Un relevamiento realizado en las tres primeras semanas de enero refleja que los fines de semana largos son la razón del cambio de paradigma en la manera de medir la temporada estival.
"Los fines de semana largos cambiaron las costumbres turísticas y lo que se debe hacer es el promedio del año. Indudablemente se ha mejorado mucho y se han batido récords", dijo a Télam Marcelo Ruiz, un veterano operador hotelero de la zona pinamarense.
Los feriados puente que suman días al fin de semana han roto la crónica estacionalidad en la costa, un reclamo de los intendentes de cualquier raíz política. Antes, fuera del verano poco y nada era el público que se recibía, con el consecuente perjuicio para el comercio y el trabajo.
Según cifras de los municipios y de las cámaras empresarias el crecimiento global del turismo en los últimos doce meses fue en promedio del orden de un 20%, cifra que concuerda por la difundida por el secretario de Turismo bonaerense, Ignacio Crotto.
Ese crecimiento se consolida por un cambio en las costumbres de los turistas, que ya no toman largas vacaciones estivales sino que las fraccionan a lo largo del año, aprovechando los feriados dispuestos por el gobierno nacional.
Roberto, un importante cabañero de Mar de las Pampas, dijo que "hay algunos que se detienen en el árbol y no ven el bosque", y admitió que "puede haber mermado un poco la afluencia de visitantes en enero, pero se compensa ampliamente con el incremento en los meses de temporada baja".
También influyó el intento de aprovechamiento coyuntural de algunos operadores, que confiados en las buenas épocas remarcaron los precios de manera desproporcionada.
"La gente no es tonta, la gente elige", indicó un comerciante de San Bernardo, que como todo el Partido de la Costa fue el que mantuvo los promedios más parejos.
En Pinamar, por ejemplo, algunas inmobiliarias debieron rebajar los alquileres hasta un 50% pues ya habían salido de mercado con aumentos injustificables. Y lo mismo ocurrió con algunos locales gastronómicos, que debieron agregar el "menú turista".
En balnearios que llevaron el valor de las carpas hasta $6.400 por mes y el de las sombrillas a $300 pesos por día, se produjo un desplazamiento masivo de turistas hacia los que mantuvieron sus tarifas en valores lógicos.
El caso de los espectáculos es más evidente aún, ya que funcionan a pleno aquellos que mantienen entradas a precios accesibles y  fracasan los que cobran el ticket entre 250 y 300 pesos.
"Los costeños debemos aprender que es mejor ganar parejo todo el año que salvarse en 30 días", dijo a Télam Oscar Esmoris, que tiene la concesión de un bar de playa en la atractiva Valeria del Mar.
El balance turístico debe hacerse por lo tanto en forma anual y no mensual, y es allí donde puede ver con claridad el éxito de las políticas encaradas.
Los operadores de cada distrito son los que deben adaptarse al nuevo paradigma de un turismo parejo de doce meses, lo que implica además un cambio de hábitos y una nueva manera de promocionar y ofrecer servicios. Los que lo entendieron primero ya están festejando el éxito de la temporada.

Fuente: Télam