Aunque el servicio retornó a la normalidad, la situación gremial en Aerolíneas Argentinas sigue siendo crítica. El secretario de Transporte habría acordado con APLA la desvinculación del mexicano Andrés Fabre Robles y la incorporación de Guillermo Ballesteros como gerente de Operaciones y Área Técnica.

-“Hola, soy periodista del Mensajero, quisiera hablar con Jorge Pérez Tamayo”.
-“Lo comunico, pero espero no le importe tener que hablar con pilotos xenófobos”.

Este diálogo, no exento de ironía acerca de la anteúltima nota editorial de este medio, tenía lugar el viernes 30 de abril, cuando dábamos seguimiento al conflicto gremial reabierto hace tiempo en Aerolíneas Argentinas.
La cuarta semana del mes fue movida para la línea aérea de bandera y, más allá de la normalización del servicio, las causas de los conflictos latentes están lejos de encontrar una solución de continuidad.

Pujas de poder
Según publicó el diario Página/12, Mariano Recalde, presidente de la compañía, habría presentado la renuncia a su cargo -que no fue aceptada- luego de que Guillermo Ballesteros -despedido hace algunos meses bajo sospecha de corrupción y mala administración- se reincorporara a la empresa, respaldado por el gremio de los pilotos.
La fragmentación de los gremios aeronáuticos, cada vez más distanciados del Gobierno Nacional, y las disputas inter sindicales que se generan permanentemente, erosionan la capacidad de conducción de cualquier directorio de la compañía. El caso de Ballesteros fue una señal más, que puso en evidencia la complejidad de las relaciones de poder dentro de la línea aérea.
Recalde había puesto en funciones al cuestionado ejecutivo, cuando la Unión de Aviadores de Líneas Aéreas (UALA) y la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico (APTA) se declararon en estado de alerta, dejando a la Dirección con un margen de acción crítico.
El conflicto se habría destrabado recién cuando el secretario de Transporte de la Nación, Juan Pablo Schiavi, se acercó al domicilio del presidente de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), Jorge Pérez Tamayo, y le confirmó al gremialista que el ejecutivo mexicano que habían convocado para ajustar los costos superfluos de la empresa -Andrés Fabre Robles- finalmente no sería contratado; y Ballesteros asumiría su cargo sin inconvenientes.

“No hay conflicto”
Jorge Pérez Tamayo confirmó a Mensajero que mantuvo una reunión con el secretario de Transporte, sin embargo, prefirió no dar demasiados detalles sobre el encuentro. “En la reunión charlamos sobre la situación, pero nada más”, dijo el presidente de APLA.
Consultado acerca de si hubo algún pedido específico sobre la ratificación de Ballesteros en su cargo, el gremialista dijo: “a mí me informaron que estaba nombrado como gerente del Área de Producción”.
Además, puso de relieve que no existió ningún tipo de negociación con Aerolíneas Argentinas “porque no teníamos conflicto. Los que estaban en negociación son UALA -que no es gremio sino asociación civil- y APTA”, declaró el piloto a Mensajero. A su vez, había dicho a Télam: “no nos extraña que los gremios que están hoy en conflicto son los mismos que nunca quisieron la estatización”.
Consultado sobre su relación con Mariano Recalde, presidente de la Compañía, ratificó que no se ha reunido con él, ni está en sus planes hacerlo.
Por último, acerca de la situación de Andrés Fabre Robles, Pérez Tamayo confirmó a este medio que el contrato del mexicano fue rescindido y ya no pertenece a la empresa.

Disputa política
En la edición pasada de Mensajero, abordábamos la discusión acerca de quién toma las decisiones en Aerolíneas Argentinas. No es ninguna novedad que los gremios y la Dirección de la compañía rompieron la tregua que tenían hace algunos meses, y se embarcaron en una suerte de “guerra fría”, donde las amenazas se cruzan en forma cotidiana, pero las medidas de fuerza han logrado contenerse por la intervención de altas esferas gubernamentales, no sin costos políticos.
Cuando el Parlamento argentino aprobó la expropiación de la empresa, la decisión de la Presidencia había sido dotar de cierta autonomía a la compañía aérea. Sin embargo, la estructura sindical no está dispuesta a perder terreno frente a la Dirección, y esto motivó la mediación de cuadros políticos que habían procurado mantenerse ajenos a las disputas internas. Tal es el caso de Schiavi, cuya secretaría se encuentra en la órbita del Ministerio de Planificación encabezado por Julio de Vido.

Normalidad recuperada
Aunque la tensión se mantiene constante, Mariano Recalde había bajado el tono del conflicto. En declaraciones a Télam luego del incidente por el nombramiento de Andrés Fabre Robles, señalaba que hubo muy pocas cancelaciones, y no se registraron demoras originadas por algún hecho extraordinario. “Son situaciones que se dan en todas las aerolíneas, pero lo solucionamos rápidamente. Los pasajeros fueron reubicados, y los vuelos reprogramados”.
Sin embargo, la crispación gremial interna arrojó esta semana un saldo de demoras y cancelaciones, que recién el jueves 29 de abril permitieron la vuelta a la normalidad del servicio.
El Calafate, Ushuaia, Iguazú, Córdoba y Mendoza fueron algunos de los destinos cuyos vuelos se vieron perjudicados por las cancelaciones.

Conversaciones con Airbus

Mientras la negociación con los sindicatos suma un nuevo capítulo, la compañía aérea continúa en la renovación de su flota, uno de los puntales para la optimización del servicio.
Por otra parte, durante la conferencia de prensa ofrecida por Airbus en nuestro país (ver pág. 12), los directivos del fabricante europeo comentaron que estaban en conversaciones con Aerolíneas Argentinas para la posible incorporación de aviones de fuselaje ancho, que se sumarían a la actual flota disponible. “Todavía no hay nada cerrado”, afirmó Rafael Alonso, vicepresidente senior para Amárica Latina y el Caribe