Gracias a la Madre Tierra
“Pachamama, cusiya, cusiya” (Madre Tierra, ayúdame, ayúdame). Esta es la antigua frase incaica que curtidos criollos, jóvenes, viejos, niños y mujeres repetían durante los tres días en que se congregaron unas ocho mil personas para celebrar uno de los últimos rituales del folclore que sobreviven: la Fiesta de la Pachamama. En esta oportunidad, durante el 12, 13 y 14 de febrero una nueva edición invadió la calma del pueblo tucumano Amaicha del Valle y entre música y baile se adoró a la Madre Tierra.
Ofrendas
Estos son días a puro festejo y unos de los más importantes de la provincia. La venerada Pachamama recibe las ofrendas que más tarde retribuirá con cosechas prósperas y ganado fértil. En esta oportunidad, los pedidos que se hicieron tuvieron que ver también con la necesidad de que en la sociedad reinen la tolerancia y el respeto. También se aclamó por lluvias para las plantaciones, y para que no falte agua en las casas del pueblo. Además, en torno a la plaza, la mujer más anciana del pueblo desfila a caballo o sobre un carro tirado por bueyes, acompañada por la Ñusta -doncella que simboliza la fertilidad-, el Yastay -dios de los animales y la caza-, y el Pujllay -espíritu alegre del carnaval-.
El ambiente de la fiesta es tan rústico como el del pueblo y sus habitantes. En torno de la plaza se montaron las enramadas de hojas secas soportadas por maderas -que se denominan pascanas- especie de kioscos típicos en los que se expenden comidas regionales, donde tampoco faltó el vino patero. La región de alta montaña suministró la algarroba con que se elabora la aloja, el maíz para la chicha y los apetitosos quesillos de cabra, a los que se sumaron las infaltables empanadas.
Ante los azorados turistas, los artesanos de los Valles Calchaquíes se empeñaron en tejer sorprendentes tramas para ponchos, mantas y otros elementos de abrigo que suelen llevarse de recuerdo quienes visitan el lugar.
Mantener la identidad
De repente todo se interrumpió por la entrada de la carroza que transportó a Pascuala Susana Batallán, la anciana de 87 años que fue elegida por el Consejo de Ancianos para representar a la Pachamama. Escoltada por su séquito de copleras compuesto por la Ñusta, el Pujllay y el Yastay, se paseó por el lugar hasta subir al escenario mientras los aplausos y alabanzas retumbaban en los cerros. La Pachamama cantó sus coplas y bendijo al pueblo. “Que haya pan y trabajo para todos”, dijo e hizo la señal de la cruz con las manos en alto.
Cuando el desfile terminó, el vals invadió el lugar y aparecieron bajo la enramada los novios Lourdes Lera e Isidro Mamaní, protagonistas del casamiento criollo con el que se cerró la ceremonia.
Durante la coronación de la Pachamama estuvo presente el presidente del Ente Tucumán Turismo, Bernardo Racedo Aragón, quien afirmó: “No se puede hacer turismo manteniéndose ajeno a la identidad del destino y esto es lo que se está viviendo aquí, todo un pueblo que honra las tradiciones y eso es lo que disfruta de ver y conocer la gente que nos visita; no sólo nuestros paisajes sino la idiosincrasia de la gente que está inserta en ellos”.
Devoción religiosa
Las fiestas religiosas producen un gran movimiento de turistas en Tucumán y así lo demostró la escenificación de la aparición de la Virgen de Lourdes a la pastorcita Bernardita en San Pedro de Colalao, que atrajo a más de 35 mil personas.
Durante la puesta en escena se contextualizan las apariciones de la Virgen mediante efectos especiales -logrados gracias a un sofisticado manejo de luces, sonidos y máquinas de humo-, que crean ambientes misteriosos dejando a todo el público con una notable emoción. La obra comenzó con una resplandeciente imagen de la Virgen y el silencio se irrumpe con sus palabras “He aquí la esclava del Señor” y, con un público totalmente deslumbrado, concluyó cuando una grúa invisible elevó a la Virgen, toda iluminada, ante la mirada atónita de los presentes. La oscuridad y el silencio se vuelven a irrumpir por las velas y celulares que se encienden y se mueven al compás de la música con la que cierra la obra.
Todo lleno
Esta edición de la Fiesta de la Virgen de Lourdes superó las expectativas de sus organizadores. “Ha sido uno de los mejores fines de semana de la temporada y se diferenció con respecto a otros años porque la estadía de la gente fue más prolongada, eso es reflejo de que tienen un atractivo calendario de actividades para realizar”, señaló el delegado comunal de San Pedro de Colalao, Julio Contino. Por otro lado, Bernardo Racedo Aragón destacó: “Un destino turístico se construye con la conjunción de muchos factores y uno de ellos son las festividades tradicionales que tiene cada lugar. La megaescenificación del mensaje de Lourdes es ya un clásico en Tucumán y año a año son más los fieles que vienen a presenciarlo. Esto se suma a las actividades que tiene el visitante para realizar como trekking, mountain bike, excursiones en cuatriciclos, entre otros, que hicieron que San Pedro de Colalao sea un sitio imperdible en estas vacaciones”. Asimismo, el funcionario agregó que los hoteles y todo sitio de alojamiento estuvieron totalmente colmados y hasta se habilitaron lugares para carpas para poder contener a la multitud que visitó la villa.
“Esto es Tucumán; es tradición, es su gente; no importa que villa visite el turista, en cada una verá reflejada un pedazo de esta provincia que tanto tiene para ofrecerle. Una vez más –afirmó Racedo Aragón- el calendario y las actividades extras lograron que los hoteles estén colmados y febrero continúe con el mismo éxito que se registró en el mes de enero”.
Jubilados de vacaciones