Con una hora de demora, y apenas pasado el mediodía, el vuelo AR 1386 de Aerolíneas partió rumbo a Cancún. Fue el primero de los destinos internacionales que la compañía volvió a cumplir desde el sábado pasado, y lo siguió un vuelo a Barcelona cuyo horario de salida se demoró finalmente doce horas.
Con el correr de la jornada, el panorama en ambos aeropuertos se fue normalizando y comenzaron a dejar de verse familias enteras teniendo que esperar, en medio de la incertidumbre, alguna información de la empresa sobre sus destinos. Vuelos a ciudades capitales de países limítrofes, como Montevideo, Asunción y Santiago de Chile, salieron con algún mínimo retraso de entre 30 minutos y una hora, y el AR1302 con destino a Miami partió con dos horas y media de demora. De todos modos, las diferencias con la situación de cancelación total de los vuelos sufrida anteayer fue notable: los vuelos hacia la mayoría de los destinos internacionales para el resto del día figuraron, durante toda la jornada, con el cartel "en horario".
En total, y hasta última hora, los 15 vuelos programados por la compañía despegaron sin problemas desde la terminal bonaerense, para alivio de los centenares de turistas que esperaban, en algunos casos desde el viernes, la salida de sus vuelos programados. Calma y normalidad En Aeroparque se vivió una situación similar. Desde las 7, con el primer vuelo a San Pablo, la línea de bandera comenzó a cumplir con sus compromisos locales e internacionales, que en esa terminal aérea incluyen sólo países limítrofes. Algunas demoras comenzaron a efectivizarse a partir del anochecer, pero sin demasiadas consecuencias para los pasajeros.
La normalización de los vuelos no trajo, de todos modos, la calma, y el conflicto parece estar lejos de finalizar. El secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi, denunció que Aerolíneas perdió "más de 20 millones de dólares" desde el pasado jueves por el conflicto que involucró a los controladores aéreos y ratificó que este tipo de acciones no serán toleradas desde el gobierno nacional. Luego de las críticas públicas que les dirigió la propia presidenta Cristina Kirchner (ver aparte), los gremios en conflicto se llamaron a silencio. De a poco, la tranquilidad retornó entre quienes esperaban poder viajar desde hacía varios días.


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