Pueblos locales, ante la mirada del mundo
Representantes de los tres destinos argentinos postulados al Best Tourism Village de la OMT hablaron con Mensajero sobre la manera en la que el turismo influye en el día a día de la población local.
Best Tourism Villages es una iniciativa global impulsada por la Organización Mundial de Turismo (OMT) para destacar los pueblos en los que el turismo muestra un arraigo con la cultura y las tradiciones. En ese sentido, Argentina, a través del Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación, postuló a tres pueblos locales para que se ubiquen ente los mejores del mundo: Caviahue-Copahue (Neuquén), San Francisco de Alfarcito (Jujuy) y Trevelin (Chubut).
Referentes de cada uno de los tres pueblos dialogaron con Mensajero para dar a conocer la manera de trabajar en los destinos y cómo la actividad turística cambió el estilo de vida en los últimos años.
Con alma de pueblo
Uno de los principales aspectos para catalogar a una localidad como pueblo es -por definición- la cantidad de habitantes, una arista que termina por determinar la esencia de un destino.
En ese sentido, Caviahue es una villa con residentes permanentes y que, en términos turísticos, se puede visitar durante todo el año; mientras que Copahue tiene su mayor afluente en verano. Es por eso que, una vez finalizada la temporada termal, el 1.° de mayo, los locales regresan a sus localidades. “En esas épocas queda un chico que se encuentra en una hostería, que sería el único habitante permanente”, explicó Sofía D’Amato, secretaria de Turismo en Municipalidad Caviahue-Copahue.
San Francisco de Alfarcito, por su parte, es una comunidad ubicada en plena Puna jujeña, en el departamento de Cochinoca, cuya particularidad radica en la forma de trabajo mutuo y solidario. “Adoptamos el desarrollo del turismo rural de base comunitario. Por ejemplo, tenemos una posada que se construyó y ahora se organiza de esa manera. Ese es el sentido de pertenencia de la gente. Otro factor es nuestra cultura ancestral, que queremos seguir manteniendo y transmitiendo a nuestras nuevas generaciones, porque ahí se ve el respeto por el medio ambiente y el cuidado de los recursos”, explicó Guillermo Quipildor, integrante de la Comisión de la Comunidad Aborigen del destino.
Los ojos del mundo
Al momento de analizar los motivos por los cuales estos destinos están nominados al Best Tourism Village, D’Amato destacó el desarrollo del turismo con la cultura: “En Neuquén una de las cuestiones que se destacan es la cultura mapuche y en Caviahue esos rasgos están muy comprometidos: uno va a un restaurante y encuentra decoraciones de tejido de telar mapuche, o ve que se usan los piñones, que son el fruto de la araucaria que ha sido muy importante para la comunidad. Al realizar una excursión, la cultura se transmite, se valora y se resalta de manera constante”.
Por su parte, Peralta destacó que Trevelin es uno de los destinos patagónicos que más han crecido en los últimos años, apoyado en el trabajo de promoción realizado. “En 2019, cuando iniciamos la gestión, teníamos un promedio de estadía de 3 noches y ahora contamos con un promedio de 5. Esto se da por haber diversificado la oferta a partir de tres elementos principales, que son el contacto con la naturaleza, la cultura y la producción”.
La importancia del turismo
En San Francisco de Alfarcito, por su parte, además de quienes trabajan de manera directa en turismo, en las hosterías y comedores familiares, toda la comunidad se ve beneficiada indirectamente por la actividad, debido a que se trata de una población con una gran presencia de artesanos. “Hay salones de exposición y venta en los que está involucrada la mayoría de las familias con la venta de artesanías”, explicó Quipildor.
Finalmente, en el caso de Trevelin se estima que entre un 20 % y un 25 % de la población activa económicamente ocupa actualmente puestos de trabajo relacionados con el turismo, actividad que se está consolidando como la segunda más importante, después de la ganadería. “Viene creciendo muy bien, teniendo en cuenta que no se trata sólo de prestadores de alojamiento, gastronomía y actividades, sino también de artesanos, productores, guías y todo lo que hace a la cadena de valor del servicio al turista”, concluyó Peralta.