El gerente general de Aerolíneas Argentinas, Mariano Recalde, volvió ayer a cuestionar duramente a los sindicalistas de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas(APLA), que conduce Jorge Pérez Tamayo, agrupación con la que mantiene un enfrentamiento tras la decisión de desprogramar los últimos Boeing 747-400 de la compañía. "No cederemos a los caprichos de unos pocos que perjudican al total de los trabajadores del grupo Aerolíneas Argentinas", dijo en una carta dirigida al personal de la empresa el abogado integrante de La Cámpora, que ayer estuvo en la Casa Rosada y se reunió con el secretario de Medios, Juan Manuel Abal Medina.
Recalde recordó que los pilotos habían recibido, en los últimos años, "beneficios como nunca antes", y enumeró: "En materia de recomposición de salarios (triplicando los sueldos que pagaba Marsans y que dejó de pagar en los últimos meses), en la incorporación más grande de pilotos que se haya hecho nunca para volar los aviones nuevos, y también en otra posibilidad histórica: la de generar movimientos en los escalafones, ascensos, con la consiguiente realización de cientos de costosos cursos de instrucción que todavía realizan en el exterior, con todas las costosas comodidades que se siguen respetando (doble viático, hotel 5 estrellas con Wi-Fi en la habitación, entre otras condiciones impuestas), traslado en clase ejecutiva, alquiler de auto, etc."
El directivo empieza el texto, que encabeza con un "A mis compañeras y compañeros de trabajo", diciendo que se siente sorprendido por la virulencia de acusaciones que, recuerda expresamente, "han circulado por distintos medios, y publicadas incluso en el diario Clarín".
Se refiere, por ejemplo, a una de las críticas más furibundas de los últimos días, que corrió por cuenta de Pablo Biró, vicepresidente de APLA. Biró había dicho en otra carta a sus pares sindicales: "Podría seguir preguntándome a mí mismo si éste es el proyecto del Gobierno o es el quiosquito de los nenes", en alusión a la conducción de Aerolíneas. Ayer, Recalde replicó en su mensaje al personal de la empresa que sentía "sorpresa, porque los pilotos, como el resto del personal, han podido comprobar en estos años de gestión estatal que éste es el proyecto del Gobierno y no un quiosquito [...]. En casi tres años de gestión demostramos que vinimos a romper quiosquitos y a desarmar grandes negocios".
Párrafos más abajo, vuelve a cargar, como lo había hecho ya esta semana, contra la programación de trabajo de algunos comandantes que utilizan los Jumbo de la controversia. "Hay que recordar que estos pilotos sólo vuelan la ruta a Madrid, y su trabajo se limita a hacer sólo un viaje por mes de ida, descanso de 4 días en hotel 5 estrellas y luego la vuelta; además son los empleados mejor pagos de toda la compañía".
Casi en la despedida, insiste en estar sintiendo cierta desazón y molestia por el escenario. "Mi desilusión y enojo también tienen como fundamento que hemos firmado con los sindicatos la paz social y mejoras salariales y estas cartas [de APLA] van en el sentido contrario a todo lo que se ha hecho en la empresa durante la gestión estatal, privilegiando el diálogo permanente con todos los gremios", sostuvo.