La crisis política de Medio Oriente golpea a la actividad turística global como ha sucedido con otras en estos últimos años, aunque con intensidades diferentes. “Es que nadie quiere comprarse un problema cuando planifica un viaje”, dijo el titular de la AAAVyT, Ricardo Roza, quien precisó que si bien para los argentinos los involucrados no son destinos masivos, “un 3 a 4 por ciento del emisivo”,calculó, “viaja a países del Medio Oriente, en muchos casos como parte de paquetes que incluyen otros destinos”.
Roza destacó que, en estas situaciones “aparece el valor que tienen los operadores y las agencias de viaje, ya que frente a la crisis política egipcia, muchos de los que trabajan con esos destinos como Nabil, Taiar o Tije, “estuvieron permanentemente ocupados en solucionar los problemas de sus pasajeros ya sea para que pudieran salir de ese país, si estaban allí, como para redireccionarlos si aun no habían comenzado el viaje”.
Tal como apareció publicado en la prensa, “los que fueron por su cuenta la pasaron realmente muy mal”, dijo Roza quien destacó que “mientras todo sale bien quizá no se nota mucho la importancia de tener un respaldo profesional en la organización del viaje. En muchos casos –explicó- los propios guías que trabajan con los operadores fueron los que acompañaron y orientaron a los turistas para que pudieran salir de Egipto”.
Aun no se pueden dimensionar los perjuicios que provocará en la actividad turística global la crisis de Medio Oriente que, por cierto, no se limita a Egipto sino que se extiende a Túnez, Marruecos y Jordania y afecta a otros destinos de la región de manera indirecta. Pero desde los países afectados ya se valúan en centenares de millones de dólares.   
Por cierto que los viajeros que llegarán a Medio Oriente este año serán, seguramente, muchos menos que en los inmediatos anteriores. Las protestas están recorriendo toda la región y no se sabe donde pueden estallar cada día.
A las playas tunecinas ya estaban llegando muchos menos europeos que en los años anteriores porque los viajeros del Viejo Continente están golpeados por la crisis económica, pero ahora su desaliento es mucho mayor. Y buena parte de la economía de ese país -como las de Egipto y Marruecos, otro de los países que comenzó a vivir las protestas de la población-, está vinculada con el turismo.
Obviamente la fuerza del golpe dependerá de cuanto dure la crisis, al menos en el nivel de intensidad que alcanzó en el último mes. Pero los coletazos de la situación seguramente se sentirán al menos a lo largo de todo este año y en los resultados del mismo.
Los primeros en reaccionar fueron los cruceros, que redirigieron sus destinos para evitar, en especial, a Egipto y Túnez. Y este es el camino que adoptarán los operadores de todo el mundo si la crisis se prolonga, pero con un costo operativo y financiero grande.
“Los que más sufren son los destinos, por su imagen”, dijo Roza y acotó que “luego vienen los hoteles, la gastronomía y los que prestan servicios al turismo en esos lugares, junto a las agencias de viaje que deben afrontar mayores costos en personal, entre otros, para redireccionar los paquetes y los pasajeros. Lo bueno es que el turismo es una actividad que rápidamente se recompone cuando se supera la situación de crisis, sea ésta económica, política o una epidemia”, completó.
El conflicto de Medio Oriente encontró al sector turístico en un cuadro de leve recuperación, aunque inserto en la crisis económica global que tiene su epicentro justamente en los grandes mercados emisores: los Esta