Hace unos días, por la madrugada, Dulcinea, una cebra de 10 años de edad comenzó con el trabajo de parto y dio a luz a un macho de alrededor de 20 kilos por parto natural sin que fuera necesaria la intervención de sus cuidadores.
Tras 11 meses de gestación, este nuevo ejemplar se encuentra en perfecto estado de salud y se encuentra junto a su mamá, quien la estimula a diario para que se alimente y crezca. Grandes y chicos pueden disfrutar de esta nueva cebrita mientras da sus primeros pasos.
“El nacimiento de un animal es para nosotros una emoción inexplicable, más aún cuando se trata de especies que se encuentran en peligro de extinción” explicó Gustavo Gachen, jefe de Sanidad del Bioparque.
Las cebras son originarias de África, donde viven en grupos. Sus colores se encuentran asociados a su vida social, ya que al estar en sabanas muy abiertas y desprovistas de vegetación densa donde guarecerse, suelen agruparse para confundir a sus predadores como si fueran una única masa rayada.
Las cebras se encuentran amenazadas, principalmente por la incidencia de la cacería y por la reducción de su ambiente motivado fundamentalmente por la reducción de su hábitat, fruto del crecim