“Por primera vez en la historia del país, este año estamos en un camino seguro para romper la barrera de los seis millones extranjeros por año”, señaló recientemente el presidente del Instituto de Turismo Brasileño (Embratur), Flavio Dino.

Brasil, que este año fue anfitrión de la Copa Confederaciones y de la Jornada Mundial de la Juventud, recibirá en 2014 la Copa del Mundo de Fútbol y dos años después los Juegos Olímpicos. La entrada de turistas a Brasil creció 5,5% en agosto, cifra que supera el promedio mundial de 5%, según datos de la Organización Mundial de Turismo (OMT).
Los países con mayores crecimientos en sus emisiones han sido Colombia y México. Por otra parte, los aeropuertos que registraron las mayores alzas en entrada de exaranjeros fueron los de Brasilia, Río de Janeiro y São Paulo.
El próximo año se espera que el Mundial atraiga al menos 600 mil de turistas extranjeros durante los 30 días del torneo. El objetivo de las autoridades turísticas es que el 25% de esos visitantes viajen a otros destinos turísticos en el país, además de las ciudades sedes del evento.
Según estimaciones de Embratur, la inversión de US$14,4 mil millones otorgados al proyecto olímpico de 2016 producirá un movimiento económico de US$51,1 mil millones en Brasil. Se pronostica un promedio de 120 mil empleos por año durante las etapas de preparación y celebración de los juegos, y un impacto de US$11 mil
millones en el PIB desde 2009 hasta 2016.
El último gran evento vivido en Brasil fue la Jornada Mundial de la Juventud en julio, donde, según un estudio realizado por Embratur, los principales países que participaron fueron Argentina, Paraguay y Chile.
Entre quienes asistieron a la cita, ocho de cada diez visitaban Brasil por primera vez y 90% de los visitantes demostró interés por volver. Además, los aspectos más elogiados por los turistas fueron los aeropuertos, la señalización y la seguridad.
Según el presidente de Embratur, esta investigación “comprueba que los grandes eventos van a llevar el turismo internacional de Brasil a un nuevo escenario. Con un grupo de nuevos turistas viniendo al país, y teniendo óptimas evaluaciones respecto a nuestros productos y servicios, naturalmente aumentaremos nuestra participación en el mercado internacional, generando más entrada de divisas para la economía de las ciudades”.
Por otra parte, la Copa de Confederaciones, que se llevó a cabo en junio, generó un ingreso de US$331 millones a toda la cadena productiva brasileña.
“Se trata de un retorno importante, inmediato y que ha ido directamente al bolsillo del empresariado del mercado turístico de Brasil. A largo plazo, el principal impacto será a la imagen del país, dado que el nombre y los atributos se divulgarán en todo el mundo durante esta maratón de grandes eventos”, comentó
Dino.
Respecto al retorno financiero, Embratur estima que el valor será mucho mayor durante la Copa