En observación permanente
Los lineamientos del Plan de Negocios de AR y AU están siendo objeto de un análisis exhaustivo por parte de los senadores y diputados que integran la Comisión competente. Mensajero dialogó con cuatro legisladores que tienen el texto en sus manos. Confianza en el plan. Críticas a la dirigencia.
Durante estos días de agitados debates en el Congreso de la Nación, Aerolíneas Argentinas estará bajo el foco examinador de la Comisión Bicameral de Reforma del Estado y Seguimiento de las Privatizaciones, un ámbito que desde 2002 no trataba ninguna cuestión hasta ser reactivado exclusivamente para recepcionar el Plan de Negocios de la línea de bandera en proceso de estatización.
Esta Bicameral, compuesta por seis senadores y la misma cantidad de diputados, recibió los primeros lineamientos del Plan y está a la expectativa por hacerse del texto definitivo que llegará a sus manos el próximo 10 de noviembre. A partir de allí, los legisladores podrán elevar sus informes para modificar, si así lo requieren, los aspectos que consideren cuestionables, o ratificar, si ese es el caso, el texto tal cual lo envíe la gerencia de Aerolíneas Argentinas.
Mensajero dialogó con cuatro integrantes de la Comisión que tendrá a su cargo el monitoreo de los pasos a seguir por la compañía aérea que preside Mariano Recalde.
Se trata de los diputados nacionales Ariel Basteiro (Encuentro Popular y Social), Alejandro Rossi (Frente para la Victoria), Esteban Bullrich (Propuesta Republicana) y Rubén Lanceta (Unión Cívica Radical).
“Un plan razonable”
Así definió a la estrategia comercial de Aerolíneas Argentinas el diputado oficialista Alejandro Rossi. “Me parece un plan razonable y posible conforme los objetivos que se han trazado en la compañía y la situación actual en la que se encuentra. Apuesta a consolidar el cabotaje nacional con una renovación de flota sobre la base de aviones más pequeños y más baratos como son los Embraer, una recuperación y consolidación de vuelos regionales en América Latina con una flota más moderna por la incorporación de los doce Boeing y el refuerzo sobre las líneas tradicionales internacionales sobre la base de la compra de los Airbus”, dijo a Mensajero el santafesino Rossi.
En la misma senda avanzó el diputado Ariel Basteiro. “Lo más importante del plan -dijo el secretario de la Bicameral- es que plantea inversión y renovación de flota que es fundamental para que cualquier compañía aérea reduzca los costos. Yo creo que es un plan realizable porque es el Estado el que está detrás y el que se compromete a hacer la inversión. Después, el transporte aerocomercial siempre depende mucho del contexto, de la situación general”.
Este había sido uno de los argumentos del presidente de la Comisión, el diputado por el FPV, Mariano West, cuando en distintas entrevistas se le preguntaba por el déficit de la compañía de bandera.
Más crítico sobre este último punto fue el pampeano Rubén Lanceta, quien dijo a Mensajero: “No es así, el déficit se debe a una pésima administración. La coyuntura te afecta en un sentido o en otro. Ninguna aerolínea es tan disparatada como la nuestra y todas pasan por los mismos avatares”. Sin embargo, el diputado por la UCR no descree en la estrategia comercial de Aerolíneas, aunque sí en su Management: “El approach, como decálogo de buenas intenciones, me parece bueno. Pero la mejor hoja de ruta trazada y puesta en manos de un mal piloto, choca en la primera curva. El plan de negocios puede ser logrado en buenos términos, de hecho la consultora contratada es de las más calificadas del mundo, pero mi duda está en la decisión política y en el Management de la gestión, que deja mucho que desear. Rescato que por primera vez se dignaron a contratar gente idónea para armar un plan de negocios. Pero lo grave es que previamente se tomaron decisiones de fondo. El plan tendría que haber estado al otro día de ser estatizada la compañía”.
La deuda
Una de las cuestiones a solucionar en la compañía es el pasivo histórico. Una de las aristas del Plan plantea una restructuración de la deuda con apoyo financiero del Estado, que ya dispuso una cuota del presupuesto 2010 a tal fin y ya aprobó emitir bonos para seducir a los acreedores.
“Aerolíneas debería ser la que solvente los gastos y la deuda. Pero esto depende mucho del contexto general, si hay una crisis extrema del sistema capitalista, como en este momento, que genera recesión, reducción en el uso de los aviones, entonces el Estado deberá ser el que asista. Hay que puntualizar qué se quiere hacer. Si planteás una empresa que vuele a rutas deficitarias, indefectiblemente tenés que tener la rueda de auxilio financiera del Estado”, afirmó Basteiro.
Por su parte, Lanceta disparó: “La deuda la va a pagar el Estado, aunque no debería, pero Aerolíneas no tiene cómo hacerlo. En su momento, nosotros propusimos que se expropien activos tangibles e intangibles y no las acciones porque allí estaba la deuda. Si tomábamos los activos tangibles y la marca y los poníamos en el marco jurídico de Lafsa, no heredábamos la deuda. Pero había un negocio previo de Jaime que no se podía tocar. Era muy sencillo no expropiar la deuda, pero por no tomar la decisión política, Aerolíneas nos está costando mucho más cara que lo que nos debería costar”.
Rossi, a su turno, relativizó el punto crítico de la deuda: “El más grande acreedor de la empresa es el Estado, con lo cual naturalmente es posible negociar. Una parte sustantiva de la deuda es no exigible todavía y la porción más complicada, un 25 por ciento del total de pasivo, corresponde a deuda comercial con proveedores estratégicos de insumos, como son los leisure y las firmas proveedoras de combustible. En cada uno hay una negociación entablada, en algunos se avanza más rápido y en otros más lento”.
La pregunta de los mil millones de pesos