A pocos días que la Presidenta de la Nación Cristina Fernández arrase con el 54% de los votos en las elecciones presidenciales, la interna entre la Aerolínea estatal y sus pilotos agremiados no se detiene y los cruces verbales se tornan cada vez más violentos.
A través de una seguidilla de cartas los dos gremios aeronáuticos más fuertes APLA y APTA, históricamente enfrentados y en permanente competencia, coincidieron con algunas horas de diferencia en protagonizar una feroz ofensiva gremial contra el titular de Aerolíneas Argentinas Mariano Recalde criticando la administración de la línea de bandera que según ellos le cuesta a los argentinos millones de dólares y denunciando “kioskos” y negociados de la cúpula dirigencial.
La más significativa está firmada por el titular de APLA Jorge Pérez Tamayo y dirigida al presidente de Aerolíneas. Allí el gremialista acusa al funcionario de no haber hecho nada por recuperar destinos internacionales perdidos “tras décadas de desidia”, desprogramar aviones, como la flota Boeing 747/400, y realizar una “irresponsable comercialización de vuelos que “anticipadamente sabemos que no se podrán cumplir”.
En este bombardeo epistolar, el gremio de la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico (APTA) denunció con su Secretario General a la cabeza, Ricardo Cirielli, que más del 90% de las inversiones que AR se había comprometido a realizar, hace 18 meses, para mejorar las condiciones de mantenimiento de sus aviones, siguen sin concretarse.
Este ataque cuasi coordonado estaría motivado porque los gremios dicen estar preocupado por el futuro de la compañía.
Hoy, y ante los rumores de un posible reemplazo en la cúpula de ARSA (suenan Carlos Tomada, Alejandro Granados, y Julio Alak) la primera mandataria citó a Recalde, y el secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi, para que le expliquen de que se trata todo este sainete.

Respuesta inmediata
Ante la sucesión de cartas injuriosas, el titular de Aerolíneas Argentinas Mariano Recalde señaló que “esta oposición irrespetuosa, desmesurada y extorsiva que manifestaron en dos cartas los directivos de APLA no responde a la realidad de la compañía”.
En tanto que, en un tono más combativo voceros de empresa respondieron las agresiones de los sindicalistas manifestando que “son verdaderos parásitos prebendarios que amasaron fortunas personales incalculables”.
A su vez,  Recalde  afirmó que “esta actitud de de sentirse dueños de los aviones es una gran dificultad con la que nos encontramos cada día. Incluso ellos deciden quien sube a los aviones y quien no”. Y añadió que “hay dirigencias que al defender sus intereses ponen en riesgo el interés de todos. Han conseguido muchos de los caprichos que han planteado pero no vamos a aceptar más imposiciones”.
En tanto, un portavoz también afirmó que estos sindicalitas son “millonarios que se dedican a agraviar a la compañía, saboteando su funcionamiento” y los acusó de seguir “enriqueciéndose con privilegios y negocios paralelos a costa de la empresa”.
Mientras que, el titular de AR manifestó que APLA estña integrada por “pilotos cuya tarea es hacer un viaje de ida a Madrid, descansar 4 días en un hotel cinco estrellas pagado por todos los argentinos y volver a Buenos Aires como toda tarea del mes”.
En tanto que, el secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi, explicó que “el directorio no puede tomar ninguna decisión, porque APLA la cuestiona y pone trabas”. Además, agregó: “Queremos contarle a la gente que la empresa está bien, nos la entregaron con 28 aviones funcionando, hoy tiene 50 y se han recuperados destinos”. Asimismo, el funcionario finalizó: “Da dolor que un conjunto corporativo, una suerte de pseudo oligarquía dentro de un gremio, perjudique a todos, y encima son los que ganan entre 8 y 10 mil dólares al mes”
Finalmente, Recalde dijo que “estas actitudes cansan porque viven extorsionando al directorio de Aerolíneas y no sabemos con qué interés salvo que sea el de defender privilegios de APLA”.

