Una buena y una mala
La Comisión Europea ha publicado las perspectivas económicas de la UE de invierno, con buenas y malas noticias para España. El crecimiento será del 1% este año (duplica la cifra que Bruselas pronosticaba hasta ahora, y es mejor que la del FMI y la del Gobierno) y la velocidad de crucero se va hasta el 1,7% en 2015, según un borrador adelantado por la prensa española y cuyos datos han sido confirmado después por el Ejecutivo comunitario. España cerró el ejercicio pasado con una caída del 1,2%, según los números de la Comisión. El cuadro macroeconómico español, de definitiva, mejora. Y aun así está plagado de minas: depende de la recuperación de la zona euro, de que los emergentes no den más sustos, de que el BCE consiga frenar las tensiones en los precios (camino del territorio deflación) y, sobre todo, de que el Gobierno consiga poner en orden las finanzas públicas.
Tras cuatro años de recortes y reformas, el déficit público no acaba de bajar de los cielos. Según los datos de la Comisión, el déficit fue del 7,2% del PIB el año pasado, aunque al menos medio punto de esa cifra corresponde a las pérdidas por las ayudas a los bancos, que no computan para los objetivos de España en Bruselas (6,5%). En 2014, el desfase cumpliría las metas comprometidas con un 5,8% gracias a la mejora de la actividad, pero volvería a subir en 2015 si no se adoptan más recortes.
Para el próximo año, el Ejecutivo comunitario estima que el agujero en las cuentas públicas subirá hasta el 6,5% del PIB frente al 4,2% incluido en el último Programa de Estabilidad. Este repunte, explica la Comisión, se debe a que el escenario empleado prevé la extinción de la subida de impuestos aprobada en 2012. Por tanto, se complica el objetivo final para España, que era el de acabar 2016 por debajo del límite del 3%. Con todo ello, se reduce el margen del Gobierno y del presidente Rajoy para aprobar la mil y una veces anunciada rebaja de impuestos con vistas a las elecciones de 2015.
El vicepresidente europeo Joaquín Almunia ya explicó en una entrevista en el diario español El País que no es el momento de anunciar rebajas fiscales, aunque las fuentes consultadas en el Gobierno dan por hecho que el Ejecutivo tiene que dar buenas noticias por ese flanco ante la cercanía de las elecciones. Si se cumple esa previsión de Bruselas, además, España debería acometer nuevos ajustes, lo que se traduciría en un menor crecimiento, según apuntan fuentes comunitarias.
La Gran Recesión
La deuda pública sigue desbocada. España entró en la Gran Recesión con un endeudamiento público del 36% del PIB. Según los datos de la Comisión, cerró 2013 con una deuda del 94,3% del PIB, y este año rozará el 100%: se irá hasta el 98,9%, para rebasar ese listón, muy probablemente, en 2015.
En cuanto al mercado laboral, el paro se mantendrá en el 25,7% de media en 2014 y sólo bajará hasta el 24,6% en 2015 pese a la previsible mejora de la actividad. En cualquier caso, matiza que "el proceso de destrucción de empleo está tocando fondo y se prevé que el empleo empiece a registrar tasas positivas de crecimiento en 2014, contribuyendo a una moderada caída del desempleo".
Las últimas previsiones de Bruselas para España recogían un crecimiento del PIB del 0,5% en 2014 y del 1,7% en 2015, años en los que el paro se situaría 26,4% y 25,3% de la población activa, respectivamente. En cuando al déficit público, la Comisión apuntaba que este año cerraría en el 5,9% del PIB y en 2015 lo haría en el 6,6%.
Fuente: El País (España)