“Mentirosos”, “ladrones” y “canallas” son algunas de las expresiones que utilizaron los técnicos para denunciar un “sabotaje” de APLA y Pérez Tamayo en Aerolíneas Argentinas. Ricardo Cirielli, líder de APTA, puso la firma al comunicado que hizo revivir la interna sindical. La respuesta de los pilotos.

Luego de la advertencia de Mariano Recalde a los trabajadores de Aerolíneas por acciones que atenten contra la normalidad en los vuelos de la empresa, los pilotos y los técnicos recrudecieron una vieja interna que, tras el retorno de la línea a manos del Estado, no ha hecho más que agravarse.
Todo empezó el fin de semana del 1º de mayo cuando una serie de irregularidades en 17 aviones de la flota hizo que 16 vuelos sufrieran demoras y 30 se cancelaran. Las deficiencias hicieron que el líder de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), Jorge Pérez Tamayo, enviara al entonces gerente General, Julio Alak, una nota con las siguientes líneas: “A raíz de los acontecimientos ocurridos en días pasados, que han dejado como resultado una cantidad elevada de aviones fuera de su escala madre, quiero expresarles mi gran preocupación sobre el estado del gerenciamiento y mantenimiento de Aerolíneas”.
La respuesta de la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico (APTA) empezó a gestarse con una investigación interna y terminó de corporizarse en un informe y un comunicado firmado por su secretario General Ricardo Cirielli, quien acusó a Pérez Tamayo de “falaces acusaciones” para “descalificar” al Área de Mantenimiento.

El comunicado
De acuerdo al informe de APTA, “una investigación técnica demostró que solo cuatro fallas (8 por ciento) fueron verdaderas. Las restantes (92 por ciento) fueron fraguadas por los pilotos, perjudicando gravemente a la empresa y sus pasajeros, en un claro accionar de sabotaje del cual no puede ser ajeno el presidente de APLA, Jorge Pérez Tamayo”.
Luego de explicaciones técnicas para cada uno de los informes presentados por los pilotos, APTA llega a la tajante conclusión: “La abrumadora mayoría (de demoras) fueron ficticias o reportes de fallas por parte de los pilotos que eran inexistentes. Y dado las sugestivas coincidencias de las mismas (…) es lícito concluir que fueron premeditadamente planificadas y ejecutadas por los pilotos de APLA involucrados, mediante un complot que le permitiera luego a su Presidente, Comandante Jorge Pérez Tamayo, socavar a través de calumniosas declaraciones, la confianza y la credibilidad de todos los trabajadores del Área de Mantenimiento ante las altas autoridades empresarias”.
Y más adelante: “Los graves trastornos en el servicio que perjudicaron a cientos de pasajeros, como financiera y comercialmente a Aerolíneas Argentinas fueron adrede por parte de APLA, (con el fin  de) obtener el control y el manejo de todas las áreas claves de la compañía”.

La respuesta de APLA
En diálogo con Mensajero, Pablo Biró, vicepresidente de APLA, afirmó: “Tenemos gerentes que todavía responden al Grupo Marsans y que están más preocupados por reestatizar los aviones parados a un valor de 350 mil dólares cada uno, que por los repuestos del día a día para tener los vuelos en horario. Hay una falta de gestión impresionante, de la cual los trabajadores están exentos”.
Respecto de las acusaciones de sabotaje, Biró respondió: “Son poco serias; no vale la pena hacer comentarios”.
Acerca de los informes que hicieran los pilotos aquel fin de semana de mayo, Biró fue tajante: “El avión está o no en condiciones de volar, las novedades existen y los pilotos las reportan. Estamos encontrando fallas muy sospechosas que no hubo nunca en la historia de la empresa”.

Reunión de gremios
El miércoles se reunieron en la sede de APLA los secretarios generales de cuatro de los siete gremios de trabajadores aeronáuticos. Allí, Pérez Tamayo, Ricardo Frecia (Asociación Argentina de Aeronavegantes), Edgardo Llano (Asociación del Personal Aeronáutico) y Rubén Fernández (Unión del Personal Superior y Profesional de Empresas Aerocomerciales) consensuaron en calificar el hecho como una “burda maniobra de algunos sectores que pretenden mostrar a los trabajadores como los responsables de los problemas que atraviesa la compañía&