Acusar por acusar

Utilizando artellería pesada, Pérez Tamayo comparó a Recalde y su equipo con los españoles de Marsan. Además, lo incriminó de “sobrevender pasajes por algún negocio particular comercializado en base a una programación de vuelos inviable con el objetivo de hacer caja” y le recriminó que sus decisiones “ponen en riesgo la viabilidad de AR”.
Sin embargo, en los pasillos de Aerolíneas se sostienen que el titular de APLA olvidó que cuando los españoles decidían, había más pilotos en condiciones de volar que aviones; en tanto que ahora existen más máquinas para volar que tripulación disponible.
Defendiendo su orgullo, el titular de AR recordó que la actual conducción firmó con los sindicatos “la paz social y las mejoras salariales”, y exaltó hacer memoria de “lo que era Aerolíneas en manos de Marsans y lo que es ahora, las diferencias están a la vista en cuanto a servicio y atención”.
Respecto al dicho del sindicalista sobre la importancia para la compañía contar con una flota adecuada para cubrir Buenos Aires – Madrid, Recale retrucó que “la ruta se mantiene con los nuevos aviones y la empresa no va a dejar de vender un sólo boleto porque sigue con su plan de expansión con aviones más eficientes, que consumen menos combustible, que demandan menos estructura y menos diversidad de pilotos, de tripulantes, de repuestos y de back up”. A su vez, cabe destacar que la pretensión de APLA de no reemplazar las tres naves 747-400 implica manener uno de back up,  lo que es igual al 33% de su flota en tierra. En cambio, al adquirir los A-340, dicho back up se reducel al 8%, algo lógico por la cantidad de aviones que dispone ARSA.

No resiste archivo

Pese a las contradicciones en las cartas, una de las gotas que rebalsó el vaso e hizo enfurecer a la cúpula dirigencial de Aerolíneas Argentinas fue el escrito del vicepresidente de APLA, Pablo Biro, “a los Compañeros de AR”.
“No importa que volemos días libres, en vacaciones, o nos rompamos el lomo para tapar su inoperancia”, acusó el vicepresidente de APLA, sin conocer las estadísticas que dicen que los pilotos de Aerolíneas trabajan menos de 50 horas mensuales; mientras en los países europeos se vuela 190 horas, en Australia 100, en Portugal 95 y en México 90.
Asimismo, un dirigente de AR remarcó que cuando el vicepresidente de APLA mencionó el compromiso del gremio, omitió contar el tiempo de descanso, que paran en hoteles cinco estrellas, que un  remise los pasa a buscar para ir y volver a trabajar, algo que ningún otro trabajador fuera de AR obtiene como beneficio laboral, y ni hablar de que el sueldo de los pilotos suele ser mayor al que perciben varios gerentes de la empresa.
En un tono racional, Biro explica que “el diálogo es una buena herramienta de transmitir ideas”; sin embargo, lejos quedó esta premisa cuando hace poco más de dos meses las negociaciones por las paritarias no se definían y casi mil pasajeros quedaron varados como consecuencia del “quite de colaboración de APLA”. Esta decisión gremial le costó a la compañía, y por ende al Estado, una pérdida de más de U$S 2,8 millones.
En relación a reemplazar los modelos Boeing por naves más económicas y operativas, Biro inculpó que “pretenden desprogramar los 747 al tiempo que están tratando de recuperar aviones viejos tirados en el desierto con problemas de papeles, mantenimiento, peso, y autonomía”. Curiosa interpretación del vicepresidente de APLA que debería saber que las leyes estadounidenses son de las más exigentes en el mundo como para permitir que un avión entre en operaciones. Por su parte, un comandante de la la empresa reconoció que la unificación de la flota supone abaratar costos tanto operativos como técnico ya que simplifca la capacitación de personal de abordo, pilotos y de mantenimiento.  Pero la real problemática reside en que hay 70 pilotos de APLA que conducen exclusivamente los 747-400 y se resisten a capacitarse para manejar las nuevas aeronaves.
En tanto, Recalde explicó: “La obstinación a que devolvamos al dueño los aviones Boeing sólo se explica para defender los privilegios de un sector minoritario de los pilotos que vuelan esa flota de aviones en una sola ruta”. Agregando que “mienten cuando dicen que se reduce la cantidad de aviones porque con estos reemplazos pasamos de 9 a 13 aeronaves en el 2012 y también engañan al decir que reducimos la capacidad de vuelo de Aerolíneas”. Y añadió  que “no sólo se aumentaron las frecuencias a los destinos internacionales sino que este año se sumó la ruta a México”.
Evidentemente las relaciones no son fáciles en Aerolíneas, y nadie puede dejar de reconocer el cambio realizado en la compañía a partir de la salida del Grupo Marsans. Lo curioso es que los pilotos y los técnicos sean la opocisición, cuando han sido los más beneficiados en la empresa.

