Mensajero sondeó la actualidad y las perspectivas hoteleras de los principales centros turísticos del país. El resultado es que hay leves signos de reactivación a partir de octubre. No obstante, las tarifas están por debajo que el mismo mes del 2008. El turismo interno se posiciona como punta de lanza en la recuperación.

Mucho de lo que se dijo en la apertura de Hotelga 2009 quedó resonando en los oídos de los empresarios, dirigentes y funcionarios del turismo. Pero hubo un aspecto en el que poco se ancló y que, sin embargo, se erige, a esta altura, como una esperanza añorada por todos los actores. Tanto el secretario de Turismo de la Nación Enrique Meyer, como el ministro de Cultura y presidente del Ente Turismo Buenos Aires, Hernán Lombardi, coincidieron en que la actividad empieza a mostrar signos de revitalización, índices que suponen que la crisis ya ha mostrado su peor faceta y que los tiempos que vendrán pueden ser mejores. Los funcionarios coincidieron en que el mes de agosto fue el que abrió una hipotética nueva ruta hacia una recuperación que tendría en octubre una expresión más que prometedora.
Parado sobre esta teoría y sabiendo que las reservas hoteleras son un buen indicio para conocer la tendencia del mercado en el corto y mediano plazo, Mensajero realizó un relevamiento en las asociaciones que nuclean a los establecimientos de hospedaje de Capital Federal y el interior del país. El resultado: hay indicios dados por reservas y perspectivas que indican que en octubre se daría un leve repunte en la actividad hotelera. Las características: el turismo interno, otra vez, sostiene la actividad amortiguando la abrupta caída del receptivo internacional. Los mercados mejores posicionados: Buenos Aires, Puerto Madryn e Iguazú. Los más complicados: Salta y Bariloche.

En recuperación
“Desde comienzos de septiembre se empezó a notar una mejoría, obviamente bastante por debajo de lo que marcan los números de 2008 pero hay un repunte y hasta se ve un incremento con respecto al año pasado en el mercado doméstico”, dijo Pablo Curtosi, presidente de la AHT de Puerto Iguazú.
Consultado por la potencialidad de Brasil para incentivar un recupero en la actividad, Curtosi respondió: “Con Brasil tenemos una gran desventaja que es el IVA. Tenemos un atractivo compartido pero los precios en la hotelería argentina llegan a duplicar a la brasileña por acción del impuesto”.
Carlos Montaldo, presidente de la AHT de Puerto Madryn, coincidió con el cuadro de situación dado por su colega misionero: “Hay evidentes signos de recuperación en el turismo nacional y regional que van subsanando, a partir de agosto, una caída importante en el turismo receptivo, que ya viene con una reducción del orden del 30 por ciento. No se si el turismo interno va a llegar a compensar la pérdida del internacional pero sí hace que el impacto se suavice. La otra cara de la moneda es que estamos trabajando con tarifas significativamente más bajas que las de 2008 para incentivar la demanda. En Puerto Madryn tenemos un alto nivel de reservas tanto para octubre como para noviembre. Vamos a estar en un 70 por ciento de ocupación en esos meses, que son nuestra temporada alta”.
En Buenos Aires, Ricardo Boente de 525 Hotel, presentó un panorama similar y alentador: “En nuestros hoteles, la reserva de octubre indica un 100 por ciento de aumento respecto de la de la de septiembre”, dijo. Hay que tener en cuenta que un porcentaje de esta magnitud varía en su relevancia de acuerdo al número de reservas que se tomen de referencia, “pero la realidad es que hay mayor demanda y la tendencia es positiva; esto indica que la curva de tendencia modificó su trayectoria”, afirmó. También destacó que las tarifas son significativamente más bajas que las del mismo mes de 2008.
El presidente de la AHT, Guillermo Lavallén fue un poco más allá y consideró que “hay un leve repunte en las reservas tanto para octubre como para noviembre y diciembre”.

Estancados
Omar Guerra, presidente de la AHG de Bariloche fue más austero en su observación: “En este momento las reservas que estamos teniendo son las tradicionales de los grupos económicos que se suelen mover en esta época de temporada baja. Pero aunque se recuperara sustancialmente la actividad hotelera, la pérdida que se ha generado en julio y agosto es imposible de revertir”. “Comenzamos a reactivar la demanda con una batería de ofertas que también hacen que las tarifas se ubiquen a precios inferiores que los del año pasado. Esto ha dado como resultado un resurgimiento en las consultas, pero las reservas no están confirmadas. Amén de esto, no somos pesimistas, estamos haciendo un gran esfuerzo para reposicionar el destino pero la situación no es como la de otros años donde teníamos una baja benévola y complaciente que nos permitía seguir adelante”, agregó.
Por su parte, Mario Peña, ex presidente de la Cámara de Turismo de Salta y empresario hotelero, advirtió: “No hay síntomas de ninguna reactivación a partir de octubre. Puede ser que se de en Capital Federal, pero sin lugar a dudas para que este recupero llegue al interior se va a tomar un poco más de tiempo”.

Hostels: más complicados

Diego Schammas, de Hostel El Firulete, no fue muy optimista respecto de una recuperación en el corto plazo. A la vez indicó que muchos establecimientos cerraron en los últimos meses. “El año venía flojo en relación a 2008. Nuestros meses más difíciles son abril y mayo. Generalmente julio es el mejor mes del año y, en una buena temporada, llegamos a recuperar la pérdida de los meses anteriores, pero este julio fue devastador. La dependencia que tenemos de los brasileños se notó muchísimo cuando dejaron de venir. Como estrategia para conseguir clientes bajamos los precios y ninguno logró recuperar las tarifas del año pasado. Agosto y septiembre se dio un leve repunte pero siempre por debajo de 2008. El año pasado, a esta fecha, uno empezaba a recibir reservas y consultas para fin de año y este año no se da eso. Yo no soy muy optimista de acá a diciembre, creo que este año ya es sólo para sobrevivir”.
Para dar un panorama de lo crítico del segmento, Schammas advirtió que “entre junio y agosto, cerró un hostel cada 15 días, sólo en la ciudad de Buenos Aires”.
A la vez, indicó que este proceso afectó principalmente a los establecimientos más improvisados: “La oferta estaba saturada. De una manera poco profesional mucha gente se lanzó a armar un hostel en su casa. Ahora se está llegando a un grado más profesional, hay emprendimientos más importantes y estos son los que tienen más espaldas para resistir este momento”, afirmó.