Flybondi: De cal, de arena y de otras yerbas
La semana pasada. Franco Picardi, fiscal subrogante de la fiscalía a cargo de Jorge Di Lello, realizó una presentación a la justicia con el fin de que “evalúen la posibilidad de suspender preventivamente como medida cautelar, los vuelos de Flybondi”, debido a los acontecimientos que la compañía había protagonizado en los últimos días, con el incidente en Iguazú como punto de partida.
En la misiva, Picardi manifestaba que este no es el primer problema de la empresa, ya que anteriormente se “ha registrado irregularidades en cuanto a su funcionamiento y el mantenimiento de las aeronaves que utiliza”.
En este mismo contexto le solicitó que se “evalúe la posibilidad de disponer de manera cautelar la suspensión de las operaciones, hasta tanto se constate de forma fehaciente y de manera urgente, si las premisas se han cumplido”.
Pasamanos judicial
La carátula fue presentada ante el Juez Federal Sergio Torres, pero como se encontraba de licencia por la Feria Judicial, fue recibida en manos del Juez Claudio Bonadío, quien se declaró incompetente ante el pedido.
El magistrado decidió que la cautelar debía ser presentada ante la justicia en lo contencioso administrativo de San Martín ya que allí tienen la competencia en todo lo atinente a las operaciones que se desarrollan en el aeropuerto de El Palomar. Pero ahora la pelota volvió a rodar: El juez federal subrogante de San Martín, Adrián González Charvay, también se declaró incompetente y devolvió el expediente a la justicia federal porteña. Pero además, solicitó que por la “gravedad” del caso, intervenga la Administración Nacional de Aviación Civil (Anac) para que “adopte las medidas precautorias que considere convenientes”.
Lluvia y tensión
La precarización del aeropuerto de El Palomar, hace que los días de lluvia o de niebla, sea una odisea volar para Flybondi. Las demoras o suspensiones se multiplican y sin ir más lejos, ayer se vivió una nueva situación de tensión entre el personal y los pasajeros que protestaron en el mostrador. Un total de 23 vuelos de la low cost fueron cancelados, en algunos casos y desviados a Ezeiza, en otros, afectando a más de 4.400 pasajeros.
Los vuelos cancelados provenían de Jujuy, Santiago del Estero y Neuquén y se desviaron arribos procedentes de Bahía Blanca, Mendoza, Corrientes, Iguazú, Bariloche y Córdoba.
En lo que refiere a partidas, se cancelaron las que se dirigían a Jujuy, Santiago del Estero, Córdoba y Neuquén. Mientras que se desviaron a Ezeiza los despegues rumbo a Mendoza, Corrientes, Bariloche y Córdoba. Por otro lado, se cancelaron dos vuelos de la ruta El Palomar- Mendoza y otros dos de El Palomar- Salta.
Aún hay más
En medio de la tormenta trascendió que Gustavo Goldman, gerente de Recursos Humanos, anunció este martes que renunció a su cargo. Allí el ex trabajador destacó que estaba orgulloso por lo construído, pero, “la búsqueda de armonía familia-trabajo, es más importante por suerte, que mi ego profesional”.
“Estoy orgulloso de lo que construimos desde que eramos 15 ´jugando´a crear una compañía aérea sin aviones, ni inversión, ni rutas pero con muchas ganas y profesionalismo”, sostuvo. “No es fácil cambiar la forma de volar en el país, no es fácil vencer la inercia del siempre se hizo así o de los usos y costumbres”, agregó.
Una luz se aproxima
En días de poca visibilidad, en El Palomar no pueden operar aviones si hay menos de 2700 metros de visibilidad,- algo que sucedió hace menos de un mes por la intensa neblina, por citar un ejemplo-. Esto podría cambiar en al menos un mes. Según informaron desde el Ministerio de Transporte, se realizó una inversión de 209 millones de pesos para acondicionar el viejo ILS (Sistema de Aterrizaje Instrumental, por sus siglas en inglés) del aeropuerto, en vistas de que en noviembre técnicamente El Palomar pasa a ser un aeropuerto internacional. La inversión fue destinada al hormigonado, balizamiento, iluminación, cercado e instalación de sistema eléctrico en pista y rodajes. Desde la cartera afirmaron que una vez que se terminen las obras, el aeropuerto podrá operar con una visibilidad de entre 1200 y 1400 metros.
De todas formas, aún falta un paso para que las operaciones sean óptimas: el ranurado en la pista para posibilitar el drenaje con el fin de evitar la inundación los días de lluvia. ¿Se efectuará antes de fin de año?