El 2013 fue el peor año turístico para Egipto. El sector busca desesperadamente revertir la imagen negativa del país, que se traduce en cifras alarmantes en empleo e ingresos.

A tres años de la llamada “Primavera Árabe”, 9,5 millones de turistas extranjeros llegaron a Egipto en 2013,  casi cinco millones menos que en 2010. En tanto, los ingresos que dejaron los visitantes fueron de 6.000 millones de dólares, quedando lejos los 13.000 generados hace tres años.

Una tendencia negativa
En Septiembre de 2013, sólo 300.000 turistas visitaron Egipto, una pérdida del 90% comparado con el mismo mes de 2012. Con cuatro millones de egipcios directamente dependientes del turismo, y más de 16 millones indirectamente dependientes, el Estado egipcio busca la reversión de esta percepción internacional negativa sobre el país.
La pesadilla del sector turístico es ya una realidad. “En setiembre (2013) estábamos casi a cero turistas en algunas zonas de Egipto. En ciertos días se utilizó un 0% de la capacidad hotelera en Abu Simbel, o un 0% en Asuán”, confesó el ministro de Turismo egipcio, Hisham Zaazou.
A su vez, apenas cinco de los 250 barcos turísticos que operan por el río Nilo zarparon y cerca de 165 hoteles cerraron temporalmente sus puertas entre los meses de julio y agosto por la escasez de pasajeros.
En tanto, un estudio, denominado Travel and Tourism in Egypt to 2018, indica que el derrocamiento del Presidente Mohamed Morsi obstaculizó aún más el crecimiento económico y los flujos turísticos en el país. Por ello, el actual Gobierno se encuentra preocupado ya que el sector proporciona un 11.3% del PIB, así como un 12,5% del empleo.   
El ministro Zaazou afirmó que hay que relanzar la imagen de Egipto, algo que podría conseguirse “con una intensa campaña en las redes sociales, cofinanciando las campañas publicitarias de las operadoras turísticas”. La industria turística local, por su parte, va a invertir 8,3 millones de dólares en nuevos hoteles, centros náuticos y otros.