Ante el avance sindical para desestabilizar al titular de Aerolíneas Argentinas, Mariano Recalde, la Casa Rosada que respaldó al funcionario rotundamente. Por su parte, en un encuentro con los medios especializados, el presidente de Aerolíneas Argentinas explicó la situación actual de la empresa.

Hace tiempo que desde este medio se habla de la virulenta actitud de los sindicalistas de APLA y APTA. En condiciones normales deberían ser responsables por malversar equipamiento del Estado en beneficio propio, entorpecer el libre desarrollo del tráfico aéreo y pretender adueñarse de la aerolínea de bandera. A raíz de la turbulenta semana que transita la actual gerencia de Aerolíneas, el apoyo llegó directamente desde la Casa Rosada y todo indica que finalmente alguien le “pondrá el cascabel al gato”.
Durante los últimos días el enfrentamiento con la cúpula sindical de APLA y de la APTA derivó en un cruce de acusaciones muy fuertes, y donde la misma Presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, intervino apoyando la gestion de Mariano Recalde y su equipo.
Por su parte, el presidente de la aerolínea al sentirse respaldado también por los más altos funcionarios del gobierno salió al cruce de los gremialistas en forma pública. En una conferencia de prensa ofrecida en las oficinas de Bouchard, Recalde remarcó que: “la orden de la Presidenta es estar firmes con nuestras convicciones, nuestro plan de negocios y hacer más eficiente a la empresa”. Además expresó que no existe conflicto, pero que “si hay una discusión entre lo que le conviene a la compañía y lo que les conviene a los pilotos y técnicos de la compañía, y que por defender esas posiciones se pone en riesgo el interés del conjunto”, añadiendo que hay una resistencia al cambio pero que “no todos los empleados boicotean”.

El toro por las astas
Con los conflictos en el más puro estado de ebullición, el Gobierno reaccionó y a través del Decreto1840 dispuso en primera instancia que unos 500 controladores de todo el país pasasen a la órbita militar tras el conflicto iniciado por aquellos que responden al sindicato de Cirielli.
Cansados por aquello que los funcionarios llamaron paros encubiertos, a pesar de haberse dictado la conciliación obligatoria, la línea de bandera decidió suspender sus vuelos a la espera de solucionase el conflicto. Al respecto Recalde explicó: “El sábado tuvimos algunos inconvenientes con tres o cuatro vuelos y veíamos que había una actitud de quite de  colaboración de parte de los trabajadores de mantenimiento, lo que iba a generar que los aviones no estuviesen disponibles para volar, tal como había sucedido el viernes cuando 60 vuelos no salieron porque los controladores alteraron la frecuencia de tiempo entre cada despegue”. Además, manifestó que le pareció una buena medida la que tomó la Presidenta de mantener el control y la dirección de Tránsito Aéreo a través de la autoridad civil y volver a colocar la tarea concreta de programación de los vuelos en la órbita militar.

Íntimo
El pasado viernes Recalde convocó a medios de prensa para aclarar cuestiones respecto a las acusaciones sindicales y se sinceró: “No ví venir el conflicto dado que un día despúes de que la Presidente ganara las elecciones, me reuní con los gremios y se habían comprometido a ayudarnos”. Además, el titular de AR sostuvo: “Hubo muchas especulaciones sobre una posible salida mía y quizás eso motivo que ambos gremios quisieran sacar tajada de la situación y quedarse con la administración de la compañía. Aunque la verdad, no sé de donde salió esa versión pero yo no tengo ningún otro plan que no sea quedarme al mando de Aerolíneas Argentinas”. Respecto a la dimensión pública que alcanzó este enfrentamiento, Recalde acusó a la prensa de magnificar el tema, porque “el único problema es que hay dos grupos sindicales que luchan por quedarse con el poder de AR”.
En torno a las acusaciones por reemplazar  la flota con aviones obsoletos, aclaró que las naves están en excelente estado y permitirán una mayor competitividad.
Pese a que las reservas disminuyeron entre un 10 y 15% desde que comenzaron los cruces, el funcionario destacó que: “Hoy salen todos los vuelos porque no existen irregularidades, ni problemas. Si se cancelan los despegues será por cuestiones de cenizas y no operativas”.
Consultado por los balances de la compañía,  comentó que antes de fin de año podrán presentar el balance correspondiente al 2008 “que tanto costó armar dado que fue muy díficil recolectar datos e información de la gestión privada del Grupo Marsans”. Y adelantó que una vez presentado ése, los demás se elevarán en forma rápida y transparente.

