Todo se juntó. La temporada de verano viene arrastrando preocupaciones en el sector como el pronóstico de un enero y febrero inestable en aspectos climatológicos, y ahora, la pérdida de la última semana de febrero.

La educación primero
El Ministro de Educación, Alberto Sileoni habría propuesto en la Asamblea del Consejo Federal de Educación que el próximo año las clases comiencen el 29 de febrero, finalizando el 16 de diciembre para cumplir el calendario anual de 190 días de clases. 
Y aunque la fecha todavía no fue aprobada, el sector turístico cruza los dedos para que no lo hagan, ya que eso provocaría una caída de turistas en la última semana de febrero o, en el peor de los casos, en la quincena completa. Se sabe que las familias con hijos en edad escolar suelen comenzar los preparativos para el inicio de clases al menos 10 días antes de la fecha; y ni hablar de los docentes. 

Que no cunda el pánico
Graciela Racedo, secretaria de Turismo de Federación (Entre Ríos), dijo que “lo ideal es que las clases inicien al menos en la primera semana de marzo, como suele ser”, pero aclaró que en caso de triunfar la propuesta de Sileoni, ésta sólo afectaría la última semana de vacaciones que es la más tranquila en términos turísticos. 
En tanto Ignacio Crotto, secretario de Turismo de la provincia de Buenos Aires, echó paños fríos a la cuestión: “Primero que aún no está aprobado, y segundo que cada Gobernador tiene la potestad de elegir cuándo empiezan las clases. En nuestro caso, nos vamos a reunir con Daniel Scioli para ver qué propuestas tiene al respecto”.
Asimismo, resaltó que no hay que llegar al punto de “elegir entre educación y turismo”, sino que hay que “mezclarlas” para que “no haya una guerra entre dos factores tan importantes, ni que uno afecte al otro”. 
“Educación es prioridad para cualquier funcionario, igual entiendo que es necesario pactar la cantidad de días de escolaridad que establece la ley, pero esto debe hacerse sin necesidad de perjudicar al turismo”, concluyó el funcionario.

¿Qué pasará con el carnaval?
Si bien la última semana de febrero es la menos activa en turismo, hay un tema importante: el Carnaval del País 2016.
El secretario de Turismo de Gualeguaychú, Fabián Godoy, en relación a la propuesta de Sileoni opinó que “habría que evaluarlo bien porque limitaría a ciudades como la nuestra que, de continuar así, perderíamos el último fin de semana. Sabemos que la segunda quincena de febrero es la más tranquila, pero el viernes 27 tenemos la última noche del carnaval. Lo ideal sería que se analice bien el inicio de clases”, sumó Godoy. 
En tanto su par de Concepción del Uruguay, Fernán Galotto, si bien comprende el punto planteado por Godoy en cuanto al Carnaval, sostuvo: “A partir de febrero muchos inician las actividades porque los estudiantes tienen recuperatorios y rinden materias. Incluso los docentes ya se reincorporan. Para mí que las clases empiecen el 29 no tendría tanta influencia, salvo por el último fin de semana (por el Carnaval)”.
Así, sumó el argumento de que el comienzo de clases genera un gasto significativo en la economía familiar, lo cual produce que se genere una merma en la cantidad de turistas durante esta época todos los años. Y, dejando en claro su postura, cerró: “Sin lugar a dudas esa fecha puede perjudicar, pero no en un alto porcentaje. Las principales fiestas que tenemos son en enero”. 

Jaque al sector hotelero-gastronómico
Diciembre, enero y febrero suelen ser los meses de mayores ganancias en hotelería y gastronomía, especialmente en el interior.
“Además de la problemática con el ciclo lectivo, no vemos un buen pronóstico con todo lo que se anunció sobre los efectos de El Niño. Por supuesto que a este tema lo vemos con preocupación, y esperamos que se puedan correr las clases porque el Carnaval ya está instalado. Ojalá se pueda modificar”, señaló Ester Godoy, presidente de la Asociación de Hoteleros y Gastronómicos de Gualeguaychú quien concluyó: “Estamos preocupados porque no creo que podamos hacer grandes cambios. Si se adelantan las clases tendríamos dos semanas donde la gente ya viaja menos, no se queda por tanto tiempo o viene un día o dos para el carnaval y luego se va”.