La soberbia argentina
La llegada de la modalidad low cost a nuestro país ha causado sensación, aunque a fuerza de ser sinceros no es novedad.
Luego de la crisis económica de 2001, el relanzamiento de las llamadas segundas marcas fueron la salvación de muchos empresarios y también del hombre común, y ahí si fue novedad el modelo low cost.
Hoy, la nueva moda que hace furor en nuestro país vuelve a estar presente en los bolsillos de los argentinos y en el lugar donde más exposición tiene es en el negocio aerocomercial. Hacia allá vamos.
Luego de demonizar a Aerolíneas Argentinas y Austral el Ministro Dietrich y su gabinete reverdecieron las tan postergadas Audiencias Públicas durante la administración K, y en menos de 1 año presenciamos 2. En ellas se presentaron 11 compañías aéreas para operar más de 600 rutas nacionales e internacionales.
Algunas se presentaron con el modelo tradicional de líneas aéreas y otras mostraron ostensiblemente el modelo low cost como estandarte, que existe desde hace muchos años y con éxito en Estados Unidos y Europa.
La novedad causó furor, pero hasta el día de hoy sólo trajo problemas y desprestigio al modelo, además de una circunstancial afectación a la balanza del negocio aerocomercial.
Es cierto que se puede volar más barato en Argentina, pero ¿se vuela mejor?
Para dar lugar a la cantidad de aviones que comenzarán a operar en nuestro país la primera medida tomada por el Ministerio de Transporte fue intentar adecuar los aeropuertos del interior, reordenar los vuelos de Aeroparque y poner en marcha el aeropuerto de El Palomar.
En este contexto comenzó a operar la línea aérea Flybondi, que, según parecía, se comería a los chicos crudos rápidamente por su novedoso modelo de negocios, pero hasta el momento eso es algo que no estaría sucediendo.
Si de algo se jactan las líneas aéreas es de la seguridad que rodea su operación, sin embargo Flybondi ha desarrollado un interminable manual de excusas para relativizar las demoras, cancelaciones y despachos de equipaje de un destino a otro por tierra, en lugar de la tradicional bodega del avión.
Paralelamente al fiasco de Flybondi el aeropuerto de El Palomar, inaugurado bajo condiciones climáticas adversas, demostró que como modelo low cost está lejos de ser operativo. No sólo por la falta de recursos técnicos e infraestructura, sino por la penalización que le ha impuesto la justicia de sólo 3 despegues y aterrizajes por día.
En ese contexto esta semana los Reyes, Harald y Sonja de Noruega, arribaron a nuestro pais para firmar acuerdos con la administración MM y participar del anuncio del inicio de las operaciones de Norwegian Air Argentina en el cabotaje de nuestro país.
Resulta difícil imaginar cómo una empresa creada a partir de la cultura nórdica se va a desarrollar en un país donde la improvisación es la moneda corriente; un país adonde llegan los aviones sin estar creada la infraestructura para que aterricen; un país donde la falta de conocimientos se reemplaza con soberbia.