Según el último informe del Fondo Monetario Internacional (FMI) «Perspectivas económicas regionales: Las Américas», la recuperación de América Latina y el Caribe está avanzando más rápido de lo previsto pero a un ritmo desigual entre los países.
El crecimiento de la región continúa cobrando dinamismo, impulsado principalmente por un fuerte repunte del consumo privado y por la mejora de las condiciones externas.
El informe recomienda que en los países dependientes del Turismo, cuya actividad económica se vio perjudicada por la debilidad del empleo en las economías avanzadas, la política económica debe centrarse en reducir la vulnerabilidad de los sectores más pobres y mantener la estabilidad macroeconómica. En esta edición de «Perspectivas económicas: Las Américas» se proyecta un aumento moderado de las llegadas de turistas de cerca del 5% en 2010. Las inversiones a más largo plazo en bienes raíces para fines vacacionales y otras formas de turismo cayeron de manera concomitante con las llegadas de turistas para estadías de corto plazo, al disminuir la riqueza de los hogares como consecuencia de la crisis financiera global.
“En términos generales, esperamos un buen desempeño de las economías de la región”, declaró Nicolás Eyzaguirre, director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI.
De acuerdo con los datos arrojados por la entidad las proyecciones para 2010 indican un crecimiento de 4 por ciento del PIB regional, tras una contracción de 1,8 por ciento en 2009. Sin embargo, el informe observa marcadas diferencias en las perspectivas económicas para los distintos países. “Dentro de este panorama regional, los países con estrechos vínculos a los mercados financieros internacionales probablemente experimenten una reactivación más vigorosa, gracias al acceso a un financiamiento externo abundante y a los precios elevados de sus materias primas de exportación”, indicó Eyzaguirre y agregó que “por otra parte, algunas de las economías más pequeñas tendrán un crecimiento más anémico, e inclusive algunas de ellas sufrirán una contracción. Por lo tanto, el enfoque de la política económica deberá variar considerablemente según las condiciones en cada país para lograr una recuperación sostenible”.

En guardia frente a nuevos booms
Asimismo, el informe profundiza en los desafíos de política que plantea el retorno a las condiciones financieras externas favorables, y analiza cómo respondieron las economías de América Latina y otras regiones en el pasado ante condiciones similares.
Los episodios de financiamiento externo barato y abundante generan el riesgo de un ciclo de auge y colapso, ya que pueden disparar el crédito y la demanda interna, crear burbujas de precios de los activos y agudizar los déficits en cuenta corriente. Al respecto Eyzaguirre dijo que “las condiciones financieras externas fáciles en general favorecen a las economías emergentes. Pero estos episodios temporarios acarrean riesgos que hay que controlar. Es importante evitar que el financiamiento fácil ponga en marcha una expansión demasiado rápida de la demanda y del crédito, creando un nuevo boom que podría terminar mal”.
La conclusión del informe es que depende de la política económica evitar esos inconvenientes. “Un mensaje importante de nuestro análisis es que las políticas pueden mitigar o amplificar los riesgos vinculados al financiamiento externo fácil”, puntualizó Eyzaguirre y destacó que “las decisiones que tomen las autoridades ahora son muy importantes para evitar problemas más adelante”.
Finalmente, Eyzaguirre hizo hincapié en que la situación exige todo un conjunto de políticas:“Lo prioritario es permitir una flexibilidad significativa del tipo de cambio, mantener la disciplina fiscal y utilizar la política fiscal para moderar el crecimiento excesivo de la demanda, así como emplear políticas macroprudenciales para mantener la estabilidad de los sistemas financieros”. Si estas medidas adoptadas conjuntamente resultan insuficientes, explicó, “una tributación cuidadosa de las entradas de capital podría ayudar tran