No pasaron aún dos meses desde que el sector turístico se escandalizara por la difusión de Airbnb de la cantidad de turistas que habían alojado en esta temporada: 17 millones. Esa cifra fue el motivo de reproches de empresarios que mantienen la documentación e impuestos al día de sus establecimientos, de los cuales algunos llegaron a plantear la idea, de algún día, correrse de la lupa legal. 
Y ahora redobla la apuesta. 

Planea expandirse
Hasta el momento, Airbnb dispone de alquiler de pisos y casas de particulares en distintos puntos del mundo. Y si bien todavía no comercializa paquetes oficialmente, asegura estar trabajando para sumarse a la premisa de ofrecer “nuevas experiencias”, para lo que firmó ya un  acuerdo con la Asociación de Viajes de San Francisco.
Se trataría de paquetes que además de alojamiento, brindarán actividades, transporte y comidas en viajes de 3 a 5 días, según explican los medios.

Preparando el anzuelo
Más allá de que la existencia de este tipo de plataformas que “roban” el caudal de viajeros a empresas legalmente establecidas, existe una realidad que amenaza directamente a la seguridad del pasajero.
“¿Cómo no va a preocupar a la hotelería la pérdida de todo ese caudal de huéspedes? Nosotros apuntamos a que la competencia hotelera sea transparente y en igualdad de condiciones. Si se hicieran cargo de pagar los impuestos y abriesen sus puertas a los controles y formaran parte de ese control, no sería entonces tan preocupante”, se cuestionó Aldo Elías, presidente de la Asociación de Hoteles de Turismo de la República Argentina (AHT).
Y a pesar de ya haber captado un enorme caudal, esta plataforma va por más. De hecho, se dedicó a mandar invitaciones a usuarios que previamente habían buscado alojamiento pero que no reservaron.

Renovando la carnada
Airbnb no sólo creó estrategias para captar más pasajeros, sino también para diversificarlo, buscando ampliar su alcance en viajeros tradicionales, así como en el sector de negocios. ¿Cómo? A través del ensamble de una alianza de comarketing con la Asociación de Viajes de San Francisco, y de la renovación de su programa ejecutivo para permitir a las empresas realizar un mejor seguimiento de los viajes de sus empleados
De esta manera, lo que busca es “experimentar” para producir “experiencias significativas” a quienes lo elijan. 

Desventaja para la hotelería
La hotelería volvió a ofuscarse con este anuncio de Airbnb y resurgió el debate sobre los alojamientos informales, que prestan sus servicios a los turistas pero como no están registrados, sus costos se ven despojados de obligaciones impositivas y pueden, entonces, ser económicamente mucho más competitivos que un hotel tradicional. 
Y sucede que este motor de búsqueda es el nicho de este tipo de mercado paralelo. 
“Me parece bárbaro que tengan incremento, pero también sería bueno que quienes dan ese alojamiento regularicen su situación y que ellos tributen lo que corresponde en Argentina”, dijo al respecto Roberto Brunello, presidente de FEHGRA.
“A través de tarifas más bajas, captan más huéspedes. Pero eso sí, se reduce la seguridad, calidad de servicios, y disminuyen la calidad al destino”, dijo por su cuenta Graciela Fresno, expresidente de la AHRCC, y agregó: “Tenemos una Ley que fue sancionada y reglamentada, habría que preguntarle a los funcionarios por qué no se cumple y se dejan libres a los evasores”. 

Si no puedes contra ellos… úneteles
A pesar de que el sector turístico presentó quejas a las autoridades pertinentes relacionadas a su indiferencia ante la proliferación de alojamientos informales, portales como Airbnb siguen operando sin cargo de conciencia. 
Sumado a la carga tributaria y excesivos controles, algunos empresarios adelantaron que si las autoridades siguen haciendo la vista gorda, abandonarían su lealtad a las normas.
Brunello, presidente de FEHGRA dijo: “El Estado es el que permite estas cosas, nosotros no somos quienes para ir a regular un alojamiento, la iniciativa está en otro lado. Pedimos eso, nada más, que se regulen. ¿porqué a nosotros sí, y a ellos no? Total desde la informalidad nadie los va a controlar”.