Cuentas claras
Si bien AR tiene un déficit operativo Recalde precisó: “lo que la Presidenta mira no es el balance de Aerolíneas sino el del país y a la Argentina le genera muchos más ingresos las actividades indirectas que produce la empresa para fomentar las economías regionales”.
Cabe recordar que Aerolíneas es tomada como una herramienta por el Gobierno nacional que tiene por misión acortar las enormes distancias de nuestro país. Según la administracion  CFK la aerolínea contribuye al desarrollo económico del país y por ende no es una pérdida para el Estado sino una inversión que se recupera en términos sociales y económicos. Según un informe de IATA, que mide el impacto económico que genera el sostenimiento de la aviación comercial, Aerolíneas Argentinas es rentable para el país.
A pesar de ello, APLA publicó que entre enero y septiembre Aerolíneas y Austral registraron pérdidas conjuntas por 484 millones de dólares en la explotación comercial de sus rutas. Y que eso llega al valor de 624 millones cuando se les suman los gastos del “resultado financiero”.
Para los funcionarios de la compañía, lo que el gremio no atendió en sus registros es que durante el 2011, la línea aérea debió enfrentarse ante cuatro poderosos enemigos: los imprevistos de convivir casi seis meses con un volcán en actividad, el fuerte aumento del precio del petróleo (que pasó de U$S 90 el barril a 140), los incrementos salariales y los conflictos sindicales que cada vez que generan paros y cancelaciones de vuelos le cuesta a Aerolíneas millones de dólares (el último fin de semana la empresa perdió más de U$S 20) que luego incrementan las cifras negativas.
Sin embargo, para el titular de AR “aunque sufrieron subas de hasta el 30% en combustibles a y un 22% en salarios, las pérdidas previstas para este año rondarán índices similares al 2010 cuando el déficit fue cercano a los 460 millones de dólares”.

Banka rosada
El conflicto que en los pasillos de la empresa se reconocen como un intento de golpe gremial para derrocar a Recalde y de esa manera ocupar lugares gerenciales o en el directorio que permitan intervenir en la administración, no muestra signos de “cese del fuego” a pesar que desde la Casa Rosada el apoyo para la actual gerencia sigue intacto. A la embestida sindical, fueron los funcionarios más cercanos a la Presidenta quienes salieron al cruce para aclarar que ARSA es de todos y para todos. El ministro de Planificación, Inversión Pública y Servicios de la Nación, Julio De Vido, calificó a la medida gremial como “extorsiva, absurda e injusta porque no tiene un reclamo concreto”. Por su parte, el Ministro de Trabajo, Carlos Tomada, definió a los técnicos que suspendieron sus labores como “un sector que se ha puesto fuera de la ley”. En tanto que, el secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi, remarcó: “Necesitamos un cambio, que implica una mejora absoluta del sistema y permite ordenar un poco las cosas. Otro que salió al cruce fue el ministro de Defensa, Arturo Puricelli, quien sostuvo: “Hay actitudes que son lisa y llanamente un boicot generalizado al desarrollo normal del tránsito aéreo”.

Que quieren
El enfrentamiento tomó carácter público a partir del 7/11 con la sucesión de cartas donde los dos gremios aeronáuticos más fuertes, históricamente enfrentados y en permanente competencia, encabezaron un fuerte ataque gremial criticando la administración de la aerolínea de bandera, que según ellos le cuesta a los argentinos millones de dólares, acusándolos de no cumplir con las inversiones prometidas para mejorar las condiciones de mantenimiento de los aviones y denunciando “kioscos” y negociados de la cúpula dirigencial.
Pero la cuestión de fondo es otra, según comentan voceros no oficiales de Aerolimeas Argentinas, hay una disputa abierta entre los funcionarios políticos y los sindicalistas de ambos gremios con aspiraciones politicas que pretenden el lugar de los primeros.

Abróchense los cinturones

“El plan de negocios y el futuro de la compañía no es negociable” declaró Mariano Recalde, y  admitió que “las acciones para desbordar AR fueron premeditadas”. Asimismo, alertó que para la temporada de verano la operativa se desarrollará sin ningún inconveniente, dado que “el Comité de Crisis tiene preparado un equipo capacitado para desarrollar y cubrir problemas ante eventuales conflictos”.
Además, el titular de ARSA aclaró que sigue comunicado con los sindicatos, y subrayó: “Vamos a ejecutar la iniciativa de la Presidenta por renovar la flota y van a tener que aceptarla porque no pueden atentar contra el crecimiento de la empresa”.
Para finalizar el encuentro, Recalde subrayó: “Ya no nos vamos a dejar condicionar, ni extorsionar con presiones y reclamos sindicales injustificados”.
Aparentemente alguien está dispuesto a ponerle el cascabel al gato.
Éramos pocos y saltó la banca
El secretario general de la CGT, Hugo Moyano, respaldo al gremio aeronáutico enfrentado con el Gobierno y cuestionó con dureza la decisión de la Casa Rosada de pedir a la Justicia la suspensión de la personería gremial del sindicato en conflicto. Por su parte, Luis Barrionuevo, jefe de la disidente CGT Azul y Blanca, también brindó su aval a Ricardo Cirielli.
“No podemos olvidar que fueron los trabajadores, los que más lucharon cuando Aerolíneas era absurda e indecorosamente vaciada”, decía el comunicado de la CGT.
Por su parte, la corriente conducida por Barrionuevo relató: “Rechazamos esta suerte de política de persecución hacia los trabajadores que reclaman, no ya por sus salarios, sino por medidas de seguridad en el desempeño de sus tareas “.
Como era de esperar, Recalde les contestó y recordó que “su gestión es una administración estatal a través de decisiones que toma la Presidenta de la Naci&oacute