luego fue reprimida por el dictador Francisco Franco y en la posterior transición democrática, se formuló la Constitución Nacional en la que se estableció la división del país en 17 comunidades autónomas, lo que le dio cierta autonomía política, pero no lo soberanía completa. En la CN se indicaba que el gobierno debe recaudar impuestos y distribuirlos equitativamente, aunque desde Catalunya afirman que es mucho más lo que pagan que lo que reciben.

Luego de algunos sucesos, en el 2006 Catalunya volvió a tener un Estatuto de autonomía, una norma suprema a nivel regional que fue aprobado por el parlamento español, pero el Partido Popular liderado por Mariano Rajoy, pidió que el mismo sea declarado inconstitucional. Cuatro años después, el Tribunal Constitucional falló en contra de 14 artículos a los que consideró inconstitucionales, algo que provocó un gran rechazo entre los catalanes que se manifestaron en las calles. Todo este núcleo es el que llega al presente. En el medio de esto, cabe destacar que Catalunya es una de las regiones más ricas del país, con un PBI de 250 millones de dólares, lo que se muestra como un caballito de batalla de los independentistas a la hora de realizar su petición.