Sabido es que Villa Carlos Paz es uno de los destinos predilectos para vacacionar por los argentinos; sin embargo, pocos saben que la localidad cordobesa le debe su suerte a su par del Valle de Punilla. Al parecer tanto desarrollo turístico es producto de lo que aprendió de La Falda. “Estos se agrandan, pero fuimos nosotros los que le enseñamos cómo explotar y vivir del Turismo”, disparó jocosamente el Indentende de La Falda; y agregó: “Prestaron atención y sacaron lo mejor de nosotros para hoy estar entre los primeros destinos turísticos nacionales”. Dudando de tanta amabilidad, su par de Carlos Paz remató: “Ya sea por el elogio o la enseñanza, seguro que ahora me hace pagarle una cena”.
Una vez más, el alumno superó al maestro.

“Estos pibes están tan equivocados”, opinaba un funcionario turístico nacional en medio de la Exposición Rural de Palermo ante un colega provincial.
¿Vos crees? le preguntaba el atónito interlocutor.
“Seguro. Yo soy un fiel defensor de lo tradicional y autóctono, no me gusta que se mezclen las aguas. Nunca le pondría el nombre de Mascherano a un ternero!!
La resonancia del Mundial todavía inunda las charlas de los futboleros.

Durante una presentación realizada en un pintoresco y musical bar de Puerto Madero una de las presentes, tan rubia como bella, se paseaba por el recinto dando la bienvenida y brindado con todos los asistentes. Su locuacidad era notable, con una sonrisa de par en par, pero tras varios vasos de fernet-cola con los que hizo “chin chin” con cualquiera que se le cruzaba, la noche le pasó factura y el rubor del alcohol se le subió al rostro. Sin embargo la dama nunca se bajo de sus tacos y como había bebido demasiado se volvió a su casa en taxi. Casi un ejemplo de protocolo y ceremonial...
 

“El 35% de retención de la AFIP nos mató, te aseguro que estamos al borde de la desesperación, y encima el Mundial nos paralizó la actividad durante un mes entero. No sé que vamos a hacer de acá a fin de año si no pasa nada extraordinario”, se expresaba por teléfono un agente de viajes a un cronista de esta redacción, quien ante la requisitoria de saber su nombre y empresa para publicar se habría negado rotundamente. “Ni loco dejo por escrito mi situación, a ver si las pocas ventas que tengo  se me caen por la desco