Maestros chocolateros de las principales fábricas de Bariloche y alumnos de la Escuela de Hotelería y Gastronomía colaboraron para elaborar y entregar la golosina a miles de personas.

Si de celebrar al chocolate se trata, nada mejor que congregarse en torno de una gran tableta de una cuadra y media en plena calle Mitre, observar el trabajo de los reposteros y esperar luego el reparto de las 10.000 porciones.

El ritual se repitió ayer una vez más en pleno centro de la ciudad y reunió a miles de turistas y residentes, quienes sacaron fotos, grabaron videos y degustaron el dulce producto que ya es emblema de Bariloche.

La construcción de la barra de 150,5 metros (la más larga de la que se tenga registro) fue la actividad principal en la tercera jornada de la Fiesta Nacional del Chocolate, que quedará clausurada hoy con espectáculos en el Centro Cívico.

Los expertos chocolateros aportados por las principales factorías de la ciudad trabajaron con ayuda de alumnos de la Escuela de Hotelería y Gastronomía en la elaboración de la barra, que comenzó con la puesta a punto del chocolate en una gran tolva y su volcado posterior a una temperatura de 30 grados en los moldes dispuestos sobre una extensa mesa en el centro de la calle.

En total se necesitaron 800 kilos de chocolate blanco y negro, más una buena cantidad de frutas secas. Lo que quedó en claro ya cerca del mediodía es que el sol no se lleva nada bien con el chocolate. La mañana estuvo fresca, pero cuando las nubes se corrieron la temperatura aumentó y complicó los planes porque impedía el fraguado del chocolate. Los cocineros continuaron con su trabajo en las partes de sombra, al resguardo de los edificios más altos que bordean la Mitre. Caminar por las veredas permitió observar a cientos de chicos (y grandes) que se chupaban los dedos para no desaprovechar nada.

La Fiesta no tuvo esta vez huevo de Pascuas gigante, pero sí otros atractivos desde las 15 con juegos para chicos en el Centro Cívico, distribución de chocolate caliente, y a partir de las 18 la presentación de músicos locales como anticipo al recital de Márama.