Apoyo federal empresarial
Frente a los últimos acontecimientos relacionados con el conflicto gremial de pilotos de Aerolíneas Argentinas, el Presidente del Consejo Federal de Turismo, Bernardo Racedo Aragón, manifestó: “se realizó la mayor inversión en materia de aeronaves en la historia aeronáutica del país, se incorporó personal para fortalecer a la línea de bandera, se están ampliando las rutas aerocomerciales, y se está proyectando una mejor conectividad en cabotaje”. En tanto que, el presidente de la CAT, Oscar Ghezzi, reveló la preocupación de todo el sector ante la oposición de APLA a la renovación de los aviones que realizan las rutas internacionales de Aerolíneas Argentinas y enfatizó que acompañan la gestión de Recalde y su equipo, con quienes trabajaban a diario para lograr un mayor y mejor desarrollo del sector. A su vez, el dirigente señaló: “La postura del gremio atenta contra el crecimiento de la industria, que encuentra en Aerolíneas un aliado natural para el desarrollo del país”.
Por su parte, el titular de AAAVyT, Ricardo Roza, subrayó: “Se esta siguiendo el camino correcto. Hay en la actual conducción una visión para transformar a ARSA en una de las aerolíneas más modernas de América”. Asimismo, resaltó que a pesar de las dificultades mundiales del mercado aéreo y el perjuicio de las cenizas, “Aerolínas privilegió las necesidades de los turistas por sobre la rentabilidad de la empresa”.

Moyano también
El viernes pasao el gremio de Camioneros dirigido por Pablo Moyano protagonizó un bloqueo en las dos plantas que la empresa de catering aéreo Gate Gourmet tiene en Ezeiza y en Aeroparque. No obstante, la empresa contaba con suficiente stock y pudo abastecer a las aerolíneas.

Quantas cosas por aprender
“Cerramos hasta que los sindicatos retiren sus reclamaciones más extremas y lleguen a un acuerdo”, señaló el director gerente de la compañía, Alan Joyce. Y culpó de la situación a las “demandas imposibles” de los sindicatos.
El 28 y 29 de octubre, la aerolínea australiana canceló sus vuelos en todo el mundo por la huelga que están llevando a cabo el personal de tierra, pilotos, mecánicos y empleados de abastecimiento. Sin embargo, el estado australiano debió intervenir y poner fin al paro. La mediación le ha dado a la empresa una ventaja: las partes deben llegar a un acuerdo o hacer frente a un proceso de arbitraje con un tribunal de relaciones laborales.
Para el gremio, la medida tomada por Qantas fue “desproporcionada”, ya que los pilotos se limitaron a lucir corbatas rojas y a realizar anuncios en los vuelos en contra de la dirección de la aerolínea.
En tanto que, si bien la aerolínea tiene 15 sindicatos, y ha llegado a un acuerdo con 12 de ellos, hay resistencia a los esfuerzos de Qantas por reducir costos y la decisión de situar más personal en otros lugares.