Cuando pase el temblor
El economista Adolfo Sturzenegger analizó las conclusiones que se desprenden del último informe económico efectuado para la Cámara Argentina de Turismo. La participación del sector en el PBI bajó algunos puntos pero la contribución al empleo se mantuvo estable. Se prevé un año de crecimiento para 2010.
Los números fríos sin una interpretación contextual pueden engañar al observador. Por eso, Mensajero analizó junto al responsable del Informe Económico de la CAT las causas de las variaciones registradas en los principales indicadores del sector.
La contribución de la Actividad Económica de Turismo y Viajes (AETV) al PBI para el año 2009 fue del 7,25 por ciento, lo que se tradujo en 22.505 millones de dólares.
Es interesante observar que para los tres casos internacionales considerados, la contribución del turismo al PBI alcanza los siguientes niveles: Australia 3,7 por ciento, México 8,7 por ciento, y World Travel & Tourism Council 9,4 por ciento del PBI mundial.
Con relación a los sectores económicos, la medición a precios constantes ubica a la AETV en el sexto lugar dentro de las 14 grandes actividades económicas, superando a Construcción, y a Agricultura, Ganadería, Caza y Pesca.
El turismo generó en 2009 el 7,21 por ciento del empleo total, esto es, 1.212.076 puestos de trabajo sobre un total de 16.819.357 para el país.
Para los tres casos internacionales considerados la contribución del turismo al empleo alcanza los siguientes niveles: Australia, 4,7 por ciento; México, 6,9 por ciento, y el WTTC el 7,6 por ciento.
Empleo estable
Si analizamos las cifras que se manejaron para 2008, cuando la contribución al empleo y la participación en el PBI eran del 7,7 por ciento, se notó en 2009 una baja importante. Sin embargo, en el caso del empleo, hace falta una aclaración fundamental.
“Todos los años revisamos los coeficientes. En esta oportunidad redujimos el de comercio (le dábamos al turismo una participación del 12 por ciento y lo bajamos al 10 por ciento). Siempre tuvimos la sospecha de que estábamos sobreestimando la participación del turismo en comercio. Bajar el coeficiente es la razón principal por la cual se produce una baja en la participación del empleo. Cuando salga el informe completo, con los nuevos coeficientes aplicados a 2007, 2008 y 2009, se va a apreciar la caída real del empleo, que es muy pequeña. El turismo sufrió un shock muy importante en cuanto a la cantidad de viajeros domésticos e internacionales, pero mantuvo bastante los niveles de empleo”, explicó Adolfo Sturzenegger.
El monto de ingresos de divisas que se generó en el 2009 en el turismo receptivo (exportaciones turísticas) fue de 4.429 millones de dólares, representando el 40,4 por ciento de las exportaciones de servicios, y el 6,6 por ciento de las exportaciones de bienes y servicios del país.
Lo que viene
La econometría que aplica CAT en sus informes es contundente y simple. De no existir shocks circunstanciales, sólo tres variables macroeconómicas explican entre el 80 por ciento y el 90 por ciento de la evolución de las variables turísticas. El ingreso nacional y el Tipo de Cambio Real Multilateral (TCRM) explican tanto el turismo emisivo como el doméstico. Mientras que el ingreso mundial y el TCRM, explican el receptivo. Utilizando esa econometría, las perspectivas para cada turismo para los próximos doce meses son alentadoras.
Respecto del emisivo, se espera un crecimiento muy alto. Las dos variables macroeconómicas que lo determinan evolucionan en su favor: El TCRM tiende a apreciarse y el ingreso nacional crece a una tasa muy alta.
Sin embargo, en lo que al receptivo respecta, se habla de un crecimiento moderado. El ingreso mundial tiende a crecer a tasa medianamente alta. En el caso de Brasil y del Este Asiático, a tasas altas. Pero la apreciación cambiaria juega en contra.
Finalmente, el doméstico tiene perspectivas de alto crecimiento. Al igual que en el caso anterior, mientras la evolución de una variable macroeconómica (ingreso nacional) juega a favor, la otra (apreciación cambiaria) lo hace en contra. Pero la perspectiva es mejor que para el receptivo, porque la tasa de crecimiento de nuestro ingreso nacional es decididamente mayor a la del ingreso mundial, y el impacto negativo de la apreciación cambiaria es proporcionalmente menor en este turismo que en el receptivo.
“Cuando hablamos de alto crecimiento del emisivo, pensamos en una tasa de alrededor del 8 por ciento. En el caso del doméstico, del 5 por ciento. Y en el receptivo la tasa sería del 2 por ciento”, dijo Sturzenegger a Mensajero.
Un año para ilusionarse
Respecto de la evolución del turismo emisivo, el número de salidas que se registró en el primer trimestre de 2010 con relación al mismo período del año anterior, varió en -0,6 por ciento, pasando de 1.765.083 a 1.754.252, mientras que los egresos aumentaron un 8,2 por ciento, es decir de 1.436 millones a 1.554 millones de dólares.
La variación de -0,6 por ciento registrada es engañosa en cuanto está sugiriendo una pobre performance de este turismo, lo cual no es así. La cuestión es que en el período anterior, primer trimestre 2009, existió un shock cambiario (devaluaciones en Brasil y Chile). El mismo elevó fuertemente las salidas, en especial a Chile, y por ello, la cifra de -0,6 sólo está “corrigiendo” el circunstancial resultado muy alto del año anterior. Nuestro turismo emisivo está desenvolviéndose muy bien
En cuanto al turismo receptivo, los resultados del primer trimestre son fuertemente favorables. La cantidad de llegadas aumentó un 14,7 por ciento, pasando de 1.263.831 en el primer trimestre del 2009 a 1.449.516 en el primer trimestre del 2010 y los ingresos lo hicieron en un 22,1 por ciento, lo que representa un aumento, en valores absolutos, de 253 millones de dólares.
Sin embargo, el análisis de los mismos indica también que, por sí mismos, tales resultados son engañosos y difícilmente sostenibles. La cuestión en este caso es que los tres shocks circunstanciales actuaron en el sentido de deprimir las llegadas al comienzo del 2009. Lo hizo el shock cambiario, el shock asociado a las tendencias recesivas del ingreso mundial, y los temores en cuanto a la pandemia. Al desaparecer los tres shocks, los resultados no pueden hoy ser más que positivos.
Turismo interno
Si hablamos del turismo doméstico, los resultados para el cuatrimestre son interanualmente positivos: según la Encuesta de Ocupación Hotelera, el número de viajeros aumentó un 3,0 por ciento, pasando de 5.185.518 en el primer cuatrimestre del 2009 a 5.342.989 en el primer cuatrimestre del 2010, y el número de pernoctaciones de residentes un 7,8 por ciento.
Estas variaciones aparecen como más sostenibles que las de los dos turismos anteriores. Si bien en el primer cuatrimestre del 2009 hubo caídas importantes (-8,2 en viajeros y -11,2 en pernoctaciones), gran parte de estas caídas se originaron en el debilitamiento del ingreso nacional. En este cuatrimestre al recuperarse la economía, es natural la recuperación de este turismo.
Cuando las comparaciones se liberan de los shocks del año anterior es el turismo emisivo (con un incremento del 14,9 por ciento en comparación al cuatrimestre del año 2008), y no el receptivo (presentando una caída del 5,7 por ciento), el que denota crecimientos más importantes. La simple comparación interanual 2009/2010 insinuaba incorrectamente evoluciones contrarias.
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